Científicos de diversas instituciones internacionales han utilizado el gusano Caenorhabditis elegans para investigar el efecto que la microbiota intestinal ejerce en el proceso de envejecimiento. El trabajo sugiere, a diferencia de lo que se cree, que el uso excesivo de antioxidantes podría causar el acortamiento de la vida.
Una limitación fundamental a la hora de estudiar la importancia de la microbiota intestinal en distintos aspectos de la salud es la complejidad derivada de las miles de especies de bacterias y microorganismos que viven en el cuerpo humano. Para simplificar este problema, los investigadores utilizaron el nematodo y estudiaron hasta qué punto dos bacterias distintas, Escherichia coli y Bacillus subtilis, pueden influir en el envejecimiento de C. elegans.
Según sus resultados, los gusanos mantenidos con B. subtilis viven un 50 % más que los gusanos mantenidos con E. coli. Al analizar la causa de esta diferencia en la longevidad, observaron que el contenido celular de los gusanos mantenidos con E. coli estaba anormalmente menos oxidado que el contenido celular de los nematodos mantenidos con B. subtilis. En concreto, descubrieron que E. coli produce de manera natural el potente antioxidante coenzima Q, mientras que B. subtilis no produce este antioxidante.
Los resultados indican que la microbiota intestinal puede afectar el proceso de envejecimiento del animal hospedador y, en el caso estudiado, el nematodo C. elegans vive considerablemente menos en presencia de una flora compuesta por E. coli por el excesivo efecto antioxidante de la coenzima Q. El trabajo sugiere que el uso excesivo de antioxidantes podría causar el acortamiento de la vida, un efecto contrario a lo que se cree comúnmente.
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