Revisión

Epidemiología de la epilepsia en España y Latinoamérica

G. García-Martín, P. Serrano-Castro [REV NEUROL 2018;67:249-262] PMID: 30232798 DOI: https://doi.org/10.33588/rn.6707.2018128 OPEN ACCESS
Volumen 67 | Número 07 | Nº de lecturas del artículo 21.169 | Nº de descargas del PDF 675 | Fecha de publicación del artículo 01/10/2018
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RESUMEN Artículo en español English version
Introducción La conexión entre España y Latinoamérica en los últimos cinco siglos ha sido muy importante desde el punto de vista cultural, étnico y comercial, lo que justifica la existencia de una identidad común que puede condicionar la epidemiología de enfermedades crónicas con determinantes genéticos y medioambientales, como la epilepsia. En los últimos quince años se han producido cambios significativos en el desarrollo económico y de condiciones sanitarias en estos países, así como flujos migratorios entre ellos que pueden haber variado la situación epidemiológica previa. Planteamos una revisión exhaustiva de los estudios de epidemiología descriptiva de la epilepsia en España y Latinoamérica.

Desarrollo Búsqueda bibliográfica de los estudios de epidemiología descriptiva sobre epilepsia en España y cada uno de los países de Latinoamérica. Se revisan su metodología y su calidad, y se extraen los datos de prevalencia e incidencia por país. Se evalúan 796 estudios, de los cuales 55 (48 de prevalencia y siete de incidencia) cumplen los requisitos de inclusión.

Conclusiones No existe evidencia de una variación de la situación epidemiológica de la epilepsia en Latinoamérica. Siguen existiendo tasas de prevalencia e incidencia mas altas que en los países occidentales. Esta diferencia es especialmente evidente en países endémicos para cisticercosis y está inversamente relacionada con la riqueza del país medida por el producto interior bruto per capita. No existe evidencia de cambio en la epidemiología de la epilepsia en España a pesar de los flujos migratorios de países con alta prevalencia de epilepsia en los últimos años.
Palabras claveEpidemiologíaEpilepsiaEspañaIncidenciaLatinoaméricaPrevalencia CategoriasCalidad, Gestión y Organización AsistencialEpilepsias y síndromes epilépticos
TEXTO COMPLETO (solo disponible en lengua castellana / Only available in Spanish)

Introducción


Se denomina Latinoamérica a una zona étnico-geográfica del continente americano cuya característica identificativa son sus lenguas románicas, derivadas de la colonización que, durante los siglos XV y XVI, tuvo lugar por parte de España y Portugal. Se incluyen dentro de esta delimitación geográfica los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Puerto Rico, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, que en su conjunto agrupan a más de 600 millones de personas.

Desde un punto de vista histórico, la conexión entre la Península Ibérica y América Latina ha sido a lo largo de los últimos cinco siglos cultural, étnica y comercialmente muy importante, lo que justifica la hipótesis de la existencia de una identidad común que puede ser determinante a la hora de establecer paralelismos incluso en la epidemiología de enfermedades crónicas que comparten determinantes genéticos y relacionados con el estilo de vida.

La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas crónicas más frecuentes, y se estima que afecta a más de 70 millones de personas en todo el mundo. A pesar de ello, hoy en día, la epidemiología de la epilepsia en España y América Latina sólo se comprende parcialmente. Existe una revisión sistemática publicada en 2005 por Burneo et al [1] sobre la epidemiología de la epilepsia en América Latina. En dicho trabajo se identificaron 36 estudios de suficiente calidad (33 estudios de prevalencia y tres de incidencia) que encontraron una prevalencia media a lo largo de la vida de 17,8 casos (rango: 6-43,2) de cada 1.000 personas, y una incidencia de 77,7-190 de cada 100.000 personas y año sin que se hallaran diferencias entre áreas urbanas o rurales, por sexo, grupos de edad, metodología o año de estudio.

En 2009, Banerjee et al publicaron una nueva revisión sistemática de todos los estudios epidemiológicos sobre epilepsia de ámbito mundial desde el año 1965 [2]. Encontraron 48 estudios de prevalencia, de los cuales 29 están basados en encuestas poblacionales. Sólo seis de ellos radicaron en América Latina (tres en Ecuador y uno en Bolivia, Argentina y Honduras). Llama la atención que en esa revisión no hay ningún estudio español y que, valorando to­da la cuenca mediterránea, sólo se pudo localizar un estudio realizado en Italia.

Tradicionalmente, los estudios epidemiológicos en epilepsia han mostrado una relación inversa entre las tasas de frecuencia y las condiciones socio­económicas de la población estudiada [3]. En este sentido, desde la revisión de Burneo et al [1] han transcurrido 13 años, durante los cuales se han producido cambios sociosanitarios relevantes en los países de América Latina, entre los que se incluyen mejoras en la salud pública, que pueden modificar la situación epidemiológica de la epilepsia. Por otro lado, en este período se han producido abundantes flujos migratorios desde Sudamérica a España y, en menor medida, también a Portugal. No en vano, según datos del Instituto Nacional de Estadística de España, hoy en día viven en el país alrededor de dos millones de personas procedentes de Latinoamérica. La importancia de este dato en la epidemiología de la epilepsia debe enfatizarse, ya que una de las principales conclusiones de los estudios previos es que las tasas de prevalencia e incidencia de la epilepsia en Sudamérica son muy superiores a las notificadas en los países desarrollados. Existen varias razones que pueden explicar estas diferencias, pero tal vez la más importante de ellas sea la existencia constatada de una mayor tasa de infecciones del sistema nervioso central en estos países. Los flujos migratorios pueden condicionar la posibilidad de trasladar a otros entornos el vector infeccioso generador de epilepsia.

En consecuencia, los datos sobre la epidemiología de la epilepsia en España y en los países latino­americanos pueden considerarse desactualizados, y con frecuencia se extrapolan datos epidemiológicos obtenidos en entornos sociales, sanitarios y geográficos muy diferentes, con los errores que esta práctica inevitablemente acarrea.

El objetivo de este trabajo es cubrir esta ausencia de evidencias a través de un análisis pormenorizado de los principales estudios de epidemiología descriptiva realizados hasta el momento en España y los países incluidos dentro del área geográfica de Latinoamérica.
 

Desarrollo


Búsqueda bibliográfica


Se ha realizado una búsqueda en Medline, incluyendo como palabras claves ‘prevalence’, ‘incidence’ y ‘epidemiology’, y cada uno de los países que forman parte de Latinoamérica, así como España. Además, se ha hecho una búsqueda en Google Scholar con los mismos parámetros.

