Historia y Humanidades

'El hombre de la mano seca': ¿iconografía de la parálisis saturnínica?

P.E. Balcarce-Bautista [REV NEUROL 2018;66:97-100] PMID: 29368328 DOI: https://doi.org/10.33588/rn.6603.2017455 OPEN ACCESS
Volumen 66 | Número 03 | Nº de lecturas del artículo 106.625 | Nº de descargas del PDF 427 | Fecha de publicación del artículo 01/02/2018
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RESUMEN Artículo en español English version
Introducción Los evangelios sinópticos cuentan que un hombre tenía la mano ‘seca’ y no podía extenderla, en lo que parece la descripción de una parálisis radial. Entre los siglos X y XVII, varios iconografistas cristianos ilustraron este cuadro y produjeron un rico material aún inexplorado desde el punto de vista médico.

Objetivo Analizar la iconografía en cuestión, verificando las lesiones que reproduce y sus posibles causas.

Desarrollo Se seleccionaron seis representaciones: cuatro pertenecen a evangelios iluminados, una es un mosaico y otra, un fresco. En tres, la mano está péndula, y en otra sólo los dedos se ven flexionados. En tres, el brazo afectado aparece sostenido por la mano contralateral. La descripción de signos y posturas propias de pacientes con distintos grados de parálisis extensoras revela que los iluminadores conocieron enfermos reales. El saturnismo, frecuente en Europa durante el período en que se produjeron estas obras, parece la causa más probable. La hipótesis de que los mismos artistas pudieron haberse intoxicado por manipular pinturas con plomo no pudo confirmarse.

Conclusiones Las representaciones de la perícopa ‘el hombre de la mano seca’ retratan con realismo distintos grados de parálisis motora consistentes con saturnismo. Desde esta perspectiva, pueden considerarse como las primeras imágenes de dicha entidad, cuyas mejores descripciones médicas llegarían únicamente siglos más tarde.
Palabras claveEvangelios iluminadosMano secaNeuropatía motoraNeuropatía plúmbicaParálisis radialSaturnismo CategoriasNervios periféricos, unión neuromuscular y músculo
TEXTO COMPLETO (solo disponible en lengua castellana / Only available in Spanish)

Introducción


Los evangelios sinópticos cuentan que un hombre tenía la mano seca y no podía extenderla [1]. Clínicamente, el cuadro evoca de inmediato una parálisis del nervio radial. Ésta es una manifestación típica de la intoxicación por plomo, de modo que es pertinente considerarla entre los diagnósticos diferenciales. Aunque la escasez de datos del relato evangélico no permite inferir una etiología, sus representaciones, hechas a partir del siglo X por iluminadores de manuscritos e iconografistas cristianos, contienen suficientes detalles como para explorar esta cuestión. Hay evidencia de que estos artistas se inspiraban en modelos reales para ilustrar las enfermedades relatadas en los evangelios [2,3].

El objetivo del trabajo ha sido analizar las iconografías que ilustran la perícopa ‘el hombre de la mano paralizada’, verificar si reproducen lesiones reales y, en tal caso, tratar de establecer su causa, considerando la patología prevalente en la época de su producción y la probabilidad de que los ilustradores hubiesen podido conocer enfermos con el problema en cuestión.

Desarrollo


En ‘el hombre de la mano paralizada’ (Mateo 12: 9-14, Marcos 3: 1-6, y Lucas 6: 6-11) [1], los tres evangelistas describen, en esencia, lo mismo: Jesús estaba enseñando en la sinagoga en sábado y había allí un hombre que tenía la mano seca, o paralizada. Como Jesús se sintió desafiado por ver si curaría en sábado, le dijo al hombre que se levantara y se pusiera en medio. Cuestionó a los presentes si era lícito hacer el bien en sábado y ordenó al enfermo extender su mano. Éste lo hizo y quedó restablecida como la otra. Lucas señala que era la mano derecha. Seis de doce representaciones de esta perícopa, realizadas entre los siglos X y XVII, fueron seleccionadas para su análisis médico, excluyendo las que no aportaban datos significativos al diagnóstico. Cuatro pertenecen a evangelios iluminados (Figura, a, b, e, f), una es un mosaico (Figura, c) y la otra es un fresco (Figura, d). En tres, el personaje de la mano paralizada aparece sosteniendo el miembro afectado con la otra mano (Figura, a, b, c). Sólo en una iconografía el brazo aparece extendido y sin apoyo (Figura, d), mientras que en las otras dos el personaje es retratado en otras posturas (Figura, e, f). En cinco, el lado afectado es el derecho, y en uno, el izquierdo. El predominio de la derecha puede explicarse por el deseo de coincidir con Lucas. Aunque en todos los casos la parte afectada siempre es un miembro superior, el personaje del fresco bizantino deja ver un pie péndulo (Figura, d).

