Original

Cambio de sesiones docentes presenciales a virtuales durante la pandemia de COVID-19 en un servicio de neurología: descripción del proceso y satisfacción de los usuarios

A. Villarejo-Galende, F.J. Azcárate-Díaz, M.I. Laespada-García, P. Rábano-Suárez, M. Ruiz-Ortiz, C. Domínguez-González, P. Calleja-Castaño, A. Martínez-Salio, S. Moreno-García, D.A. Pérez-Martínez [REV NEUROL 2021;72:307-312] PMID: 33908617 DOI: https://doi.org/10.33588/rn.7209.2020664 OPEN ACCESS
Volumen 72 | Número 09 | Nº de lecturas del artículo 8.112 | Nº de descargas del PDF 146 | Fecha de publicación del artículo 01/05/2021
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RESUMEN Artículo en español English version
Introducción y objetivo. La pandemia de COVID-19 ha trastornado la actividad hospitalaria, incluyendo la docente. Se describe el cambio de un sistema presencial a otro de sesiones en línea en un servicio de neurología, y se analizan la satisfacción y las opiniones de los usuarios. Material y métodos. Exposición de las medidas adoptadas para pasar a modalidad en línea y análisis de una encuesta entre los participantes.

Resultados Se pasó de tres a dos sesiones semanales, con restricción del público presencial. El público virtual superó al presencial. Contestaron la encuesta 49 participantes, un 51% mujeres, con una media de 40,5 años (rango: 25-65). La satisfacción de los asistentes fue mayor para las sesiones presenciales (8,68) que para las en línea (8,12) (p = 0,006). Existía una correlación inversa significativa entre la edad y la satisfacción con las sesiones en línea (r = –0,37; p = 0,01) que no se daba para las sesiones presenciales. El 75,5% fue partidario de mantener las sesiones virtuales cuando se eliminaran las restricciones de aforo. Una mayoría (87,8%) apoyó sesiones interhospitalarias y recomienda que las autoridades sanitarias faciliten aplicaciones informáticas seguras (53,1%).

Conclusiones La introducción de sesiones virtuales es una medida fácil de implementar en un servicio de neurología, con un alto grado de satisfacción de los usuarios, aunque menor que con las sesiones presenciales. Existen problemas no resueltos respecto al uso de plataformas comerciales y conexión interhospitalaria. Sería recomendable que las autoridades sanitarias y educativas desarrollaran aplicaciones seguras y fomentaran la educación médica en línea.
Palabras claveCOVID-19Educación médicaFormación de residentesFormación médica continuadaSesiones en líneaSesiones presenciales
TEXTO COMPLETO (solo disponible en lengua castellana / Only available in Spanish)

Introducción


Hasta hace pocos años, la educación médica tradicional se ha basado en un aprendizaje directo, presencial, con contacto cercano entre el docente y las personas que reciben la formación, ya sea teórica o práctica. De forma tímida, las herramientas basadas en las nuevas tecnologías se habían ido introduciendo en la enseñanza médica, tanto pre- como posgraduada. La pandemia de COVID-19, con el enorme impacto que ha tenido en la sociedad en general y en los entornos sanitarios en particular, ha provocado grandes limitaciones para la educación médica presencial, condicionadas por medidas de restricción de contacto social, limitaciones de aforo o uso de medidas de protección.

Diversas instituciones y sociedades científicas han llamado la atención sobre la necesidad de adaptar la educación médica durante la epidemia de COVID-19 [1-3]. Estos cambios suponen muchos problemas para el modelo educativo tradicional, pero también facilitan una oportunidad para introducir de forma rápida algunas reformas necesarias [4].

Una parte importante del aprendizaje de una especialidad durante la residencia o de la formación médica continuada de los especialistas se basa en la preparación y la asistencia a diversos tipos de sesiones clínicas y docentes. En la mayoría de los casos, los participantes asistían a estas sesiones de forma presencial. Esta forma de enseñanza diaria de la medicina no se ha podido continuar durante la pandemia de COVID-19, sin que la incertidumbre respecto a su evolución permita plantear plazos para la vuelta a un modelo exclusivamente presencial. Por este motivo, muchos servicios hospitalarios han tenido que cambiar a modelos virtuales o mixtos, a menudo de forma improvisada y sin claras directrices de las autoridades educativas o sanitarias. En el presente trabajo, describimos el cambio de un modelo presencial a uno mixto en las sesiones docentes de un servicio de neurología de un hospital universitario. Se describe el proceso desarrollado, las dificultades encontradas y el análisis de una encuesta entre los participantes.
 