Se revisaron los resúmenes, seleccionando todos los artículos que cumplieran los siguientes criterios: estudios de epidemiología descriptiva, en inglés o castellano, que abordaran el cálculo de tasas de incidencia, prevalencia o ambas. De éstos, se obtuvieron los artículos completos para poder realizar su revisión. Se incluyeron también los trabajos referenciados en los artículos revisados. Aquellos a los que no se tuvo acceso, pero cuya información se consideró relevante, se han incluido en las referencias, pero no en las tablas, especificando en estos casos la fuente secundaria.

Los artículos se clasificaron por país de procedencia, año de realización del estudio, año de publicación, rango de edad y tipo de estudio.

Análisis de calidad de los estudios


Una vez seleccionados los artículos, se realizó un análisis exhaustivo de su calidad metodológica en base a las recomendaciones vigentes de la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) para estudios epidemiológicos en epilepsia [4]. En concreto, se tiene en cuenta la adhesión o no del trabajo a las definiciones acordadas en el seno de la comisión y que resumimos a continuación:
 
  • Epilepsia. Condición caracterizada por la existencia de dos o más crisis epilépticas no provocadas por una causa inmediata. Cuando las crisis se repiten en un período inferior a 24 horas, se consideran un solo evento. Los estados epilépticos también se consideran un solo evento.
    Con posterioridad se modificó la definición de epilepsia, si bien la mayoría de los estudios, incluso los más recientes, han seguido utilizando la propuesta en el año 1993.
  • Epilepsia ‘activa’. Casos en los que ha ocurrido al menos una crisis epiléptica en los cinco años previos, independientemente del tratamiento seguido.
  • Epilepsia en remisión con tratamiento. Casos en los que no han ocurrido crisis en los últimos cinco años y permanecen con tratamiento antiepiléptico.
  • Epilepsia en remisión sin tratamiento. Casos en los que no han ocurrido crisis epilépticas en los últimos cinco años y no están recibiendo tratamiento antiepiléptico en el momento de la evaluación.

Otras variables analizadas fueron: diseño del estudio –diferenciando entre estudios de base poblacional (con metodología puerta-puerta o los diseñados con estrategia en dos fases) y estudios basados en registros sanitarios; los estudios de incidencia se clasificaron además en prospectivos o retrospectivos–, estrato etario estudiado, delimitación geográfica del estudio y tamaño de la población analizada.

Los estudios se presentan por países y separados en función de si son de prevalencia o incidencia. Siempre se presentan tasas estandarizadas en caso de estar disponibles.

Relación entre la prevalencia de epilepsia y las condiciones sociosanitarias del país

En la última parte se realiza un estudio de correlación entre los resultados encontrados de los estudios de prevalencia y el nivel socioeconómico de las poblaciones estudiadas, determinado por el producto interior bruto (PIB) per capita de cada país. Para realizar este cálculo se utilizan sólo estudios de base poblacional que no restrinjan por edad y se seleccionan los más recientes disponibles en cada país.
 

Resultados


La búsqueda no depurada en PubMed devolvió un total de 796 artículos. Tras la lectura crítica de los resúmenes, se seleccionaron 48 estudios que cumplían los requisitos establecidos para su análisis más minucioso.

De los 48 trabajos, 41 eran estudios sobre prevalencia de la epilepsia, con la siguiente distribución por países: España (n = 8), Ecuador (n = 5), Brasil (n = 5), Colombia (n = 4), Argentina (n = 3), Perú (n = 3), México (n = 2), Bolivia (n = 2), Honduras (n = 2), Guatemala (n = 2), Chile (n = 2), Cuba (n = 1), Uruguay (n = 1) y Panamá (n = 1). De ellos, 34 son estudios de base poblacional y siete basados en registros sanitarios. Sólo cinco de ellos se publicaron en la última década y se realizaron en España (n = 2), Ecuador (n = 1), Bolivia (n = 1) y México (n = 1). La tabla I muestra un resumen de las características de los estudios.

 

Tabla I. Resumen de estudios de prevalencia de la epilepsia en España y Latinoamérica.
 

Ref.

Año

Población

Estrato etario

Prevalencia de
epilepsia global (casos/1.000 hab.)

Prevalencia de
epilepsia activa (casos/1.000 hab.)

Método

Población diana (población
estudiada)


España

[12]

ND

Sevilla

 

5,5

ND

EP

ND

[11]

ND

Zona centro

18-21 años (varones)

4,7

ND

RS

36.506

[9]

1987

Valladolid

6-14 años

5,72

3,82 a

EP/dos fases

52.486 (5.100) b

[10]

1989

Zona centro

18-21 años (varones)

6,84

5,13 a

RS

235.976

[8]

1997

Madrid

> 9 años

4,12

4,0

SP-RS/dos fases

98.405

[7]

2003

Huesca

10-15 años

ND

6,3

RS

19.323

[6]

2010

Málaga

> 13 años

ND

4,79 a

RS

475.915

[5]

2013

Sevilla, Zaragoza, Almería

> 17 años

14,87

5,79

EP/dos fases

648.006 (1.741) b


Ecuador

[20,21]

ND

El Carchi e Imbabura

Todos los grupos de edad

12,2-19,5

6,7-8,0 a

EP/dos fases

72.121

[19]

ND

Paluguillo

Todos los grupos de edad

22,6

ND

EP

221

[18]

1992

San Pablo del Lago

Todos los grupos de edad

11,4

ND

EP

2.723

[17]

2003

Atahualpa

Todos los grupos de edad

9,94

7,14

EP

2.548

[15]

2015

Atahualpa

> 19 años

28,0

14,02

EP

1.462


Brasil

[28]

2000

Alto Xingu (Amazonas)

Todos los grupos de edad

18,6

12,4 a

EP

483

[27]

2000

Río de Janeiro

Todos los grupos de edad

20,4

5,1

EP

982

[29]

2001

São José do Rio Preto

Todos los grupos de edad

18,6

13,3

EP/dos fases

336.000 (17.293) b

[30]

2002

São José do Rio Preto

Todos los grupos de edad

9,2

5,4 a

EP/dos fases

96.300 (54.102) b

[26]

2006

Paraisópolis

0-16 años

9,7

8,7

EP/dos fases

22.013


Colombia

[36]

1993

Santander

Todos los grupos de edad

22,7

ND

EP

544

[37]

1995

Diferentes zonas de Colombia

Todos los grupos de edad

10,3

ND

EP/dos fases

8.910

[38]

1996

Diferentes zonas de Colombia

Todos los grupos de edad

11,3

10,1

EP/dos fases

8.910

[34]

2005

Caldas

Todos los grupos de edad

24,0

ND

EP/dos fases

452.177 (787) b


Argentina

[44]

1991

Buenos Aires

6-14 años

3,2

2,8

EP/dos fases

6.194

[45]

