Un estudio ha descrito un mecanismo clave en la evolución de la enfermedad de Alzheimer (EA). En concreto, la activación de la proteína sirtuina 1 en ratones modelo con EA del tipo familiar tiene efectos neuroprotectores
Los investigadores administraron resveratrol (un compuesto polifenólico natural que se encuentra en la uva y el vino tinto) a un grupo de ratones mutados para desarrollar EA familiar, caracterizada por el hecho de que se hereda genéticamente y que, en general, ataca de manera prematura. La dosis de resveratrol fue equivalente a la de los complementos dietéticos de este compuesto y se administró durante diez meses. Tras comparar los efectos, tanto cognitivos como en los tejidos neuronales, con un grupo control que no había recibido suplemento alguno, los resultados mostraron que los ratones tratados con resveratrol tenían más memoria y, además, habían frenado el desarrollo de placas de β-amiloide y de proteína tau, los dos signos fisiológicos característicos del desarrollo de la EA.
Los investigadores estudiaron qué mecanismos se activan en este proceso y, concretamente, se centraron en la sirtuina 1, una proteína implicada en el envejecimiento. Se utilizó resveratrol porque se considera que una parte de las acciones beneficiosas de este polifenol se produce por el incremento en la actividad de la sirtuina. Aunque los niveles proteicos de sirtuina bajaban, su actividad se incrementaba. Sorprendentemente, se apreció que la función mitocondrial y otros mecanismos intracelulares relacionados con la sirtuina también estaban aumentados.
La vía de la sirtuina podría ser una buena diana para el tratamiento de la EA porque la investigación indica que si se regula esta vía, se modifica la progresión de la enfermedad en este modelo murino de EA familiar. La continuación de este estudio consistirá en comprobar si el resveratrol es capaz de proteger ante la disfunción mitocondrial.
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