Original

Causas de hospitalización en pacientes con esclerosis múltiple

C. Maia, A. Costa, P. Abreu, M.J. Sá [REV NEUROL 2019;68:229-235] PMID: 30855706 DOI: https://doi.org/10.33588/rn.6806.2018281 OPEN ACCESS
Volumen 68 | Número 06 | Nº de lecturas del artículo 31.059 | Nº de descargas del PDF 347 | Fecha de publicación del artículo 16/03/2019
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RESUMEN Artículo en español English version
Introducción Existe un escaso conocimiento actual sobre las hospitalizaciones en la población con esclerosis múltiple (EM). El propósito de este estudio fue determinar las causas y resultados de la hospitalización en una cohorte hospitalaria de pacientes con EM.

Pacientes y métodos Se realizó un estudio retrospectivo de los registros clínicos de todos los pacientes ingresados en nuestro centro entre agosto de 2009 y julio de 2015, excluyendo a los que no tenían un diagnóstico previo establecido.

Resultados Se incluyeron 308 hospitalizaciones, lo que representa un total de 155 pacientes (mujeres, 67,5%). La mediana de edad en las hospitalizaciones fue de 47 años, con una duración media de la enfermedad de 12 años. La principal razón para la hospitalización fueron las enfermedades infecciosas (22,1%), seguidas de los brotes (12,7%) y la vejiga neurógena (11%). La duración media de la hospitalización para todos los pacientes fue de cinco días, y el subtipo progresivo de la EM tuvo una mayor duración de la hospitalización que la EM remitente recurrente. El ingreso en la unidad de cuidados intensivos ocurrió en 23 casos (7,5%), que se asociaron con mayor mortalidad y duración de la hospitalización. Del total de hospitalizaciones, nueve (2,9%) acabaron en muerte.

Conclusiones Las infecciones son la causa más frecuente de hospitalización, aunque las recaídas de la EM o las complicaciones relacionadas siguen siendo causas importantes de morbilidad. Casi el 8% de todas las hospitalizaciones por EM requirió ingreso en la unidad de cuidados intensivos, lo que se relacionó con una mayor duración de la estancia y mayores tasas de mortalidad.
Palabras claveCuidados intensivosDuración de la estanciaEsclerosis múltipleHospitalizaciónInfecciónMortalidad CategoriasEsclerosis múltipleInfecciones
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Introducción


La esclerosis múltiple (EM) es un trastorno neurológico crónico complejo que generalmente comienza en adultos jóvenes, lo que puede suponer una gran carga para los pacientes, las familias y el sistema de salud [1,2]. Se han producido cambios sustanciales en el desarrollo científico y asistencial de la EM en los últimos 20 años, entre los que se incluyen la frecuente revisión de sus criterios de diagnóstico y la aprobación de nuevas terapias modificadoras de la historia natural de la enfermedad [3].

Hasta el 25,8% de los pacientes ingresan en el hospital anualmente, superando la tasa de hospitalizaciones en la población general, lo que demuestra que la utilización de los recursos médicos es alta en la población con EM [4]. Con frecuencia, los investigadores consideran que las hospitalizaciones que sufren estos pacientes son un marcador indirecto del empeoramiento de la enfermedad y de la calidad de vida relacionada con la salud, y de la necesidad de más frecuentes demandas de recursos directos de los servicios de salud [5-7].

A pesar de esto, existe muy poca información disponible sobre las características de los ingresos en el hospital de los pacientes que sufren EM. En un gran estudio europeo que abordaba los costos y la calidad de vida de los pacientes con EM, se encontró que la tasa de hospitalizaciones varía considerablemente entre los países [7], y en un estudio americano que describía las hospitalizaciones en la población con EM durante el período 1984-2011, las tasas de hospitalizaciones relacionadas con la EM parecieron haber disminuido en las últimas décadas [3].

No obstante, hasta ahora, poco más se ha investigado en este tema (hospitalizaciones en la EM), y algunos factores importantes, como la discapacidad o la comorbilidad, no se han evaluado.