1991

Buenos Aires

6-14 años

3,71

ND

EP/dos fases

302.032 (26.270) b

[43]

1991

Buenos Aires

Todos los grupos de edad

6,2

3,9

EP/dos fases

˜ 80.000 (17.049) b


Perú

[48]

2000

Matapalo

Todos los grupos de edad

32,1

16,6

EP/dos fases

903

[47]

2007

Costa norte

> 1 año

17,25

10,8

EP/dos fases

17.450

[46]

ND

Ayacucho/Lima

> 29 años

29,44

18,27

EP/dos fases

362.643 (989) b


México

[51]

2007

San Andrés Azumiatla

Todos los grupos de edad

3,9

ND

EP/dos fases

4.008

[50]

2010

Xocotitla, Hidalgo

> 18 años

25,4

ND

EP

863


Bolivia

[61]

1994

Provincia Cordillera

Todos los grupos de edad

12,3

11,1

EP/dos fases

10.124

[60]

2010

Provincia Cordillera

Todos los grupos de edad

7,2

6,6

EP/dos fases

18.907


Honduras

[65]

1997

Salamá

Todos los grupos de edad

23,3

15,4

EP/dos fases

6.473

[66]

2005

Salamá

Todos los grupos de edad

23,4

11,8 a

EP/dos fases

5.609


Panamá

[67]

ND

Chanquinola

Todos los grupos de edad

ND

57,0 a

EP/dos fases

337


Guatemala

[70]

Años 90

ND

ND

8,5

ND

EP/dos fases

1.882

[69]

ND

Jocote y Quesada

ND

28,0

18,0

EP/dos fases

1.131/1.161


Chile

[72]

1975

Melipilla

< 10 años

ND

31,9 a

EP/dos fases

2.104

[71]

1988

Copiapó

Todos los grupos de edad

ND

17,7 a

RS

17.694


Cuba

[73]

ND

La Habana

Niños

7,5

ND

EP

14.450


Uruguay

[74]

1990

Migues

Todos los grupos de edad

9,1

ND

EP

2.000


EP: estudio poblacional; ND: no disponible; RS: estudio de registros sanitarios; SP: semipoblacional. a No se adscribe a los criterios de consenso de la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE)para la definición de epilepsia activa [4]; b Se realiza una selección aleatoria o selectiva de una muestra del universo poblacional para realizar la estimación de la prevalencia.

 

En cuanto a estudios de incidencia, se identificaron en total siete, con esta distribución por países: España, Chile, Ecuador, Bolivia, Honduras y Perú. El séptimo estudio identificado se realizó en la isla de Martinica, un departamento de ultramar francés, ubicado al norte de Santa Lucía, en aguas del mar Caribe. Las características de estos estudios se recogen en la tabla II.

 

Tabla II. Resumen de estudios de incidencia de la epilepsia en España y Latinoamérica.
 

Ref.

Año

Población

Estrato etario

Incidencia anual
(casos/100.000 hab.)

Método

Población
estudiada


España

[75]

2002-2005

Navarra

< 15 años

62,3-62,9

Prospectivo

304.944


Francia

[77]

1994-1995

Isla de Martinica

Todas las edades

77,7

Prospectivo

383.596


Chile

[71]

1984-1988

Copiapó

Todas las edades

113

Retrospectivo

18.051


Ecuador

[76]

1991

Sierra Norte de los Andes ecuatorianos

Todas las edades

122-190

Retrospectivo

72.121


Honduras

[65]

1996-1997

Salamá

Todas las edades

92,7

Retrospectivo

6.473


Perú

[78]

1999-2004

Matapalo

Todas las edades

162,3

Retrospectivo

817


Bolivia

[60]

2000-2010

Cordillera

Todas las edades

49,5

Prospectivo

18.907


 

Estudios de prevalencia en España


El estudio español más reciente es el EPIBERIA [5]. Es un estudio que, mediante encuesta telefónica, seleccionó a los pacientes a partir de 18 años susceptibles de tener diagnóstico de epilepsia entre 2012 y 2013. Se llevó a cabo en tres zonas geográficas de España (Zaragoza, Almería y Sevilla), con características diferenciales demográficas, climatológicas y económicas, con la pretensión de obtener datos con validez externa. El universo poblacional del estudio fue de 648.000 habitantes. La prevalencia de epilepsia a lo largo de la vida ajustada por edad notificada fue de 14,87 de cada 1.000 habitantes, y la de epilepsia activa, de 5,79 casos de cada 1.000 habitantes. La importancia de este estudio radica en que es el primer estudio poblacional llevado a cabo en España con sistema de encuestas telefónicas, y que cumple los estándares de mayor calidad propuestos por la ILAE para la realización de estudios epidemiológicos [4].

Entre 2009 y 2010, García Martín et al llevaron a cabo un estudio epidemiológico en la zona oeste de la provincia de Málaga [6]. Se basaba en registros sanitarios que recogían todos los pacientes epilépticos a partir de 14 años de edad en seguimiento por el servicio de neurología del Hospital Virgen de la Victoria. A pesar de no ser de base poblacional, se trata de un estudio robusto desde el punto de vista metodológico. La prevalencia de epilepsia activa encontrada fue de 4,79 de cada 1.000 habitantes, algo por debajo del dato de EPIBERIA. En este estudio, el concepto de epilepsia activa incluye todos los casos de epilepsia que continúen en tratamiento y los que, tengan o no tratamiento, hayan tenido alguna crisis en los últimos cinco años.

En 2009 se publicó otro estudio español, dirigido por Benavente et al [7], que recogía exclusivamente la población adolescente de 10-19 años de Huesca con seguimiento en los servicios de pediatría de los dos hospitales públicos de la ciudad o en los centros de salud, así como los que hubieran sido derivados al servicio de neurofisiología del Hospital San Jorge para la realización de un electroencefalograma. A partir del estudio de sus historias clínicas, y tras la reevaluación por tres de los autores con un cuestionario definido y una entrevista personal si se requería, se verificó el diagnóstico de epilepsia. La prevalencia de epilepsia activa se estimó en 6,3 de cada 1.000 habitantes. El estudio presenta un posible sesgo de selección derivado de la exclusión de pacientes que no hayan solicitado atención médica en el sistema público de salud. Por otro lado, los datos sólo son extrapolables a la población adolescente.

En 2001, Luengo et al [8] publicaron un estudio de prevalencia en la zona norte de Madrid sobre una población total de 98.405 habitantes de 10 años o más que acudieron a los centros de salud de dicha área. Los casos con sospecha de epilepsia se identificaron mediante una encuesta realizada por médicos de familia. Los pacientes seleccionados fueron evaluados por neurólogos que validaron el diagnóstico. La prevalencia a lo largo de la vida fue de 4,12 por cada 1.000 habitantes. Dado que el trabajo especifica el número de pacientes con epilepsia activa (394 sujetos), se puede calcular la prevalencia cruda de epilepsia activa, que sería de 4 casos de ca­da 1.000 habitantes. También presenta un sesgo de selección, ya que los pacientes que no hicieran revisiones, no recibieran tratamiento o tuvieran una asistencia sanitaria privada no fueron incluidos en el estudio.

