Un equipo de científicos ha observado que la epigalocatequina-3-galato, un compuesto presente en el té verde, junto con un protocolo de estimulación cognitiva, podrían mejorar algunas de las capacidades intelectuales en las personas con síndrome de Down, modificando la excitabilidad y la conectividad funcional de su cerebro.
Los investigadores se centraron en el papel de dicho compuesto para compensar el exceso de función de uno de los genes comprendidos en el cromosoma 21 (DYRK1A), que se relaciona con la plasticidad cerebral y algunas funciones cognitivas. Tras reafirmar su eficacia en experimentos con ratones, el estudio en fase 2 contó con una muestra de 84 personas con síndrome de Down entre 16 y 34 años. Los resultados concluyen que las personas tratadas con epigalocatequina-3-galato y con un protocolo de estimulación cognitiva habían mejorado sus puntuaciones en memoria de reconocimiento visual, atención, autocontrol y comportamiento adaptativo o autonomía, en comparación con el grupo control que había recibido placebo, y estos cambios se correlacionaban con cambios biológicos en su conectividad cerebral, objetivados con pruebas de neuroimagen.
Los resultados han sido positivos en una población adulta en que la plasticidad cerebral es limitada porque el cerebro ya está totalmente desarrollado, por lo que los investigadores creen que si el tratamiento se aplica a niños y niñas, los resultados podrían ser aún mejores.
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