INTRODUCTION The Wada test for language and memory still plays an important role in evaluating the surgery performed on epileptic patients. The measures of the functional deficits carried out with the Wada test, associated with known brain lesions, aid in determining the lateralization of the onset of seizures and provide some estimate of the risk to memory after a temporal lobotomy. DEVELOPMENT. A more refined procedure, based on the correlations with the titration from MRI, fMR and MR spectroscopy, will be needed. Moreover, using the Wada test it is possible to make long-term forecasts about the cognitive outcome and about the control of seizures. When used together with other neurological, functional and pschometric evaluations, it becomes easier to select the patients with most chances of benefiting from surgical epilepsy treatment. Finally, the non-invasive measures of brain functioning include fMR, which provides far more information than that obtained using the Wada test. However, it remains to be determined whether the procedure based on activation provides data of the same quality as those obtained by the Wada test, which can provide a more adequate reversible model of the effects of surgery on cognition. CONCLUSION. Ideally, as MRI and other imaging techniques progress, they will be able to offer complementary images, which will improve our capacity to forecast and prevent important post-operative cognitive deficiencies.

Introducción El test de Wada del lenguaje y la memoria todavía desempeña un papel importante en la evaluación de la cirugía en pacientes epilépticos. Las medidas de los déficit funcionales realizadas con el test de Wada, asociadas con conocidas lesiones cerebrales, contribuyen a establecer la lateralización del inicio de las crisis y proporcionan alguna estimación del riesgo en la memoria tras la lobotomía temporal.

Desarrollo Habrá que proseguir con un procedimiento más preciso, basado en las correlaciones con la volumetría de RM, RMf y espectroscopía por RM. Y más importante: la predicción a largo plazo del resultado cognitivo y del control de las crisis es posible con el test de Wada, en conjunción con otras valoraciones neurológicas, funcionales y psicométricas que faciliten la selección de pacientes que con mayor probabilidad se pueden beneficiar del tratamiento quirúrgico de la epilepsia. Las medidas no invasivas de la función cerebral incluyen la RMf, que proporcionará mucha más información que la derivada del test de Wada. Sin embargo, todavía se ha de establecer si el procedimiento basado en la activación puede ofrecer datos comparables a los del test de Wada, que puede proporcionar un modelo reversible más adecuado de los efectos quirúrgicos sobre la cognición.

Conclusión Idealmente, los avances en la RMf y otras técnicas de imagen proporcionarán una imagen complementaria que mejorará la capacidad de predecir y evitar los importantes déficit cognitivos postoperatorios.