Existen otros trabajos españoles de la década de los años ochenta que no cumplen los mismos cri­terios de calidad que los anteriores. Así, en 1991, Ochoa-Sangrador y Palencia-Luaces [9] calcularon la prevalencia de la epilepsia infantil en Valladolid entre los 6 y los 14 años de edad, con una metodología ‘puerta-puerta’ en niños escolarizados en educación primaria o centros de educación especial. Los posibles diagnósticos se confirmaron mediante la revisión de los historiales y la entrevista a sus familiares. En este estudio se consideró epilepsia activa la que tuvo crisis en los últimos tres años y no cinco años como estipulan las recomendaciones de la ILAE. La prevalencia de epilepsia a lo largo de la vida para este subgrupo poblacional fue de 5,72 de cada 1.000 habitantes, y la de epilepsia activa, de 3,82 de cada 1.000 habitantes.

Un grupo poblacional que se analizó en estudios españoles en los años ochenta fue el integrado por los varones que al cumplir los 18 años de edad eran llamados a realizar el servicio militar obligatorio. Así, Ferrero-Arias y Pilo-Martín [10] analizaron las peritaciones efectuadas por el servicio de neurología del Hospital Militar Central Gómez Ulla sobre cinco contingentes anuales consecutivos de mozos alistados entre los años 1985 y 1989 que correspondían a sujetos residentes en nueve provincias españolas de la zona centro. El total de personas analizadas en este estudio fue de 1.124.491, un 18% del contingente total. No se especifica en el trabajo publicado qué definición de epilepsia emplearon, salvo ‘epilepsia que estuviera bien caracterizada’, y para el concepto de epilepsia activa se marcó el límite de tres años. La prevalencia fue de 5,13 de cada 1.000, que se eleva a 6,84 de cada 1.000 si se tienen en cuenta los casos de epilepsia dudosa o inactiva. La validez externa de este estudio está afectada por la selección de la muestra: sólo varones de 18 a 21 años, y además no tiene en cuenta a los sujetos que no estuvieran llamados a filas por el motivo que fuera (prófugos, presos, etc.).

Existe otro estudio previo, dirigido por García de León [11], también en un grupo de población masculina de menos de 21 años que había alegado epilepsia como motivo de exclusión del servicio militar en siete provincias españolas –todas incluidas en el estudio de Ferrero-Arias y Pilo-Martín [10]–, el cual refleja una prevalencia de 4,7 de cada 1.000, sin especificar si se trata de epilepsia activa o no.

Por último, en un trabajo español de 1988 se hi­zo una búsqueda de epilepsia mediante encuestas puerta a puerta en un pueblo de Sevilla, y se encontró una prevalencia de 5,5 de cada 1.000 [12].

En resumen, la prevalencia de epilepsia activa en España en los estudios disponibles oscila entre los 3,82 y los 6,3 casos de cada 1.000 habitantes, si bien los estudios que acreditan estas cifras son muy heterogéneos. El estudio metodológicamente más fiable es el denominado EPIBERIA [4], que arroja una cifra de 5,79 casos de cada 1.000 habitantes de epilepsia activa.

Estudios de prevalencia en Latinoamérica


En lo referente a los estudios realizados en países de Latinoamérica, existen al menos tres revisiones sistemáticas al respecto [1,13,14], de las cuales la más reciente es la de Burneo et al [1]. En este trabajo, las cifras de prevalencia oscilan en un amplio rango entre 1 y 41,6, y llama la atención de los autores que, incluso dentro de cada país, los resultados varían mucho, probablemente porque la mayoría de estos trabajos son anteriores a las recomendaciones de la ILAE para la realización de estudios epidemiológicos, lo que hace que la metodología sea muy heterogénea. Además, muchos de estos trabajos no fueron publicados en revistas internacionales, y otros ni siquiera en revistas indizadas, lo que dificulta la obtención del texto completo para poder cotejar los métodos de investigación empleados. Se presenta el análisis por países.

Ecuador

Es el país que tiene más estudios epidemiológicos sobre epilepsia, con varios grupos de investigación que trabajan en la relación epidemiológica entre epilepsia y cisticercosis. En 2017, Del Brutto et al publicaron un estudio poblacional llevado a cabo en Atahualpa, un pueblo rural costero, mediante encuestas puerta a puerta, con posterior confirmación del diagnóstico de epilepsia por neurólogos [15]. La prevalencia cruda de epilepsia en esta área para mayores de 19 años fue de 28 casos de cada 1.000 habitantes. Del total de pacientes epilépticos detectados, el 50% tenía epilepsia activa, entendiendo como tal la presencia de crisis en los últimos cinco años. Para este análisis se siguieron las recomendaciones internacionales para estudios epidemiológicos sobre epilepsia, lo que hace de éste un estudio de garantías metodológicas. El mismo grupo, en 2004, publicó un estudio con similar metodología, pero que abarcaba todos los grupos de edad [15-17]. Encontró una prevalencia de epilepsia de 9,94 de cada 1.000 habitantes, con un 75% de pacientes con epilepsia activa.

Otro estudio relevante en Ecuador fue el publicado por Cruz et al [18] en 1999. Es un estudio poblacional puerta a puerta en otra zona rural ecuatoriana, San Pablo del Lago, también endémica de cisticercosis. La prevalencia encontrada fue de 11,4 de cada 1.000 habitantes. Este grupo tiene otros trabajos ,entre los que destaca el realizado en Paluguillo, una pequeña comunidad cercana a Quito con 221 residentes, donde detectaron una prevalencia de 22,6 de cada 1.000 habitantes para epilepsia en todos los grupos de edad, a través de un estudio puerta-puerta con diseño en dos fases [19].

El grupo de Placencia llevó a cabo un estudio en los Andes ecuatorianos. Se trata de un estudio poblacional con sistema de encuestas puerta a puerta en la sierra norte de los Andes (en torno a 75.000 habitantes) [20-23]. La tasa de prevalencia detectada osciló entre 12,2 y 19,5 de cada 1.000 habitantes, con una tasa de prevalencia de epilepsia activa de 6,7-8 de cada 1.000. Hay que tener en cuenta que el concepto de epilepsia activa que manejan es el de crisis en los últimos 12 meses o continuación de medicación antiepiléptica. Además, los propios autores especifican que el diagnóstico es clínico y no basado en técnicas complementarias, lo que supone una limitación a la hora de comparar con otros estudios.