En este estudio describimos las causas y los resultados de la hospitalización en una cohorte contemporánea de EM, compuesta por todos los pacientes con diagnóstico previo de EM admitidos en el Centro Universitario Hospitalar São João (Oporto, Portugal) durante seis años, con el objetivo de analizar cuál es el impacto de los ingresos hospitalarios en esta población, identificar posibles condiciones prevenibles y, por lo tanto, contribuir a mejorar la gestión del paciente y la planificación de la atención médica para las necesidades futuras.
 

Pacientes y métodos


Diseño del estudio y población


Se realizó una revisión retrospectiva de todos los registros clínicos de los pacientes con EM ingresados en el Centro Hospitalar Universitário São João entre el 1 de agosto de 2009 y el 31 de julio de 2015. Es un centro hospitalario de referencia y de enseñanza universitaria, con una población de referencia de 330.000 personas de una gran región del norte de Portugal, y en el cual se sigue por lo menos a 500 pacientes con EM. El protocolo de la investigación se revisó y aprobó por el comité de ética. No fue necesario el consentimiento por escrito de los pacientes debido al diseño retrospectivo del estudio. Para proteger los datos de confidencialidad, el enlace se realizó a través de un número de identificación personal de salud codificado utilizando versiones anónimas de las bases de datos.

Los pacientes fueron identificados por el código de diagnóstico de alta 340, que se refiere a la EM según la Clasificación Internacional de Enfermedades, 9.ª revisión, modificación clínica (CIE-9-MC). Enseguida excluimos a los que no tenían un diagnóstico previo establecido, según los criterios de McDonald [8]. Los pacientes sin mención de EM en su registro electrónico, debido a errores en la atribución de la CIE-9-MC, también fueron excluidos.

Variables del estudio y recogida de los datos


Los datos demográficos del paciente –edad, sexo y tratamiento– y el historial de la enfermedad –tipo de enfermedad, escala expandida del estado de discapacidad (EDSS), duración de la enfermedad y ta­sa anual de brotes (antes y después del ingreso)– se obtuvieron a través de los registros electrónicos de los pacientes ingresados. Para cada paciente, cal­culamos retrospectivamente el índice de comorbilidad de Charlson (ICC) como una medida de comorbilidad. Se evaluaron la mortalidad y la morbilidad intrahospitalarias, y esta última se determinó por la duración de la estancia hospitalaria y el requisito de la unidad de cuidados intensivos (UCI). La causa principal de la hospitalización se determinó por un médico basándose en la revisión de los registros de hospitalización y teniendo en cuenta los capítulos de la CIE-9-MC.

Análisis estadístico


Para los análisis estadísticos se utilizó el programa SPSS v. 22.0. Para las variables continuas, la distribución normal se confirmó mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov corregida de Lilliefors. Como todas las variables cuantitativas no estaban distribuidas normalmente, el análisis se basó en pruebas no paramétricas.

Las estadísticas descriptivas se presentan como frecuencias absolutas y relativas para datos categóricos o medianas y rango intercuartílico (RIC) para datos cuantitativos. La prueba de Mann-Whitney se realizó para comparar rangos medios de dos muestras independientes. La prueba de chi al cuadrado y la prueba exacta de Fisher, cuando una o más de nuestras células tenían una frecuencia esperada de cinco o menos, se utilizaron para determinar si existía una asociación significativa entre dos variables categóricas. Valores de p < 0,05 se consideraron estadísticamente significativos.
 

Resultados


Contabilizamos 429 hospitalizaciones de pacientes con EM admitidos en nuestro hospital desde agosto de 2009 hasta julio de 2015, 308 de las cuales cumplieron con los criterios de inclusión del estudio, lo que representa un total de 155 pacientes (mujeres, 67,5%). La mediana de edad en las hospitalizaciones fue de 47 años (RIC: 39-59 años), con una duración media de la enfermedad de 12 años (RIC: 7-15 años). Otras características demográficas y clínicas de los pacientes se resumen en la tabla I. Los pacientes con subtipo progresivo de EM en comparación con los pacientes con EM remitente recurrente tenían una edad más avanzada (57 años; RIC: 45,3-62 años; p < 0,001), mayor ICC (4; RIC: 2-5,75; p < 0,001) y mayor puntuación en la EDSS (6,5; RIC: 5-7,5; p < 0,001). Las tendencias temporales en las admisiones de EM durante este intervalo de seis años se ilustran en la figura.

