No está claro cómo el sueño y la memoria afectan o son afectados por la acumulación de placas de proteína β-amiloide, que se cree que interfieren en el funcionamiento mental, pero los hallazgos de un reciente estudio apuntan a una vinculación de la enfermedad de Alzheimer con el hecho de dormir mal.
Los investigadores seleccionaron a 26 adultos mentalmente sanos, de 70-79 años de edad. Se realizaron imágenes del cerebro para evaluar la acumulación de placas y se les pidió que recordaran pares de palabras antes y después de dormir una noche. Durante la noche, los investigadores midieron sus ondas cerebrales y al día siguiente realizaron una resonancia magnética durante las pruebas de memoria.
Los pacientes con los niveles más altos de placas de β-amiloide en la corteza medial prefrontal tenían un sueño más superficial y unos niveles más altos de problemas mnésicos. El estudio sugiere que el sueño insuficientemente profundo contribuye a una capacidad reducida de consolidar los recuerdos en el cerebro a largo plazo, lo que resulta en una mayor pérdida de memoria. Sin embargo, no se sabe con certeza si este vínculo entre el sueño y la enfermedad de Alzheimer puede explicar la pérdida de memoria en los adultos mayores con unos niveles más altos de placa. En particular, los trastornos del sueño pueden conducir al deterioro de la memoria episódica.
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