 

Figura. a) Codex Egberti, Fol023v (980-993), Biblioteca de Trier; b) Hitda-codex (1000-1020); c) Mosaico de la catedral de Monreale, Sicilia (s. XII); d) Fresco del monasterio de Decani, bizantino, Kosovo (1330); e) Biblia ectypa, Christoph Weigel (1695); f) Códex de (Cristóforo de) Predis, Biblioteca Real, Turín (1470).
 






 

La palabra griega ξηράν (xēran), usada para describir la condición del hombre de la perícopa, se traduce mejor por mano ‘seca’ que paralizada [4], ya que sugiere una condición crónica con atrofia antes que una parálisis reciente. Lo significativo es que la mano estaba caída, postura típica de la parálisis del nervio radial, tal como se infiere de la orden de Jesús: ‘extiende tu mano’. La recuperación inmediata de la movilidad obliga, sin embargo, a considerar un origen psicógeno en vista de que la explicación sobrenatural no es médicamente admisible. Aunque la sola mención de que el problema residía en la extensión podía haber llevado a un ilustrador a pintar la mano caída y, para que se viera mejor, quizás con el brazo en posición horizontal, esto no explica que se lo hubiese mostrado sostenido por la otra mano, como si no pudiera mantenerse extendido por su propia fuerza. Éste es un gesto común de los pacientes cuando se les pide que levanten un miembro parético. Que los artistas hubiesen descrito ese detalle, en apariencia circunstancial, revela que muy probablemente tuvieron por modelo personas reales.

En una inspección rápida, los casos parecen bastante disímiles, lo que podría dar la impresión de cierto caos en la representación. Pero esto mismo puede verse como expresión de diferentes grados del mismo problema. Efectivamente, desde la imagen del Codex Egberti (Figura, a), donde sólo los dedos aparecen flexionados, hasta la del Códex de Predis (Figura, d), donde todo el miembro torácico, sumamente adelgazado, pende atónico, hay grados intermedios en que la mano y los dedos están más o menos flexionados. Aunque esta pretendida precisión podría ser atribuida a la casualidad, sabemos que hay al menos una causa de neuropatía que puede afectar al sistema nervioso periférico en grados muy leves a muy graves. Se trata de la intoxicación plúmbica o saturnismo, una condición rara en la actualidad como causa de parálisis [5], pero que fue frecuente y grave en épocas pasadas. Más allá de la causa, el modelo que predomina es con la mano péndula, los dedos semiflexionados y el brazo sostenido en el aire por el contralateral.

Sin duda, lo primero que hay que considerar es la llamada parálisis del sábado noche, una mononeuropatía secundaria a compresión del nervio radial, algunas veces por dormirse sobre el brazo apoyado contra un borde duro. La descripción de una parálisis única, tanto en el relato evangélico como en la mayoría de las ilustraciones, hace sostenible esta hipótesis. Sin embargo, la intoxicación por plomo puede causar un cuadro indistinguible del anterior. Se ha sugerido que la decimonónica expresión ‘saturday night palsy’ tuvo su origen en una simplificación por error de ‘saturnine palsy’ [6]. De hecho, la intoxicación por plomo puede causar cualquier grado de parálisis, ya sea unilateral o bilateral [5], simétrica o asimétrica, parcial o completa, de un solo miembro o de los cuatro, incluso de los nervios del tronco, de la lengua y de la laringe [7]. En referencia a la afectación del antebrazo, la muñeca y los dedos, Tanquerel Des Planches dice: ‘En esta variedad de parálisis, el antebrazo y la mano han tenido un movimiento de torsión marcado que hace que el codo se encuentre un poco separado del tronco. El antebrazo y la mano están en una pronación permanente [...] de modo que la cara dorsal de la mano mira hacia adentro y la cara palmar hacia afuera’ [7]. Notablemente, parece que estuviera describiendo la ilustración de Weigel (Figura, c). Como en esta figura el antebrazo cae verticalmente, la mano está apenas flexionada, y los dedos sólo en sus falanges distales. La abducción a 90° del hombro muestra que el deltoides no está afectado, lo que descarta la parálisis de Erb. Evidentemente, están paralizados el tríceps y los supinadores. Considerado el conjunto de las iconografías presentadas, vemos que no puede dar cuenta de ellas una parálisis aislada del nervio radial, como sugiere el relato evangélico. De los 102 casos de parálisis saturnínica publicados por Tanquerel Des Planches, 97 afectaban al miembro superior. De ellos, 30, sólo los dedos (Figura, a); 26, la muñeca y los dedos (Figura, c, d); 14, el antebrazo, la muñeca y los dedos (Figura, e); 10, sólo la muñeca; 7, el hombro; 5, todo el miembro superior (Figura, f); 4, el brazo, el antebrazo, la muñeca y los dedos; y 1, sólo el brazo. En el 52% se afectaron ambos miembros superiores al mismo tiempo y, lo que es más interesante, en el resto la afectación fue monomiélica, y se repartió por igual entre un lado y otro [7]. Esta gran variabilidad hace posible que todas las figuras sean ejemplos reales de parálisis saturnínica. El ejemplo de la figura ‘d’ confirma que su autor ilustró un caso real sin ceñirse al texto evangélico, pues lo muestra con la mano y el pie péndulos. El personaje parece estar caminando hacia Jesús con una típica marcha equina. En la serie de Tanquerel Des Planches, sobre 15 casos con afectación del miembro inferior, cinco tenían pied tombant.