 

Tabla I. Características demográficas y clínicas de la cohorte global de pacientes (n = 308).

Edad a

47 (39-59) años


Sexo femenino

208 (67,5%)


Índice de comorbilidad de Charlson a

2 (0-4)


Tipo de esclerosis múltiple

Remitente recurrente

145 (51,1%)


Progresiva

139 (48,9%)


No disponible

24


Escala expandida del estado de discapacidad a,b

4,5 (1,5-6,5)


Brotes, dos años antes de la admisión c

74 (33,2%)


Brotes, dos años después de la admisión d

66 (35,5%)


Duración de la enfermedad en la observación a

12 (7-15) años


Presente terapia modificadora
de la enfermedad


Ninguna

95 (31,7%)


Interferón ß-1a

70 (23,4%)


Interferón ß-1b

52 (17,3%)


Acetato de glatiramero

16 (5,3%)


Natalizumab

39 (13,0%)


Fingolimod

14 (4,7%)


Otros

14 (4,7%)


No disponible

8


Duración de la estancia a

5 (2-10) días


Admisión en la unidad de cuidados intensivos

23 (7,5%)


Muertes durante la hospitalización

9 (2,9%)


a Mediana (rango intercuartílico); b Sólo con la información de 208 pacientes debido a los valores faltantes en los registros clínicos; c Sólo con la información de 223 pacientes debido a los valores faltantes en los registros clínicos; d Sólo con la información de 186 pacientes debido a los valores faltantes en los registros clínicos.

 

Figura. Tendencias temporales en las admisiones de esclerosis múltiple de agosto de 2009 a julio de 2015.






 

La mediana de hospitalizaciones por paciente fue de 1 (RIC: 1-2). Durante estos seis años de estudio, 88 pacientes (56,8%) sólo tuvieron que ser hospitalizados una vez; 32 (20,6%), dos veces, y seis (3,8%) requirieron ingreso hospitalario más de cinco veces, esencialmente debido a enfermedades infecciosas (44,6%) y enfermedades del sistema nervioso y órganos sensoriales (28,6%).

La razón general más común para la hospitalización fueron las enfermedades infecciosas (22,1%), en particular la infección del tracto urinario. Las enfermedades del sistema nervioso y de los órganos sensoriales fueron las segundas causas más frecuentes (21,4%), y la mayoría (59%) correspondió a hospitalizaciones por brotes. Las enfermedades del sistema genitourinario también fueron una razón importante para los ingresos hospitalarios de pacientes (13,6%), y el 81% de éstos se relacionó con una complicación común de la EM (vejiga neurógena). Casi el 10% de las hospitalizaciones se atribuyó a trastornos del sistema circulatorio, en especial cardiopatía isquémica y enfermedad cerebrovascular. Las neoplasias fueron responsables del 6,8% de las admisiones, y el 95% de ellas fueron malignas (Tabla II).

 

Tabla II. Causas de hospitalización.

Infecciones y enfermedades parasitarias (n = 68)

Infección del tracto urinario superior (= 18)

Infección del tracto urinario inferior (n = 16)

Infección del tracto pulmonar inferior (n = 18)

Infección de la piel y los tejidos blandos (n = 4)

Infección del tracto gastrointestinal (n = 2)

Peritonitis (n = 1)

Infección de la bomba de baclofeno (n = 1)

Infección del sistema nervioso central (n = 3)

Otras (n = 5)

22,1%


Enfermedades del sistema nervioso y órganos sensoriales (n = 66) a

Recaídas (n = 39)

Otros síntomas secundarios a la esclerosis múltiple (n = 19)

Otras (n = 8)

21,4%


Enfermedades del sistema genitourinario (n = 42) a

Vejiga neurógena (n = 34)

Otras (n = 8)

13,6%


Enfermedades del sistema circulatorio (n = 30)

Enfermedad isquémica del corazón (n = 10)

Enfermedad cerebrovascular (n = 11)

Otras enfermedades de las arterias y las venas (n = 9)