Materiales y métodos


Descripción del proceso


El servicio de neurología pertenece a un hospital universitario, con unos 30 facultativos especialistas y 16 residentes de neurología. A ello se añade un número variable de rotantes externos y alumnos de medicina que realizan sus prácticas. Se resumen las medidas adoptadas para realizar las sesiones de forma virtual durante los meses de mayo y junio de 2020.

Encuesta de satisfacción y opiniones de los participantes


Es un estudio descriptivo y transversal. Se desarrolló un cuestionario de 25 preguntas utilizando la aplicación informática Google Forms (Alphabet, Mountain View, California, EE. UU.). La encuesta se elaboró de forma específica para este estudio y no ha sido validada previamente (Tabla I). El cuestionario se respondió de forma anónima, y se componía de tres preguntas demográficas, seis sobre aspectos técnicos, 12 sobre preferencias de contenidos y cuatro sobre la satisfacción del usuario, que incluía dos para la valoración de las sesiones presenciales previas y las nuevas virtuales, con una puntuación del 0 al 10.

 

Tabla I. Encuesta sobre la opinión y satisfacción de los participantes en las sesiones virtuales del servicio de neurología durante la pandemia de COVID-19.
 
Pregunta

Opciones de respuesta

1

¿Desde qué lugar se conecta a las sesiones?

– Desde casa

– Desde el hospital

– Solo he acudido a sesiones presenciales

2

¿Había participado antes en un curso o sesión clínica en línea?

– Sí

– No

3

¿Cuáles son sus motivaciones principales para participar en sesiones en línea?

– Valoro mi formación continuada

– Quiero seguir en contacto con mis colegas

– Considero que deberían ser obligatorias para los miembros del servicio

– Otra

4

¿Qué tipo de sesiones prefiere?

– Virtuales

– Presenciales

5

¿Cree que es necesario realizar sesiones en línea durante la pandemia de COVID-19?

– Sí

– No

6

Si se levantaran las restricciones de aforo por la pandemia, considera que las sesiones en línea deberían...

– Suspenderse

– Mantenerse

7

Respecto a las sesiones presenciales, ¿qué es lo que más echa de menos cuando se conecta a distancia?

– Poder ver al ponente en persona

– Un formato más flexible, con posibilidad de interrupción

– Un turno de preguntas más ágil

– Poder hablar con mis colegas al terminar la sesión

– Otra (añadir opción)

8

¿Qué es lo que más le gusta de las sesiones en línea?

– Evitar desplazamientos innecesarios

– Poder conectarme desde muchos lugares

– La posibilidad de seguir aprendiendo durante la pandemia

– La participación de profesionales que no trabajan en el hospital

– Nada. Prefiero las sesiones presenciales

9

¿Qué medio utiliza para conectarse?

– Ordenador fijo

– Ordenador portátil

– Tableta electrónica

– Teléfono móvil

10

Considera que dos sesiones a la semana es…

– Suficiente

– Excesivo

– Insuficiente

11

Cuarenta minutos por sesión le parece…

– Suficiente

– Excesivo

– Insuficiente

12

El contenido de las sesiones le parece...

– Muy interesante

– Interesante

– Correcto

– Poco interesante

– Mediocre

13

¿Qué tipo de sesión le parece más interesante?

– Descripción de caso clínico del hospital

– Caso cerrado

– Sesión clinicopatológica

– Revisión bibliográfica breve

– Revisión de un tema

– Discusión de casos de revistas médicas

– Otra (especificar)

14

La calidad técnica de las sesiones le parece...

– Muy buena

– Buena

– Correcta

– Mala

– Muy mala

15

Disponer de una webcam para poder ver al ponente es...

– Necesario

– Innecesario

– Conveniente

16

¿Le resulta sencillo utilizar la plataforma Zoom©?

