Los bebés que nacen de forma muy prematura parecer tener un riesgo más alto de contraer un trastorno del espectro autista (TEA), sugiere un estudio reciente. Los investigadores encontraron diferencias en el cerebro de los bebés nacidos antes de las 27 semanas de gestación a los que más tarde se diagnosticó autismo.
Los científicos emplearon imágenes de resonancia magnética para analizar el crecimiento cerebral de 117 bebés nacidos antes del inicio del tercer trimestre. Cuando los niños cumplieron los 6 años, también se les hicieron pruebas de los síntomas de autismo.
El 27,4% de los niños nacidos de forma extremadamente prematura presentaron los síntomas del TEA, cuando en los niños nacidos a término la tasa es del 1%. Mucho antes de que se diagnosticara a los niños, los investigadores observaron una reducción del crecimiento de partes de su cerebro implicadas en el contacto social, la empatía y la adquisición del lenguaje, funciones a menudo alteradas en los niños con autismo.
Aunque los TEA se vinculan normalmente con factores genéticos, los autores sugieren que el peso al nacer y las complicaciones pueden aumentar el riesgo de un niño de contraer ese trastorno.
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