9,7%


Otras (n = 25)

8,1%


Complicaciones del embarazo, el parto y el puerperio (n = 23)

7,5%


Neoplasias (n = 21)

Malignas (n = 20): mama (n = 4), vejiga (n = 2), tiroides (n = 3), cerebelo (n = 4), relacionadas con la sangre (n = 7)

Benignas (n = 1)

6,8%


Enfermedades del sistema digestivo (n = 18) a

5,8%


Enfermedades del sistema respiratorio (n = 7) a

2,3%


Enfermedades de la piel y el tejido subcutáneo (n = 5) a

1,6%


Trastornos mentales (n = 2)

0,6%


Enfermedades de la sangre y órganos formadores de sangre (n = 1)

0,3%


a Excluyendo causas infecciosas, ya representadas en el primer grupo.

 

De las 308 hospitalizaciones, 39 (12,7%) podrían atribuirse a un brote. Los pacientes hospitalizados por este motivo en comparación con otras causas fueron más jóvenes (40 años; RIC: 28-44 años; p < 0,001), tuvieron brotes más frecuentes dos años antes (21; 63,6%; p < 0,001) y después de la admisión (31; 96,9%; p < 0,001), y tenían un ICC más bajo (2; RIC: 0,2; p = 0,002). No hubo diferencias significativas en el género, el subtipo de EM, la EDSS y la duración de la enfermedad en la observación entre ambos grupos.

La mediana de la estancia hospitalaria de todos los pacientes desde 2009 hasta 2015 fue de 5 días (RIC: 2-10 días). Disminuyó de 6,5 días en el primer año de estudio (de agosto de 2009 a julio de 2010) a 4 días en el año siguiente, después de lo cual permaneció cerca de 5, excluyendo el período entre 2013 y 2014 en el cual la duración media de la estancia fue de 6 días. El subtipo progresivo de la EM tuvo una duración mayor de la estancia (7 días; RIC: 4-12 días) que la EM remitente recurrente (4 días; RIC: 2-7 días; p < 0,001). No hubo diferencias significativas en la duración de la hospitalización entre los pacientes ingresados por brote (5 días; RIC: 4-11 días) y los ingresados por otras razones (5 días; RIC: 2-10 días).

Veintitrés hospitalizaciones (7,5%) acabaron en ingreso en la UCI (Tabla III). La duración de la estancia (12 días; RIC: 5-32 días; p < 0,001) y la tasa de mortalidad (4; 17,4%; p < 0,001) fueron mayores en los pacientes ingresados en la UCI. Ninguna de las hospitalizaciones que requirieron estancia en la UCI se debió a un brote y solo dos se debieron a una posible causa relacionada con la EM; ambas resultaron de procedimientos electivos (neuralgia del trigémino y estimulación cerebral profunda para tratar el temblor). No hubo diferencias significativas en la edad, el sexo, la duración de la enfermedad de la EM, el subtipo de EM, el ICC o la EDSS en quienes necesitaban atención en la UCI en comparación con los que no ingresaron en ella.

Nueve hospitalizaciones (2,9%) acabaron en muerte. Ninguno de estos pacientes había sido hospitalizado debido a un brote; cuatro pacientes requirieron estancia en la UCI (44%) (Tabla III). El aumento del ICC se relacionaba estadísticamente con la fatalidad (4; RIC: 2,5-8; p = 0,01). La edad promedio de los fallecidos era de 53,8 años y seis (66,7%) eran mujeres. Las causas más frecuentes fueron hemorragia intracerebral (n = 2; 22,2%), infección del tracto urinario superior (n = 2; 22,2%) y neoplasias (n = 2; 22,2%), incluido un cáncer de mama metastásico y un linfoma no Hodgkin. Las otras causas de muerte fueron infarto agudo de miocardio, síndrome hemofagocítico e insuficiencia respiratoria aguda.

 

Tabla III. Motivo de ingreso y supervivencia en la unidad de cuidados intensivos.
 