En las revisiones de Burneo et al [1], Jallon [13] y Campos [14] se mencionan estudios previos en Ecuador. Así, Cruz et al comunicaron una prevalencia global de 27 de cada 1.000 habitantes y activa de 17,1 [24] en 1982; y Carpio et al, en 1983 [25], encontraron una prevalencia de 18,2 de cada 1.000 habitantes. No se ha tenido acceso a estos estudios, por lo que no se han incluido en la tabla I.

Brasil

En este país, el estudio más reciente es el publicado por Sampaio et al [26], que investigó la epidemiología de la epilepsia infantil entre 2005 y 2006 en Paraisópolis, un barrio deprimido de Sao Paulo. Se trata de un estudio en población pediátrica hasta los 16 años basado en registros hospitalarios. Los conceptos de epilepsia y epilepsia activa son los de la ILAE. La prevalencia de epilepsia activa fue de 8,7 de cada 1.000 habitantes, y la de prevalencia a lo largo de la vida, de 9,7 de cada 1.000.

En 2002, Da Mota Gomes et al publicaron otro estudio llevado a cabo con metodología puerta a puerta en una comunidad urbana de Río de Janeiro [27] con 1.300 habitantes. Fue una encuesta seguida de exploración neurológica, sin ninguna prueba complementaria. La prevalencia a lo largo de la vida fue de 20,2 de cada 1.000 habitantes, y la de epilepsia activa (crisis en los últimos cinco años), de 5,1 de cada 1.000.

Existen, además, otros tres estudios poblacionales de la misma etapa en Brasil, con metodología puerta a puerta, por un mismo equipo investigador, y para todos los grupos de edad. En 2000, Borges et al [28] encontraron en la población indígena de Bakairi, una zona perteneciente al Bajo Amazonas, una prevalencia global del 18,6 de cada 1.000 habitantes, y de epilepsia activa de 12,4 de cada 1.000, con el criterio de crisis en los últimos dos años. Posteriormente, en 2001, analizaron la prevalencia de la epilepsia en una zona urbana, en São José do Rio Preto (336.000 habitantes), y encontraron una prevalencia total de 18,6 de cada 1.000 habitantes, y una tasa de epilepsia activa entre 8,2 y 13,3 de cada 1.000, según se tuvieran en cuenta uno, dos, tres, cuatro o cinco años desde la última crisis [29].

Norohna lideró el último trabajo de este grupo [30], llevado a cabo en el último trimestre de 2002 en tres áreas brasileñas pertenecientes a São José do Rio Preto que suman 96.300 habitantes. La prevalencia total obtenida fue 9,2 de cada 1.000 habitantes para todas las edades, y la prevalencia activa fue de 5,4 de cada 1.000. Este estudio considera epilepsia activa la que tiene crisis en los últimos 24 meses, lo que limita la extrapolación de sus resultados.

A ciertos estudios de finales del siglo xx, revisados por otros investigadores, no se ha tenido acceso. Así, Marino et al en 1986 recogieron una prevalencia de 11,9 de cada 1.000 habitantes en la ciudad de Sao Paulo [31]; y Fernandes et al, en 1992, una prevalencia de epilepsia activa de 16,5 de cada 1.000 habitantes e inactiva de 20,3 de cada 1.000 en Porto Alegre [32]. No se han incluido en la tabla I.

Colombia

El interés por la epidemiología de la epilepsia también ha sido significativo en Colombia, donde Pradilla et al, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para el estudio de la prevalencia de las enfermedades neurológicas, han realizado diversas investigaciones [33]. Díaz-Cabezas et al [34] publicaron que la tasa de prevalencia en 2004 y 2005 en la zona centro de Caldas (con 452.177 habitantes) fue de 24 de cada 1.000 habitantes. Se trata de un estudio genérico para enfermedades neurológicas, por lo que no se detallan las definiciones ni los conceptos aplicados.

Otro estudio poblacional descriptivo transversal llevado a cabo en Bucaramanga, Piedecuesta y Aratoca, mediante encuestas, en 1993, refirió una tasa de prevalencia global de 22,7 de cada 1.000 habitantes. No especificaron la definición de epilepsia, ni se dieron datos referentes a actividad de la enfermedad. Otros estudios que siguen una metodología muy similar, publicados entre 1986 y 2003, muestran cifras de prevalencia variables, sobre todo dependiendo de que se trate de medio rural o urbano, que oscilan entre 10,3 y 33,1 casos por cada 1.000 habitantes [35-37]. La mayoría de estas publicaciones no se han podido localizar y no están incluidas en la tabla I. Sí incluimos el estudio de 1995, publicado en 2003, con una prevalencia de 10,3 de cada 1.000 habitantes en cinco zonas de Colombia, seleccionando en cada zona áreas rurales y urbanas, para detectar la prevalencia de diferentes enfermedades neurológicas en el país. Posteriormente, se hizo seguimiento a los pacientes detectados y se completó el estudio epidemiológico en 1996 [38]; en él se detalla la definición de epilepsia activa como crisis en los últimos cinco años, y se estima una prevalencia global de 11,3, y una prevalencia de epilepsia activa de 10,1 de cada 1.000 habitantes.

Estudios a los que no hemos accedido, recogidos en revisiones previas, son los de Zuloaga et al (22,4 de prevalencia en Medellín en 1983) [39], Gómez et al (19,5 en Bogotá en 1974) [40] y Zúñiga y Antolínez (19,4 en Jamunidi en 1984) [41]. No se incluyen en la tabla I.

Argentina

Existen tres trabajos epidemiológicos reseñables en Argentina, pero ninguno de ellos es reciente. Entre 1991 y 1995, el grupo de Melcon llevó a cabo un estudio poblacional en Junín, en la provincia de Buenos Aires (70.000-80.000 habitantes), mediante metodología puerta a puerta [42,43]. Emplearon la definición de epilepsia de la ILAE, pero sin incluir en el concepto de epilepsia activa la continuidad en el tratamiento en pacientes libres de crisis. La prevalencia total encontrada fue de 6,2 de cada 1.000 habitantes, y la prevalencia para epilepsia activa fue de 3,9 de cada 1.000.

Los otros dos estudios argentinos son estudios de base poblacional, llevados a cabo en 1991 por un mismo grupo de investigadores en las escuelas primarias de un distrito único de Buenos Aires que atiende a 6.194 escolares. La prevalencia total fue de 3,71 de cada 1.000 y de 3,2 de cada 1.000, respectivamente [44,45]. La prevalencia de epilepsia activa fue de 2,6 de cada 1.000 en el último estudio.