– Sí

– No

– Según el día

17

Respecto a la plataforma utilizada (Zoom©)...

– Me parece bien utilizar aplicaciones comerciales como Zoom© o Skype©

– Considero que las autoridades sanitarias deberían desarrollar y facilitar herramientas propias

– No tengo una opinión creada al respecto

18

En este momento…

– Pertenezco al servicio de neurología del hospital

– Pertenezco a otro servicio del hospital

– Trabajo en otro hospital

19

El acceso a las sesiones cree que debería facilitarse...

– Sólo a los miembros del servicio de neurología del hospital

– A los miembros del servicio y otro personal del hospital

– A los miembros del servicio, otro personal del hospital y neurólogos que trabajen en otros hospitales de la comunidad autónoma

– A los miembros del servicio, otro personal del hospital y neurólogos que trabajen en otros hospitales de España

20

La idea de hacer sesiones en línea interhospitalarias le parece…

– Buena

– Mala

– No tengo una opinión al respecto

21

¿Considera que las autoridades sanitarias deberían promover sesiones en línea entre servicios de diferentes hospitales?

– Sí

– No

– No tengo una opinión al respecto

22

En una escala del 0 (mediocre) al 10 (excelente), ¿qué grado de satisfacción tiene con las sesiones en línea que se han realizado?

– Elección 0-10

23

En una escala del 0 (mediocre) al 10 (excelente), ¿qué grado de satisfacción tenía con las sesiones presenciales previas?

– Elección 0-10

24

Por favor, indique su género

– Hombre

– Mujer

25

Por favor, indique su edad (años)

– ...

 

La encuesta fue enviada a los 76 usuarios que durante el último año recibían el correo electrónico semanal con el calendario de las sesiones. También se invitó a participar a servicios de neurología de otros hospitales con los que el servicio ha tenido contacto estrecho por ser centro de referencia para la atención del Código Ictus y que han participado de forma continuada en las sesiones virtuales durante la pandemia. Tras haber realizado 15 sesiones en línea, se solicitó que se respondiera a la encuesta durante la última semana de junio de 2020, con dos correos electrónicos de recuerdo durante ésta para incrementar la tasa de respuesta.

Análisis estadístico


Las respuestas se recogieron en una base de Microsoft Excel (Microsoft, Redmond, Washington, EE. UU.) y los análisis estadísticos se realizaron con SPSS, versión 22.0 (SPSS Inc., Chicago, EE. UU.). Se comprobó la normalidad en la distribución de las variables con la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Las variables categóricas se compararon mediante la prueba de la χ2 de Pearson y las medias de las variables cuantitativas, con la prueba t de Student. Se utilizó el coeficiente de asociación r de Pearson para la correlación entre la edad de los participantes y su puntuación en la satisfacción con las sesiones presenciales o virtuales. En todos los contrastes se consideró significativo un valor de p < 0,05.
 

Resultados


Descripción del proceso


El servicio de neurología realizaba dos tipos de sesiones: a) clínicas de pase de guardia, de lunes a viernes a primera hora de la mañana, a las que acude el personal vinculado a la asistencia hospitalaria, y b) docentes, divididas en sesiones de revisión de un tema, a menudo con ponentes invitados (martes), sesiones generales del servicio (miércoles) y sesiones de residentes (viernes). A partir del 6 de marzo de 2020 se redujo la asistencia a las sesiones de pase de guardia al personal imprescindible para asegurar la continuidad asistencial y se canceló el resto. En las siguientes semanas, varios miembros del servicio se incorporaron a los equipos COVID-19 que se crearon en el hospital. A finales de abril de 2020, coincidiendo con la mejoría de la pandemia en nuestro medio y la reincorporación de médicos adjuntos y residentes a sus puestos de trabajo habituales, se comenzaron a organizar las nuevas sesiones virtuales. La plataforma informática utilizada fue Zoom© (Zoom Video Communications, San Jose, California, EE. UU.), elegida por la facilidad de uso y la familiaridad con ella de varios participantes. Al tratarse de un programa comercial, se decidió realizar de forma virtual sólo las sesiones docentes, ya que las sesiones clínicas de pase de guardia requieren acceso a la historia clínica electrónica o a programas de radiología, lo que no permitiría asegurar la protección de datos de los pacientes. En las sesiones docentes, se dio a los ponentes una serie de instrucciones, solicitando que en los casos clínicos no se debía incluir información que permitiera identificar a los enfermos. Para las sesiones generales del servicio se elaboró un calendario con antelación, para asegurar la participación de todas las secciones y consultas monográficas. Los ponentes tenían libertad para elegir el tema (discusión de caso clínico, revisión de un tema, etc.). También se programó un calendario para cada sesión de viernes, cada día a cargo de un residente, inicialmente con la discusión de casos de revistas médicas y, posteriormente, revisiones de un tema.