Muerte durante el ingreso


Infecciones y enfermedades
parasitarias (n = 10)


Infección del tracto urinario (n = 4)

Sí (n = 1)


Infección del tracto pulmonar (n = 3)

No


Infección del sistema nervioso central (n = 1)

No


Peritonitis (n = 1)

No


Infección de la piel y los tejidos blandos (n = 1)

No


Enfermedades del
sistema circulatorio
(n = 8)


Enfermedad isquémica del corazón (n = 3)

Sí (n = 1)


Enfermedad cerebrovascular (n = 4)

Sí (n = 1)


Estenosis aórtica (n = 1)

No


Enfermedades del
sistema nervioso y
órganos sensoriales
(n = 3)


Temblor (n = 1)

No


Neuralgia del trigémino (n = 1)

No


Convulsiones (n = 1)

No


Enfermedades de la sangre y órganos formadores de sangre (n = 1)

Sí (n = 1)


Enfermedades del sistema respiratorio (n = 1)

No



 

Discusión


En este estudio describimos nuevos datos sobre los patrones de hospitalización y los resultados en la población portuguesa con EM. En general, encontramos que las infecciones fueron la principal causa de hospitalización; brotes o procedimientos relacionados con la EM también representaron una parte significativa, pocos pacientes requirieron ingreso en la UCI y la tasa de mortalidad fue baja.

En lo que se refiere a las infecciones, nuestros hallazgos son consistentes con otros estudios, lo que sugiere que las enfermedades infecciosas constituyen la causa más frecuente de hospitalización [3,9]. Según un estudio sueco [9], los pacientes con EM tienen un riesgo notablemente elevado de infecciones graves que conducen a ingresos hospitalarios y mortalidad relacionada con la infección, incluso en edades más jóvenes. De manera similar a lo que se informa en la bibliografía, encontramos que las infecciones urinarias y respiratorias son las enfermedades infecciosas más comunes que requieren hospitalización en pacientes con EM. El riesgo de infección del tracto urinario puede aumentar por las disfunciones vesicouretrales y vesicales que experimentan los pacientes con EM [10,11], mientras que una fuerza muscular reducida, una disfunción bulbar y un aclaramiento ineficaz de las secreciones pueden disminuir el volumen pulmonar y reducir la función respiratoria, lo que aumenta el riesgo de infecciones del tracto respiratorio [12].

Las enfermedades del sistema genitourinario fueron una de las tres causas más comunes de atención hospitalaria en nuestro estudio. La frecuencia que hallamos de este tipo de complicación concuerda con un estudio canadiense [3] y la mayoría se relaciona con la vejiga neurógena, una complicación común de la EM. La vejiga neurógena se caracteriza por una disfunción relacionada con el detrusor y el esfínter, tiene en estos pacientes una prevalencia del 32-96,8%, por lo general no se puede prevenir en la evolución de la EM y, a menudo, requiere hospitalización [10]. Sin embargo, es importante considerar que una de esas hospitalizaciones en nuestro estudio podría haberse evitarse a través de la mejora del autocuidado o del uso de alternativas terapéuticas, como cuidados ambulatorios para el tratamiento de vejiga neurógena.

Las enfermedades circulatorias también fueron una causa importante de hospitalización en nuestro estudio. Estudios recientes [13-15] sugieren un mayor riesgo de enfermedad cardíaca isquémica, insuficiencia cardíaca congestiva, ictus y enfermedad vascular periférica en la población con EM en comparación con la población general, lo que puede explicarse por varios factores. En primer lugar, los pacientes con EM tienen una mayor frecuencia de comportamientos de riesgo para la salud, como fumar [16]. En segundo lugar, algunas pruebas indican que la población con EM es menos activa físicamente que la población general y esto puede aumentar el riesgo de afecciones secundarias, como la ateroesclerosis subclínica [17]. Finalmente, como en otras afecciones mediadas por el sistema inmunitario, el riesgo de enfermedad vascular no puede explicarse por completo por los factores de riesgo tradicionales (como fumar, hipertensión o diabetes), lo que sugiere que los procesos inflamatorios relacionados con las afecciones en sí pueden aumentar de forma independiente el riesgo de esta enfermedad [16].