Perú

Se han llevado a cabo tres estudios poblacionales transversales en este país, con metodología puerta a puerta. El más reciente, de Gonzales et al [46], comparó las características de la epilepsia en Ayacucho, zona eminentemente rural, con la de sus inmigrantes a zonas urbanas en la ciudad de Lima, y la de ciudadanos nacidos en la propia Lima (6.804 habitantes mayores de 30 años para una población total de 362.643 habitantes). La prevalencia fue mayor en los inmigrantes a zonas urbanas (35,6 de ca­da 1.000 de prevalencia global y 22,07 de cada 1.000 de epilepsia activa) que en Lima (15,3 de cada 1.000 de prevalencia global y 5,1 de cada 1.000 de prevalencia activa), si bien no se encontraron diferencias estadísticamente significativas. Un estudio anterior, de Moyano et al [47], en la costa norte de Perú, entre 2006 y 2007 (20.610 habitantes), aportó una cifra de prevalencia de 17,25 de cada 1.000, reducida a 10,8 para los casos de epilepsia activa según los criterios de la ILAE. En 1999-2000, los mismos investigadores detectaron una prevalencia de 32,1 de cada 1.000 en Matapalo, en la frontera de Perú con Ecuador [48], con una prevalencia activa de 16,6 de cad 1.000 (siguiendo el concepto exclusivo de crisis en los últimos cinco años, sin atender al de continuidad de tratamiento libre de crisis).

Por último, mencionar un estudio de Reyes-Briceno, en niños de 9-12 años, en 1992, que arroja una prevalencia de 11,9 de cada 1.000, en un trabajo que sólo empleó cuestionarios [49].

México

En los últimos años se han llevado a cabo varios trabajos de interés en México. San Juan et al en 2015 publicaron el resultado de un trabajo de base poblacional transversal, con encuestas puerta a puerta, llevado a cabo en Xocotitla en 2010 (863 habitantes) [50], con una prevalencia global de 25,4 de cada 1.000, para mayores de 18 años. Quet et al, por su parte, aportaron datos de 2007 [51], procedentes de San Andrés Azumiatla (6.203 habitantes), zona rural donde se analizó con encuesta puerta a puerta la presencia de diferentes enfermedades neurológicas en todos los grupos de edad. Entre ellas se analizó la epilepsia, y se encontró una prevalencia de 4 de cada 1.000. No se especifican datos de la definición de epilepsia.

Revisando en las bases de datos bibliográficas y en la bibliografía de estos trabajos recientes, se aprecia que sí hubo estudios previos en los años setenta a los que ha sido imposible acceder [52-54]. Además, Burneo et al [1] y Jallon [13] recogen en sus revisiones dos estudios poblacionales en niños, de la década de los setenta, con prevalencias de 44,3, 25 y 16 de cada 1.000, respectivamente [55-57]; un estudio de 1988 con una prevalencia global de epilepsia en adultos de 38,8 de cada 1.000, empleando exclusivamente un cuestionario para llegar al diagnóstico de epilepsia [58]; y otro estudio del año 2000, a cuyo original tampoco se ha podido acceder, con una prevalencia de 6,8 de cada 1.000, en el que los casos identificados mediante cuestionario se confirmaron por exploración neurológica [59]. Al no tener acceso al original de ninguno de ellos, sólo se mencionan al final y no se incluyen en la tabla I.

Bolivia

En Bolivia trabaja un grupo, liderado por Nicoletti, muy activo en los estudios epidemiológicos en epilepsia desde los años noventa. Destaca un trabajo en que se calcula la tasa de prevalencia para ‘crisis convulsivas’ en las áreas rurales de la provincia de Cordillera (18.907 habitantes) entre 2010 y 2012 [60]. La prevalencia global fue de 7,2 de cada 1.000, y la prevalencia activa, de 6,6 de cada 1.000. Se trata de una zona donde viven sobre todo indígenas guaraníes, en situación de muy escaso desarrollo. Dado que la epilepsia no convulsiva no se incluye en estas tasas de prevalencia, estas cifras estarían por debajo de las cifras reales y hacen difícil que se puedan comparar con otros estudios.

Nicoletti et al, previamente, habían estudiado la prevalencia de epilepsia global, en un proyecto de similar metodología (estudio poblacional basado en encuestas puerta a puerta) y en la misma región [61], para una población de 10.124 habitantes en 55 comunidades rurales, obteniendo una prevalencia de epilepsia global de 12,3 de cada 1.000 habitantes, y de epilepsia activa de 11,1 de cada 1.000. De este estudio transversal después se extrapolaron datos epidemiológicos de cisticercosis y toxocariasis en la epilepsia en esta región de Bolivia [62,63].

Burneo et al [1] hacen referencia a otro estudio de 1988 en Bolivia realizado por Marinkovic et al. Se trata de un estudio poblacional con cuestionario y revisión neurológica que estima, para todas las edades, una prevalencia global de 15,3 de cada 1.000, calculada a partir de encuestas en tres barrios en la ciudad de Cochabamba [64].

Honduras

Se ha identificado un primer estudio poblacional de 1995, dirigido por Medina, publicado en 2005, con metodología puerta a puerta y siguiendo la clasificación de la epilepsia actual [65], que recoge los casos de epilepsia en el condado de Salamá (7.384 habitantes). La prevalencia global detectada fue de 23,3 de cada 1.000, y la prevalencia de epilepsia activa, de 15,4 de cada 1.000 (crisis en los últimos cinco años). En un estudio posterior, los mismos autores analizaron los cambios epidemiológicos de la epi­lepsia en la misma población tras su intervención en salud pública en la comunidad a lo largo de ocho años [66]. En este caso, la prevalencia fue de 23,4 de cada 1.000, con 11,8 de cada 1.000 de prevalencia activa, y concluyeron que su intervención había reducido las tasas de epilepsia activa.

Panamá

Existe un estudio publicado en 1990 por Gracia et al, hecho en Chanquinola, pequeño enclave costero habitado por indios guaymíes (337 personas), población caracterizada por su aislamiento ancestral desde la época de la colonización española. Con un estudio de base poblacional en mayores de 1 año de vida, con metodología puerta a puerta, los autores obtuvieron una prevalencia para epilepsia activa de 57 de cada 1.000, pero los resultados son poco extrapolables, dada la amplia franja etaria de la población estudiada, el pequeño tamaño poblacional y su localización [67]. Se ha identificado otro estudio epidemiológico previo sobre enfermedades neurológicas, que no pudo localizarse por su antigüedad y procedencia de una revista local panameña [68].

