Un estudio reciente encuentra que los hombres son más vulnerables a los fallos de memoria que las mujeres, y que las habilidades de memoria y el volumen cerebral de las personas por lo general declinan con la edad, pero ello parece guardar poca relación con la acumulación de placas de proteína amiloide en el cerebro, características de la enfermedad de Alzheimer (EA).
Los resultados se basan en 1.246 adultos de 30-95 años que no presentaban síntomas de demencia. Participaron en pruebas estandarizadas de memoria y se sometieron tanto a una resonancia magnética, para medir el volumen del hipocampo (una estructura cerebral relacionada con la memoria), como a una tomografía por emisión de positrones para objetivar la acumulación de placas amiloides.
En general, tanto la memoria como el volumen cerebral declinaron de forma gradual entre los 30 años y mediados los 60, pero pocas personas mostraron alguna acumulación de proteína amiloide en ese periodo. Ello se producía más o menos hacia los 70 años. Esto fue así en particular entre las personas portadoras de la variante genética APOE ε4, que se vincula con un riesgo más elevado de EA. Estas personas comenzaron a mostrar placas de proteína amiloidea a una edad más temprana y se observaba un aumento más marcado de acumulación después de los 70 años, aunque no se objetivaba un declive más grande en la memoria ni en el volumen cerebral.
Los hombres tenían de forma constante una peor memoria que las mujeres y, en proporción, un hipocampo más pequeño a todas las edades. Los autores sospechan que la tasa más elevada en hombres de factores de riesgo cardiovascular, que se han vinculado cada vez más con el desarrollo de problemas de memoria, podría ser un motivo de su mayor tendencia a los lapsus de memoria, sin olvidar que quizá el estrógeno ofrezca algún factor protector a las mujeres.
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