Iniciarse en el consumo de alcohol entre los 11 y los 13 años se relaciona con un mayor riesgo de sufrir alteraciones psicológicas en el futuro. Los síntomas más frecuentemente referidos son malestar corporal, hostilidad y agresividad.
El estudio contó con una muestra de 3.696 estudiantes universitarios de 18 años. Los participantes, entre los que no figuraba ningún abstemio, tuvieron que rellenar un cuestionario anónimo donde se les preguntaba por la frecuencia de consumo de alcohol, la edad de inicio y cuestiones encaminadas a determinar en qué medida sufrían alguno de los nueve síntomas psicopatológicos seleccionados por los científicos: ansiedad, depresión, obsesión-compulsión, fobia, hostilidad, ideación paranoide, sensibilidad interpersonal, psicoticismo y somatización.
El estudio revela que empezar a beber alcohol a los 11-13 años aumenta el riesgo de experimentar síntomas de malestar en comparación con aquellos cuyo inicio se sitúa a partir de los 16 años. El síntoma más frecuente registrado por los adolescentes fue la somatización, que implica experimentar sensaciones de malestar corporal relacionadas, sobre todo, con dolores musculares, alteraciones respiratorias y gastrointestinales. Otros síntomas comunes fueron la hostilidad y la agresividad, lo que conlleva una mayor propensión a manifestar ideas o comportamientos violentos.
En cuanto a diferencias en función del sexo, las mujeres mostraron signos de ansiedad y depresión, mientras que los hombres reflejaron un cierto grado de psicoticismo. En general, ellas registraron valores más altos de los indicadores, lo que puede indicar una mayor vulnerabilidad de las adolescentes a los efectos del alcohol.
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