Guatemala

Se han identificado dos estudios. Uno de García-No­val et al, publicado en 2001, sobre dos comunidades (El Jocote y Quesada), con poblaciones de 1.131 y 1.161 habitantes, respectivamente, que obtuvo una prevalencia global de 28 de cada 1.000, y de epilepsia activa de 18 de cada 1.000 [69]. Otro, de Mendizábal et al, realizado con la misma metodología en la década de los noventa, en un pequeño enclave rural con una población de 2.111 habitantes, obtuvo una prevalencia global de 8,5 de cada 1.000 [70].

Chile

Se ha identificado un estudio realizado en 1988 en Copiapó, en el norte del país, con una población de 17.694 habitantes, basado en registros sanitarios [71]. La prevalencia de epilepsia activa obtenida fue de 17,7 de cada 1.000. En la revisión de Burneo et al [1] se cita un estudio de Chiofalo et al, en la región de Melpilla, sobre una cohorte de 2.085 personas, realizado en 1975 [72], utilizando para la identificación de los casos cuestionarios y evaluación posterior por neurólogos. No se especifica qué definiciones de epilepsia se emplearon. El estudio comunica una prevalencia de epilepsia activa de 31,9 de cada 1.000 en menores de 9 años. Burneo et al recogen otro estudio poblacional de este mismo autor realizado en 1992 a cuyo texto completo no se ha podido acceder y, por tanto, tampoco tenemos información sobre población y metodología de estudio, que recoge una prevalencia activa de 17 de cada 1.000.

Cuba

Existe un único trabajo publicado que se haya podido detectar [73]. Se trata de una encuesta poblacional de La Habana que estudió a 14.450 niños en 1980 y obtuvo una prevalencia de 7,5 de cada 1.000. Desconocemos las definiciones empleadas y otras características metodológicas de este estudio.

Uruguay

En las revisiones de Burneo et al [1] y Placencia [14] se incluye el trabajo de Ketzoian et al, realizado en 1990 en Migues (2.000 habitantes), cerca de Montevideo, con el fin de detectar las enfermedades neurológicas más prevalentes mediante una encuesta poblacional. Comunicaron una prevalencia global de 9,1 de cada 1.000 para todos los grupos de edad, sin especificar la definición de epilepsia empleada [74].

No se ha encontrado ningún trabajo sobre prevalencia en Venezuela, Haití, El Salvador, Costa Rica, República Dominicana, Paraguay ni Nicaragua.

Estudios de incidencia en España


En 2007 se publicó el único estudio de incidencia español hasta la fecha por Durá-Travé et al [75]. Es un estudio prospectivo de cuatro años de duración (2002-2005), en población pediátrica (pacientes menores de 15 años) y restringido a la zona de la comunidad autónoma de Navarra. El sistema sanitario de esta comunidad autónoma tiene unas características organizativas que facilitaron que todos los pacientes con sospecha de padecer crisis convulsivas o epilepsia fueran remitidos sin demora desde los centros de salud u hospitales secundarios al hospital de referencia durante el período del estudio. De cada paciente se obtuvieron datos epidemiológicos, clínicos y de exámenes complementarios. Utilizando esta metodología, los autores encontraron una incidencia de 62,6 casos de cada 1.000 habitantes/año (intervalo de confianza al 95%, IC 95%: 62,3-62,9). Por edades, la incidencia máxima se encontró en los pacientes de 0-12 meses de vida, con 95,3 casos de cada 1.000 habitantes/año (IC 95%: 82,8-107,8), y la mínima, entre los 10-15 años, con 48,7 casos de cada 1.000 habitantes/año (IC 95%: 45,4-52,0).

Estudios de incidencia en Latinoamérica


La revisión sistemática de Burneo et al [1] encontró tres estudios de incidencia en el área de Latinoamérica. Dos de ellos se realizaron en áreas rurales de Ecuador y Chile [71,76], y el tercero, de Jallon et al, mezcló áreas rurales y urbanas en la isla de Martinica [77]; este último fue el único con metodología prospectiva. Las cifras oscilaron entre los 77,7 casos de cada 100.000 habitantes/año del estudio de la isla de Martinica y los 122-190 casos de cada 100.000 habitantes/año del estudio de Ecuador.

En Honduras, el grupo de Medina publicó en el año 2005 el estudio Salamá [65], ya mencionado con anterioridad. Se trató de un estudio de base poblacional diseñado en dos fases (cribado y confirmación presencial), de prevalencia e incidencia en el municipio rural de Salamá (Honduras), en el departamento de Olancho, en la zona noroccidental de las pampas olanchanas. Este estudio se ha convertido en referente, por su correcta metodología, en los estudios epidemiológicos de epilepsia en Su­damérica. La incidencia se calculó a través de una metodología puerta-puerta para el período 1996-1997, y se estimó en 92,7 casos de cada 100.000 habitantes/año.

En 2009, Villarán et al [78] publicaron un estudio llevado a cabo en la frontera entre Perú y Ecuador. Fue un estudio de incidencia de seguimiento de una cohorte de 860 personas desde 1999 hasta 2005 en el distrito rural de Matapalo, en el valle del río Zarumilla, y se enmarcaba en el seno de un estudio global sobre prevalencia e incidencia de neurocisticercosis y, de forma secundaria, también analizó la epidemiología de la epilepsia. Se utilizó una metodología puerta-puerta y arrojó una cifra de incidencia de 162,3 casos de cada 100.000 personas/año, considerada como la más alta de todos los estudios de incidencia realizados en el mundo. Se da la circunstancia de que esta zona es una zona endémica para neurocisticercosis, y que el 50% de los casos incidentes también tenían evidencia de infección del sistema nervioso central por cisticerco.

En 2015, Bruno et al publicaron un estudio de prevalencia e incidencia de epilepsia realizado en una zona rural de Bolivia ya referido en los estudios de prevalencia [60]. En este estudio se calcula de forma prospectiva la incidencia cruda de epilepsia asociada con crisis convulsivas de inicio, y se obtuvo una cifra de en 55,4 de cada 100.000 (incidencia estandarizada por edad a la población mundial: 49,5 de cada 100.000). La incidencia fue ligeramente mayor entre las mujeres (no significativo). Existe la posibilidad de que esta cifra esté infraestimada, pues no incluye las crisis no convulsivas.

Relación entre la prevalencia de epilepsia y las condiciones sociosanitarias del país


Hemos realizado un estudio de correlación lineal simple entre las tasas de prevalencia de epilepsia activa encontrada en los estudios de base poblacional que incluya a pacientes de todas las edades más recientes disponibles y las cifras del PIB per capita del país donde se realizaron dichos estudios. Utilizamos el PIB per capita expresado en miles de dólares por año en 2016 según datos del Instituto Nacional de Estadística, y obtuvimos una R2 de 0,26. La figura representa gráficamente esta correlación.

 

Figura. Correlación entre producto interior bruto (PIB) y prevalencia activa de epilepsia.