Las sesiones se reanudaron el 6 de mayo de 2020 con dos sesiones semanales (miércoles y viernes). Los participantes recibían cada semana un correo electrónico con las invitaciones para poder conectarse a las sesiones. El número de participantes virtuales osciló entre 25 y 35 (miércoles), y 15 y 25 (viernes). Los neurólogos encargados de atender a pacientes ingresados asistieron de forma presencial en el aula.

Encuesta de satisfacción y opiniones de los participantes


Se recibieron 49 contestaciones, con una tasa de respuesta del 64,5%. La edad media fue de 40,5 años (rango: 25-65) y el 52% eran mujeres. El 89,6% pertenecía al servicio de neurología del hospital, el 4,2% a otros servicios del hospital y el 6,3% a servicios de neurología de otros centros. El 89,6% se había conectado previamente a algún curso o sesión en línea. Los medios informáticos para conectarse fueron ordenador de sobremesa (50%), ordenador portátil (56,8%), teléfono móvil (11,4%) o tableta (2,3%). Al 93,9% le parecía suficiente realizar dos sesiones semanales, mientras que la duración de 40 minutos por sesión le parecía suficiente al 79,6%, insuficiente al 16,3% y excesiva al 4,1%. La calidad técnica se consideró muy buena (24,5%), buena (65,3%), regular (8,2%) o mala (2%). El 10,8% de los participantes tuvo problemas con el uso de la aplicación Zoom©, mientras que para el 89,2% resultó sencillo. Al 24,5% le parecía bien utilizar aplicaciones comerciales como Zoom© o Skype©; en cambio, el 53,1% consideraba que las autoridades sanitarias deberían desarrollar y facilitar herramientas propias. El 22,4% no tenía una opinión formada al respecto.

Los formatos preferidos por los participantes fueron: presentación de caso clínico con revisión bibliográfica breve (97,9%), sesión clinicopatológica (68,8%), revisión de un tema (66,7%), ponencias de invitados de otros centros (56,3%), caso cerrado (50%) o discusión de casos bibliográficos (29,2%).

Las principales motivaciones para conectarse fueron el deseo de seguir aprendiendo (85,7%) y mantener el contacto con los compañeros (63,3%). Sólo el 8,2% consideró que la participación en las sesiones debería ser obligatoria.

Las principales carencias descritas para el modelo virtual fueron la falta de un turno de preguntas ágil (81,3%), la inflexibilidad del formato, con escasa posibilidad de interrumpir o hacer comentarios durante la intervención del ponente (62,5%), la imposibilidad de hablar con los colegas al finalizar la sesión (62,5%) o no poder ver al presentador en persona (32,5%). Entre las principales ventajas se destacó poder conectarse desde muchos lugares (79,2%), evitar desplazamientos innecesarios (62,5%) y tener la posibilidad de seguir formándose durante la pandemia (5%) o de participación de profesionales que no trabajan en el hospital (5%). El 87,8% apoyó la realización de sesiones interhospitalarias, y el 83,7% creía que las instituciones sanitarias o educativas las deberían promover.