Ahora bien, ¿era el saturnismo tan frecuente en los tiempos en que se confeccionaron estas representaciones como para que sus ilustradores pudieran encontrarse con tales casos, digamos, con cierta facilidad? La toxicidad de minerales de plomo ha sido reconocida desde la Antigüedad. Nicandro de Colofón (s. II a. de C.) describió el cólico y la parálisis por la ingestión de cerusita (carbonato de plomo) [6,7]. Varios autores, entre los siglos I y XI, mencionaron las manifestaciones tóxicas de preparaciones saturninas [7-9]. Sin embargo, no se volvió a hablar del tema hasta Fernel (s. XVI), que informó de un pintor atacado de cólico y temblor de dedos y manos seguido de parálisis [7]. Paracelso (s. XVI) se refirió a una parálisis por litargirio (óxido de plomo) llamándola parálisis mineral [9]. Stockhausen (1656) fue el primero en describir la afectación de los músculos extensores de los brazos y del pie [7]. Pero es a Tanquerel Des Planches (1834) a quien se debe la más completa y sistemática descripción de las manifestaciones y evolución del saturnismo y del patrón de afectación de grupos musculares en la mayor serie histórica de casos hasta la actualidad. Se especula que la intoxicación plúmbica fue común en la antigua Roma por el extenso uso del mineral en utensilios de cocina y cañerías, y la costumbre de conservar y endulzar el vino con sales de plomo [10,11], condiciones que no cambiaron a lo largo de la Edad Media, que se agravaron, incluso, por el uso medicinal. Paracelso (s. XVI), que acuñó la expresión saturnus purgat febres –saturno era el nombre que los alquimistas daban al plomo–, afirmaba que con él curaba 200 enfermedades [7]. Por todo esto el saturnismo ha sido frecuente y ha alcanzado a veces proporciones epidémicas, desde la Edad Media hasta el siglo XIX [9,11].

Uno de los oficios típicamente relacionados con el saturnismo era el de pintor, sea el de brocha gorda o el artista [8,12,13]. Respecto a la posibilidad de que los iluminadores de manuscritos hubiesen podido intoxicarse con los pigmentos que manipulaban [12], convirtiéndose en involuntarios modelos del hombre de la mano paralizada, puede decirse con certeza que el contacto existió, tanto en los scriptoria de monasterios e iglesias, como también, a partir del siglo XIII, en talleres especializados en la factura de manuscritos. El minio (tetróxido de plomo), pigmento rojo anaranjado de cuyo nombre deriva miniatura, y el albayalde, cerusita o blanco de plomo (carbonato), el pigmento blanco más importante en todas las técnicas pictóricas desde la Antigüedad hasta el siglo XIX [13], eran elementos infaltables, junto con la plata y el oro, en la paleta de estos artistas. Su manipulación no sólo ocurría durante la ejecución de las pinturas, sino también durante la preparación de los pigmentos mediante técnicas artesanales tradicionales [14]. Sin embargo, no basta la exposición para afirmar que hubo intoxicaciones. En las más de 70 biografías revisadas de iluminadores europeos famosos de los siglos XIV a XVI son aisladas e incompletas las referencias a sus enfermedades o causas de muerte [15]. Por tanto, es preciso coincidir con Montes-Santiago [12] en que no hay pruebas de que los beatos –iluminadores de manuscritos– hubiesen sufrido intoxicación plúmbica.