La frecuencia de admisiones por neoplasias en nuestro estudio se ajusta a la que se realza en un estudio canadiense [3]. Algunos estudios afirman que el riesgo general de neoplasias es menor en pacientes con EM que en la población general, aunque estos hallazgos son algo inconsistentes, ya que otros trabajos que abordan este problema sugieren que existe la posibilidad de un aumento de las neoplasias de mama, vejiga y cerebro en pacientes con EM [18]. Conociendo que la incidencia de neoplasias aumenta sustancialmente con la edad y que los pacientes con EM viven más tiempo [19], sería importante comprender las razones de las diferencias observadas en el riesgo de cáncer y, posiblemente, có­mo reducirlo.

Los pacientes ingresados debido a brotes eran más jóvenes, con menor ICC, y tenían más brotes dos años antes y después del ingreso. La edad de estos pacientes es coherente con los casos que sugieren que la incidencia de brotes disminuye con la edad [20]. El ICC más bajo observado en pacientes ingresados por brotes puede asociarse con la edad más baja. Esto es coherente con lo que se conoce acerca de la evolución progresiva de la enfermedad y el aumento de la incapacidad en pacientes con EM más ancianos [1]. En nuestro hospital, el tratamiento del brote con corticoesteroides se realiza generalmente en el entorno de atención ambulatoria. Por lo tanto, los pacientes que necesitan ingreso hospitalario pueden tener una enfermedad más agresiva, con brotes más frecuentes, que dificultan su tratamiento adecuado en el contexto ambulatorio habitual. Estudios previos sobre este asunto sugirieron que una alta frecuencia de brotes puede indicar una forma refractaria de EM que requiere un manejo más complejo, incluidas más hospitalizaciones [21,22].

Según datos estadísticos del centro hospitalario [23,24], la duración media de la estancia por enfermedades neurológicas está disminuyendo (de 10,5 días en 2009 a 7,41 días en 2014). Sin embargo, los hallazgos sobre la estancia hospitalaria en la población de EM son inconsistentes [1,3] y en nuestro estudio no encontramos una tendencia uniforme en los últimos años. La duración mediana de la hospitalización en nuestro estudio (5 días) es ligeramente superior a la mediana nacional informada en otro estudio portugués (4 días) [25], lo que sugiere que los pacientes con EM hospitalizados en nuestro hospital tienen una mayor morbilidad hospitalaria en comparación con los pacientes con EM hospitalizados en todo el país. Con todo, nuestros resultados reflejan la duración mediana de la hospitalización durante los seis años, mientras que el otro estudio mencionado sólo analizó pacientes hospi­­ta­lizados con EM durante un año (2013). Desafor­tunadamen­te, no pudimos encontrar ningún otro estudio que evaluara la duración media de la hospitalización durante períodos más largos en nuestro país. El subtipo progresivo de la EM tuvo una mayor duración de la estancia, en contraste con los hallazgos de la Columbia Británica, que no encontraron ninguna asociación entre el curso de la enfermedad y la estancia hospitalaria prolongada [2]. Sin embargo, nuestros resultados pueden asociarse con la mayor edad y una mayor puntuación del ICC y la EDSS observada en los pacientes con subtipo progresivo de EM en nuestro estudio.

En nuestra serie, el 7,5% de las hospitalizaciones tuvo estancias en la UCI, lo que se tradujo en un aumento significativo en la duración de la estancia y la tasa de mortalidad. El número de estudios previos con respecto a la frecuencia de ingreso en la UCI es limitado, pero nuestros hallazgos son consistentes con estudios recientes, lo que sugiere que las infecciones y las enfermedades circulatorias son la causa más común de admisiones en la UCI en EM [26,27].

Anteriores estudios han indicado que, mientras que la mortalidad de la UCI es alta, resulta incluso mayor en los pacientes con EM [26,27]. En nuestro estudio, los pacientes ingresados en la UCI tuvieron mayor mortalidad en comparación con la bibliografía, que varía entre el 7% y el 11,7% [26,27]. Estos resultados pueden deberse a nuestro pequeño tamaño de muestra; otra explicación puede depender del hecho de que nuestro hospital, como centro de referencia y universitario, recibe casos más graves, lo que puede influir en la tasa de mortalidad.