El 85,7% manifestó preferir las sesiones presenciales, pero el 100% contestó que se debían realizar sesiones virtuales durante la pandemia, y para el 75,5% se debería mantener un modelo mixto cuando se levantaran las restricciones de aforo, mientras que el 24,5% apoyaba suspender las sesiones en línea. La satisfacción fue mayor para las sesiones presenciales previas (8,68/10) que para las virtuales (8,12/10) (p = 0,006). Existía una correlación inversa significativa entre la edad y la satisfacción con las sesiones virtuales (r = –0,37; p = 0,01), que no se daba para las sesiones presenciales. Por esta correlación inversa entre la edad y la satisfacción en las sesiones virtuales se decidió realizar un análisis por grupos de edad (25-45 frente a 46-65 años), que se resume en la tabla II. En el grupo de mayor edad había un menor porcentaje de mujeres, y tendencias no estadísticamente significativas a mayor satisfacción con las sesiones presenciales, mayor porcentaje de dificultades con el uso de la plataforma informática y peor opinión respecto a la calidad técnica. El sexo de los participantes no influía en la puntuación de las sesiones, pero un menor porcentaje de mujeres se mostró partidario de suspender las sesiones virtuales tras el fin de la pandemia (12% frente a 39,1%; p = 0,03), y más mujeres que hombres manifestaron preferir las sesiones virtuales, en el límite de la significación estadística (24% frente a 4,6%; p = 0,06).

 

Tabla II. Respuestas a la encuesta de satisfacción en función de los grupos de edad.
 

Grupo 1 (25-45 años)
(n = 31)

Grupo 2 (45-65 años)
(n = 17)

p


Edad media

32,93

54,41

 

% de mujeres

60%

35,3%

ns


Satisfacción con las sesiones presenciales previas (0-10)

8,52

9

ns


Satisfacción con las sesiones virtuales (0-10)

8,39

7,71

0,018


Preferencia por las sesiones virtuales

16,1%

11,8%

ns


Conexión previa a otras sesiones virtuales

90,3%

87,5%

ns


Deseo de mantener las sesiones virtuales

80,6%

64,7%

ns


Insatisfacción con la calidad técnica de las sesiones virtuales

6,4%

17,6%

ns


Dificultad para usar plataformas virtuales

3,3%

17,6%

ns


ns: no significativo.

 

 

Discusión


Los cambios en la educación médica durante una pandemia no son fáciles, puesto que muchos educadores ven aumentada su actividad clínica o están expuestos a mayor riesgo de desarrollar la enfermedad y pasar por períodos de baja laboral. La obligación de reducir el riesgo de infección entre los profesionales sanitarios implica buscar un equilibrio entre las medidas de distanciamiento social y la necesidad de continuar con una docencia adecuada. En este trabajo, presentamos la experiencia inicial de un servicio de neurología en la transición de sesiones presenciales a videoconferencia, uno de los cambios docentes que se han tenido que abordar con mayor frecuencia en todo el mundo. Los resultados muestran que es una medida factible, con una adecuada satisfacción por parte de los usuarios, si bien la mayoría manifiesta preferir las sesiones presenciales. Esta preferencia viene matizada por el deseo de mantener la docencia en línea mientras la pandemia no permita realizar sesiones presenciales. Un aspecto relevante es la relación entre la mayor edad de los participantes con una menor satisfacción con las sesiones virtuales y un mayor porcentaje de dificultades técnicas en el uso de la aplicación informática. Este hecho debería contemplarse en los planes para implantar la docencia virtual y es probable que se pueda paliar con tutoriales o cursos de formación específicos, que no se utilizaron en nuestro caso. La distribución por sexos también mostró discretas diferencias, con un mayor porcentaje de mujeres que manifestaba preferir las sesiones virtuales y deseaba mantenerlas cuando se levanten las restricciones impuestas por la pandemia. El efecto del género en la satisfacción con la enseñanza en línea es controvertido, aunque la mayoría de los trabajos publicados no describe una influencia relevante [5-7]. En nuestro caso, la preferencia podría explicarse por el mayor porcentaje de mujeres en el grupo más joven (un 60% entre 25 y 45 años frente a un 35,3% entre 45 y 65 años).

Los resultados que presentamos pueden no ser representativos para servicios de neurología de diferentes características, ya que el número de respuestas procedentes de otros hospitales a los que se les ofreció participar en las sesiones en línea fue muy escaso. Algunos aspectos, como el número de neurólogos de un servicio o la posibilidad de apoyo técnico durante las sesiones, podrían afectar de forma importante a la satisfacción.