 

Conclusiones


Un total de 55 trabajos han cumplido los criterios de inclusión establecidos para esta revisión. De ellos, 48 son estudios de prevalencia, y siete, de incidencia. Llama la atención la heterogeneidad de su distribución geográfica, con países aceptablemente estudiados a pesar de su pequeño tamaño, como es el caso de Ecuador o Colombia, frente a otros países en los que los estudios son anecdóticos o inexistentes. En amplias zonas de Latinoamérica la epilepsia nunca se ha estudiado epidemiológicamente. La razón de esta heterogeneidad sólo puede atribuirse a la existencia o no de grupos de estudio con interés por esta área del conocimiento, si bien es posible que haya sitios donde algún problema de salud pública, como la alta prevalencia de enfermedades infecciosas, como la cisticercosis, pueden haber impulsado la realización de estudios de sus consecuencias neurológicas, co­mo la epilepsia.

La gran mayoría de los estudios descritos tienen más de diez años. De hecho, sólo se han publicado en la última década cinco estudios de prevalencia (dos españoles, y uno de Ecuador, México y Brasil) y dos de incidencia (Ecuador y Bolivia). En general, los resultados de estos estudios no pueden considerarse diferentes a los realizados previamente y ya analizados en Burneo et al [1], y no existen por tanto argumentos para pensar que en los últimos años haya habido un cambio de tendencia en la epidemiología de la epilepsia en Latinoamérica.

Una de las principales conclusiones del análisis conjunto de los resultados de estos estudios epidemiológicos es la existencia de una relación inversa entre prevalencia de epilepsia y nivel de vida medida por el PIB per capita, como se muestra en la figura. Es ésta una conclusión ya advertida por estudios previos [3,79] en el mundo, que probablemente traduce de forma indirecta la dependencia de las cifras de prevalencia de epilepsia de las condiciones de salud pública, a su vez dependientes de la riqueza del país.

En la epidemiología de la epilepsia en Latinoamérica, adquiere especial importancia la cisticercosis, una enfermedad que está relacionada con la epilepsia y que es endémica en buena parte de estos países. En relación con este tema, es notable que los trabajos realizados en Ecuador, Colombia, Perú o Bolivia, áreas endémicas de cisticercosis, son los que muestran mayores tasas de prevalencia e incidencia. Por el contrario, el país que presenta estudios con una prevalencia inferior es Argentina. Los autores de estos trabajos argentinos plantean que pueda deberse a la existencia de buenos programas de salud pública en las áreas estudiadas [42-44].

En el caso de España, pese a que el estudio EPIBERIA mostró unas cifras de prevalencia de epilepsia activa comparables con las cifras de estudios europeos, muy inferiores a las de los países de Latinoamérica, obtuvo unas cifras de prevalencia a lo largo de la vida de epilepsia intermedias entre las de Latinoamérica y las de estudios europeos [5,80]. Esto puede obedecer a razones metodológicas (EPIBERIA fue el primer estudio de prevalencia de base poblacional en dos fases realizado en España) o reflejar realmente un cambio de tendencia en la prevalencia de la epilepsia en este país. En este último caso, podría aducirse una explicación relacionada nuevamente con la mejoría de las condiciones de salud pública y la asistencia sanitaria experimentadas en España en los últimos 50 años, que podrían servir de sustento argumental para la desproporción entre epilepsia activa y epilepsia no activa que parece apreciarse.

Como se ha destacado, no se puede realizar la misma observación en los estudios de prevalencia realizados en los últimos años en países de Latinoamérica. Por otro lado, en cuanto a los estudios de incidencia publicados en la última década, que nos dan idea de los nuevos diagnósticos de epilepsia, también se aprecia una clara diferencia entre los resultados obtenidos en España (62,6 casos de cada 100.000 habitantes/año) y los de los países de Latinoamérica (92,7-190 casos de cada 100.000 habitantes/año). Probablemente sea necesario esperar a un mayor desarrollo de las condiciones de salud pública en estos países para apreciar una mejoría en los estudios epidemiológicos de epilepsia.

Otra conclusión del análisis de los datos es que, dado que la prevalencia de epilepsia activa y las cifras de incidencia de los estudios españoles son similares a los de los estudios europeos, y están lejos de las de Latinoamérica, no parece existir base argumental para defender un aumento de la prevalencia de la epilepsia activa en España secundario al aumento de los flujos migratorios desde Latinoamérica en los últimos veinte años, a pesar de ser una población con mayor prevalencia de epilepsia en sus zonas de origen. Más bien, aunque no hay estudios específicos, parecería que la población emigrante adquiere cifras de incidencia de la zona de destino, lo cual refuerza la importancia atribuible a las condiciones de salud pública.

En conclusión, la situación epidemiológica de la epilepsia en Latinoamérica a lo largo de los últimos años no presenta grandes cambios, y las tasas de prevalencia e incidencia continúan siendo más altas que en los países occidentales. Esta diferencia es especialmente evidente en países endémicos para cisticercosis (Ecuador, Bolivia, Colombia o Perú) y está inversamente relacionada con la riqueza del país medida por el PIB per capita. Tampoco existe evidencia de cambio en la epidemiología de la epilepsia en España a pesar de los flujos migratorios de países con alta prevalencia de epilepsia en los últimos años, lo cual refuerza la importancia que tienen las condiciones sanitarias y de salud pública en la frecuencia de la epilepsia.

 

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Epidemiology of epilepsy in Spain and Latin America

Introduction. The connection between Spain and Latin America on the cultural, ethnic and commercial levels has been very important over the last five centuries, and this accounts for the existence of a common identity that can condition the epidemiology of chronic diseases with genetic and environmental determinants, such as epilepsy. In the last 15 years significant changes have come about in the economic development and the healthcare conditions in these countries as well as the migratory flows among them that may have brought about changes in the previous epidemiological situation. We present an exhaustive review of the epidemiological studies describing the status of epilepsy in Spain and Latin America.

Development. A bibliographic search was conducted of descriptive epidemiology studies about epilepsy in Spain and in each of the countries of Latin America. The methodology and quality of each study are reviewed and data on prevalence and incidence are extracted for each country. A total of 796 studies are evaluated, of which 55 (48 on prevalence and seven on incidence) meet eligibility criteria.

Conclusions. There is no evidence of a variation in the epidemiological situation of epilepsy in Latin America. Some prevalence and incidence rates are still higher than in western countries. This difference is especially apparent in countries where cysticercosis is endemic and is inversely proportional to the wealth of the country, measured by the per capita gross domestic product. There is no evidence of any change in the epidemiology of epilepsy in Spain despite the migratory flows of countries with a high prevalence of epilepsy in recent years.

Key words. Epidemiology. Epilepsy. Incidence. Latin America. Prevalence. Spain.

 

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