Conclusiones


Se puede afirmar con confianza que en las iconografías analizadas de la perícopa ‘el hombre de la mano seca’ sus autores retrataron enfermos con parálisis motora de los músculos extensores de los miembros. Por su distinto grado y extensión, el cuadro no corresponde al de mononeuropatía radial aislada que sugiere el relato evangélico. Esto es consistente con parálisis saturnínica, una condición frecuente y grave durante el período que abarcan estas producciones (s. X a XVII), lo que ofrecía la oportunidad de conocer enfermos reales. Por tanto, es razonable concluir que estos artistas tuvieron por modelos enfermos con distintos grados de neuropatía plúmbica, y que sus ilustraciones anticiparon en varios siglos las primeras descripciones médicas de la parálisis saturnínica.

 

Bibliografía
 


 1.    Biblia de Jerusalén. Bilbao: Desclée de Brouwer; 1998.

 2.    Balcarce P. ‘La mujer encorvada’: ¿primera descripción de camptocormia? Neurol Arg 2016; 8: 126-9.

 3.    López-Valdés JC. ¿Fueron los aztecas quienes primero representaron la enfermedad de Parkinson? Rev Neurol 2017; 64: 143.

 4.    Bible Hub. URL: http://biblehub.com/greek/3584.htm. [25.10.2017].

 5.    Santana-López S, Bistel-González RA, Rodríguez-García A, Castellanos JA. Parálisis del nervio radial por exposición a plomo. Rev Neurol 2005; 42: 253-4.

 6.    Spinner RJ, Poliakoff MB, Tiel RL. The origin of ‘Saturday night palsy’? Neurosurgery 2002; 51: 737-41.

 7.    Tanquerel Des Planches L. Traité des maladies des plomb ou saturnine. Tome 2. Paris: Ferrer editor; 1839.

 8.    Tanquerel Des Planches L. Traité des maladies des plomb ou saturnine. Tome 1. Paris: Ferrer editor; 1839.

 9.    Hernberg S. Lead poisoning in a historical perspective. Am J Industr Med 2000; 38: 244-54.

 10.  Wedeen RP. Lead poisoning: the evolving definition. Int J Occup Environ Med 2011; 2: 1-3.

 11.  Eisinger J. Lead and wine, Eberhard Gockel and the colica pictonum. Med Hist 1982; 26: 279-302.

 12.  Montes-Santiago J. The lead-poisoned genius: saturnism in famous artists across five centuries. In Finger S, Zaidel DW, Boller F, Bogousslavsky J, eds. Progress in brain research. Vol. 203. Amsterdam: Elsevier; 2013. p. 223-40.

 13.  Riva MA, Lafranconi A, D’Orso MI, Cesana G. Lead poisoning: historical aspects of a paradigmatic ‘occupational and environmental disease’. Saf Health Work 2012; 3: 11-6.

 14.  Kroustallis S. Quomodo Decoretur Pictura Librorum: materiales y técnicas de la iluminación medieval. Anuario de Estudios Medievales 2011; 41: 775-802.

 15.  Istituto Giovanni Trecanni. URL: http://www.treccani.it/enciclopedia/. [25.10.2017].

 

‘The man with the withered hand’: iconography of the saturnine palsy?

Introduction. The synoptic gospels tell about a man who cannot extend his hand, that appeared dried. The description is consistent with radial palsy. Christian artists depicted this gospel story producing a rich material, unexplored from the medical point of view.

Aim. To analyze the mentioned iconography verifying the depicted lesions and their possible causes.

Development. Six representations of the evangelical text pertaining to the period comprehended between 10th and 17th centuries were selected. Four belong to illuminated gospels, one is a mosaic and the other one is a fresco. In three of them the figure with the palsy hand appeared holding the affected member with the opposite hand; another one has a foot drop. The description of postures that are characteristic of extensor palsies points out that these artists must have known real patients. Saturnism, frequent in Europe during the period in which these works were created, was probably the cause of the paralysis in these cases. Another hypothesis was that the artists could have suffered themselves saturnism, caused by manipulating paints with high lead content; this could not be confirmed.

Conclusions. The iconographies of ‘the man with the withered hand’ are realistic representations of motor paralysis consistent with saturnine neuropathy. These works preceded for a long time the best medical descriptions of such condition.

Key words. Illuminated gospels. Lead neuropathy. Motor neuropathy. Radial palsy. Saturnism. Withered hand.

 

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