Deben considerarse las limitaciones de este estudio. Como un estudio de cohorte retrospectivo, sólo basado en los registros clínicos, algunas características clínicas importantes pueden haberse documentado de manera insuficiente, como la EDSS y la frecuencia de los brotes. El menor número de pacientes con esta información disponible puede limitar la generalización de nuestros hallazgos. Además, no sabemos si todos los pacientes con EM fueron incluidos de manera efectiva en la base de datos; por ejemplo, los pacientes con EM sin tratamiento o con diagnóstico remoto podrían haberse perdido. El diagnóstico insuficiente por estas razones es más probable que ocurra en los pacientes mayores que en los pacientes más jóvenes. Además, no podemos controlar las admisiones repetidas de pacientes individuales, lo que puede sesgar los datos. Tampoco evaluamos el impacto de comorbilidades específicas debido a los desafíos en la identificación sistemática de comorbilidades durante to­do el período de estudio. Aunque eso podría ser un tema importante, requeriría un diseño de estudio diferente.

Los datos hospitalarios derivados de un solo centro, por un lado, y el tamaño relativamente pequeño de la muestra, por otro, podrían tener un sesgo potencial y limitar la generalización de nuestros hallazgos. Sin embargo, nuestro centro es único en su naturaleza, al servicio de una gran región del norte de Portugal. Las fortalezas de este estudio incluyen el uso de métodos validados para identificar la población del estudio, la evaluación de múltiples aspectos de la utilización de la atención médica y la consideración de múltiples factores de confusión. Con el fin de evitar errores en la clasificación de la causa de la hospitalización, tuvimos en cuenta no sólo el diagnóstico primario, sino también lo que se mencionó en los registros de hospitalización.

A pesar del hecho de que los pacientes con EM son usuarios relativamente frecuentes del sistema de salud, sorprendentemente se conocen pocos detalles sobre las hospitalizaciones. En esta cohorte contemporánea, las enfermedades infecciosas y los brotes o las complicaciones relacionadas con la EM siguen siendo causas importantes de morbilidad. El aumento de la educación del paciente y del proveedor de atención médica con respecto a los riesgos de infecciones en la EM puede alentar a los pacientes a buscar atención antes y permitir umbrales más bajos para sospechar infecciones e iniciar el tratamiento adecuado. Dadas las razones observadas para el ingreso en la UCI, la prevención de la infección y el manejo de las comorbilidades, incluida la enfermedad cardiovascular, pueden ser vías importantes para reducir los ingresos en la UCI en la población con EM que deben seguirse en estudios futuros. Para resumir, nuestros hallazgos proporcionan datos epidemiológicos adicionales sobre la EM en Portugal, el uso de recursos de atención médica en estos pacientes y el impulso para investigar otros esfuerzos para reducir las hospitalizaciones en esta población.

 

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All-cause hospitalizations in multiple sclerosis patients

Introduction. There is poor knowledge on current hospitalizations in the multiple sclerosis (MS) population. The purpose of this study was to determine hospitalization causes and outcomes in a MS hospital-based cohort.

Patients and methods. A retrospective chart review was performed on all patients admitted at our centre between August, 2009 and July, 2015, excluding those with no previous established diagnosis.

Results. 308 hospitalizations were included, representing a total of 155 patients (female, 67.5%). Median age at hospitalizations was 47 years, with median disease duration of 12 years. The most common overall reason for hospitalization was infectious diseases (22.1%), followed by MS relapses (12.7%) and neurogenic bladder (11%). The median length of hospitalization for all patients was 5 days and the progressive subtype of MS had longer lengths of hospitalization than the relapsing-remitting MS. Intensive care unit admission occurred in 23 cases (7.5%) and were associated with increased mortality and length of hospitalization. Of the 308 hospitalizations, 9 (2.9%) resulted in death.

Conclusion. Infections are the most common cause of hospitalizations in our study, although MS relapses or complications related to MS continue to be significant causes of morbidity. Almost 8% of all MS hospitalizations required intensive care unit admission and these were related to longer admission lengths and higher death rates.

Key words. Hospitalization. Infection. Intensive care. Length of stay. Mortality. Multiple sclerosis.

 

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