Los compuestos que surgen de la unión de la glucosamina, un tipo de azúcar, con nanopartículas conocidas como fulerenos, ayudan a reducir el daño celular y la inflamación que se producen tras un ictus, según se ha comprobado en ratones.
Hasta ahora se sabía que los fulerenos, unas estructuras huecas y esféricas formadas por muchos átomos de carbono, captan bien radicales químicos que los hacen actuar como agentes neuroprotectores, mientras que la glucosamina, de uso común en el tratamiento de la artritis y la artrosis, sirve para atenuar la inflamación.
Los investigadores han enlazado químicamente ambos compuestos para producir lo que se conoce como gliconanopartículas, y las han administrado a ratas de laboratorio a las que se les había inducido un ictus. Los resultados concluyen que esa combinación reduce el daño celular y la inflamación tras el infarto cerebral, según revelaron las imágenes por resonancia magnética del cerebro de los animales y la mejoría de sus síntomas neurológicos.
Este trabajo es continuación de otro donde los investigadores también confirmaron que una proteína llamada E-selectina, asociada a la cascada de acontecimientos que se suceden en un ictus, se distribuye por todo el cerebro y no solamente en la zona donde se origina el infarto, como se pensaba hasta ahora.
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