INTRODUCTION The difficulty involved in treating chronic daily headache (CDH), a frequent pathology with a multifactorial aetiology, makes it a challenging disorder for clinicians. CDH is a disease that causes significant impact on patients, employers and the health system. DEVELOPMENT. The treatment of CDH is based on the implementation of three therapies. The first is to establish a pharmacological treatment, with medication such as antidepressants, antiepileptic agents, muscle relaxants, and antihypertensive and antiserotoninergic drugs, either in mono or in polytherapy. The second measure is to stop the analgesic overuse. This is achieved by suddenly withdrawing the drugs or, in a combined manner, by stopping the analgesic intake and establishing bridge therapy (steroids or triptans), which, in addition to reducing the severity and frequency of seizures and the consumption of drugs, also help to lower the occurrence and duration of withdrawal symptoms. Hospital treatment is needed in cases of patients who are refractory to multiple therapies, with frequent visits to the emergency department, in presence of associated symptoms or comorbidities, and low tolerance to medication. The third measure is to implement non-pharmacological therapies, which are used to modify inappropriate behaviour as regards pain treatment, to promote proper medication consumption and to allow the patient comprehend the prognosis of the disease with and without treatment.

CONCLUSIONS Implementing these three therapies makes possible to reduce the severity, frequency and socioeconomic impact caused by headache and thereby improve patients’ quality of life and capabilities.

Introducción La cefalea crónica diaria (CCD), patología frecuente de etiología multifactorial, representa un reto clínico por su difícil manejo. La CCD es una enfermedad que genera un significativo impacto socioeconómico en los pacientes, los empleadores y el sistema de salud.

Desarrollo El tratamiento de la CCD se basa en la implementación de tres modalidades terapéuticas. La primera es la instauración de un tratamiento farmacológico, con medicamentos como antidepresivos, antiepilépticos, relajantes musculares, antihipertensivos y antiserotoninérgicos en monoterapia o politerapia. La segunda medida es la suspensión del abuso de analgésicos que se realiza suprimiendo abruptamente el consumo de medicamentos o, de manera combinada, con la suspensión del consumo de analgésicos y el inicio de terapias de enlace (esteroides o triptanes), que, además, de reducir la gravedad y frecuencia de crisis y el consumo de medicamentos, ayudan a reducir la presentación y duración de síntomas de abstinencia. El tratamiento hospitalario se requiere en pacientes refractarios a múltiples terapias, con frecuentes consultas a los servicios de urgencias, en presencia de síntomas asociados o comorbilidades, con pobre tolerancia a medicamentos. La tercera medida es la implementación de terapias no farmacológicas con las que se busca modificar conductas inapropiadas en torno al manejo del dolor, promover el correcto consumo de medicamentos y facilitar la comprensión del pronóstico de la enfermedad.

Conclusión La implementación de estas tres modalidades terapéuticas permite reducir la gravedad, la frecuencia y el impacto socioeconómico causado por la cefalea, lo cual mejora la calidad de vida y la funcionalidad de los pacientes.