INTRODUCTIONEarly detection of impending cerebral ischemia in comatose patients is most important to avoid secondary insults to the injured brain. DEVELOPMENT. Whilst the computer tomography scan provides a static picture primarily concerned with details of structure, the electroencephalogram (EEG) is the objective source par excellence of information about brain function. The EEG represents the only biological activity suitable for continuous non-invasive monitoring of brain function. In this context, the cerebral function monitor (CFM) of Maynard and Prior (1969) provides a compressed array of amplitude variations and has benefited many critical patients. Among the invasive methods, direct monitoring of cerebral white matter oxygenation (tissular pressure of oxygen) is a promising new technique that has attracted considerable interest over the past four years. Recent studies on multimodal hemodynamic monitoring (intracranial pressure, cerebral perfusion pressure, PtiO2), place this latter technique as a primary basis for management decisions in the ICUs. We have studied four young injured patients, to compare early digital EEG recordings with tissular pressure of oxygen data.

CONCLUSIONS In general, there was agreement between EEG findings and tissular pressure of oxygen levels. The EEG helped with urgent data, though barbiturate therapy interfered in two cases.

Introducción La detección precoz del daño cerebral secundario a hipoxia e isquemia es muy importante para determinar la evolución de los pacientes con traumatismo craneoencefálico y para la toma de decisiones en las intervenciones terapéuticas restauradoras de la oxigenación cerebral.

Desarrollo El monitor de la función cerebral de Maynard y Prior (1969), basado en las variaciones de amplitud del EEG, como denominador común final de la oxigenación y perfusión, supuso una nueva y prometedora información para los intensivistas, pero su uso quedó restringido. Los métodos invasivos (presión intracraneal, presión de perfusión) son de manejo difícil e intermitente, por lo que en los últimos años se está estudiando la técnica de presión tisular de O2 en la sustancia blanca del lóbulo frontal no afectado. Los estudios de monitorización hemodinámica multimodal parecen darle ventaja, en cuanto a la precocidad para detectar hipoxia-isquemia. Nuestro estudio se propone comparar los datos electroencefalográficos digitales con los de esta última técnica.

Conclusiones Las estimaciones preliminares son: 1. Mayor precocidad y disponibilidad del electroencefalograma para el diagnóstico del daño cerebral, y 2. Concordancia, en general, con las medidas de presión tisular de O2, aunque la utilización de barbitúricos interfiere las comparaciones.