Aunque las fístulas espinales suponen el 70% de las malformaciones arteriovenosas espinales, son una entidad infradiagnosticada. El shunt arteriovenoso produce una congestión vascular que da lugar a una mielopatía progresiva, en ocasiones irreversible si no se trata de forma precoz.
Un reciente estudio ha descrito las características clinicorradiológicas de una serie de pacientes con fístula espinal. Para ello se realizó una búsqueda retrospectiva de pacientes con diagnóstico de fístula espinal ingresados en un hospital de tercer nivel y se identificaron 19 pacientes (7 mujeres y 12 varones) con una edad media de 56 años. La fístula espinal fue de tipo I en un 79% de los pacientes y la localización dorsal fue la más frecuente.
La mayoría de los casos presentó un curso progresivo (90%). Un 74% de los pacientes se diagnosticó mediante resonancia magnética. En cuatro casos fue necesaria la realización de una angiografía para llegar al diagnóstico, y en uno de ellos se precisó una biopsia intraoperatoria. Se realizaron tres punciones lumbares, en dos de las cuales se objetivó pleocitosis linfocitaria e hiperproteinorraquia. El retraso diagnóstico medio fue de nueve meses. Se trató a un 79% de los pacientes, y de ellos sólo mejoró el 10%.
Según los autores, ante una clínica sugestiva de fístula espinal, debe realizarse una angiografía espinal diagnóstica aunque el paciente pueda presentar características licuorales atípicas y normalidad en la resonancia magnética medular.
Palabras claveFístula espinal CategoriasPatología vascular