El número de trabajos que han analizado los procesos y satisfacción de los participantes en los programas de educación médica posgraduada durante la pandemia de COVID-19 ha sido escaso, ya que casi toda la investigación se ha centrado en la educación pregraduada. Una encuesta dirigida a estudiantes de medicina también mostró una elevada satisfacción global con la enseñanza virtual, pero se destacaban los problemas con algunos aspectos tecnológicos no resueltos [8]. Algún trabajo ha sugerido que la familiaridad con la educación en línea antes de la pandemia se ha asociado a mayor satisfacción con los cambios educativos que ha sido necesario introducir [9]. Sin embargo, la gran mayoría de los participantes en nuestro trabajo, tanto neurólogos como residentes, había tenido contacto previo con la educación neurológica virtual, pero esta experiencia no se relacionaba con el grado de satisfacción.

Un aspecto importante en el futuro será evaluar, más allá de la satisfacción de los participantes, el grado de aprendizaje que obtienen a través de la enseñanza virtual y su comparación con el que ofrecen los modelos tradicionales de enseñanza presencial. Algunos estudios realizados antes de la pandemia de COVID-19 han sugerido que neurólogos que participan en programas de enseñanza virtual pueden recibir un aprendizaje adecuado, pero que es conveniente la evaluación de las habilidades adquiridas [10].

Otras experiencias descritas en la bibliografía sobre la educación médica durante la pandemia de COVID-19 plantean una serie de interesantes lecciones [11]:
 
  • Las pandemias pueden prolongarse en el tiempo durante meses o años.
  • La educación médica de calidad en aspectos no relacionados con la pandemia debe seguir siendo una prioridad.
  • Los trastornos provocados por las medidas de protección y distanciamiento social se pueden solucionar o paliar con las tecnologías disponibles.


Conclusiones


Creemos que muchos de los cambios docentes que se han introducido en los últimos meses se mantendrán en los próximos años. En el caso de las sesiones clínicas, un modelo mixto, presencial y virtual, puede ser ventajoso tanto para los estudiantes de medicina, que tendrán la posibilidad de asistir a un mayor número de sesiones hospitalarias, como para los médicos residentes y especialistas, que tendrán a su disposición una herramienta flexible y con mayores posibilidades de colaboración con otros centros [12,13]. Por ejemplo, la creación de una plataforma digital docente, con contenidos actualizados y de calidad, facilitaría y permitiría ampliar el horizonte de la docencia médica pre- y posgraduada. Una plataforma ideal podría almacenar un gran número de sesiones formativas procedentes de diversos centros y aprovechar la tecnología disponible para incluir enlaces con otros materiales formativos, como artículos científicos, vídeos o páginas web.

La solución a las carencias de las sesiones virtuales señaladas por los participantes de nuestro estudio, como la menor discusión e interacción con ponente y asistentes, parece más difícil de solucionar, pero, si algo han demostrado las nuevas tecnologías, es su gran capacidad para encontrar propuestas imaginativas. Sería recomendable que el desarrollo de estas alternativas docentes fuera liderado y coordinado por las autoridades educativas y sanitarias para poder asegurar la calidad e independencia de los contenidos.

 

Bibliografía
 


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 2.  Ashokka B, Ong SY, Tay KH, Loh NHW, Gee CF, Samarasekera DD. Coordinated responses of academic medical centres to pandemics: Sustaining medical education during COVID-19. Med Teach 2020; 42: 762-71.

 3.  Agarwal S, Sabadia S, Abou-Fayssal N, Kurzweil A, Balcer LJ, Galetta SL. Training in neurology: flexibility and adaptability of a neurology training program at the epicenter of COVID-19. Neurology 2020; 94: e2608-14.

 4.  Watson A, McKinnon T, Prior S-D, Richards L, Green CA. COVID-19: time for a bold new strategy for medical education. Med Educ Online 2020; 25: 1764741.

 5.  Keržič D, Tomaževič N, Aristovnik A, Umek L. Exploring critical factors of the perceived usefulness of blended learning for higher education students. PLoS One 2019; 14: e0223767.

 6.  Yawson DE, Yamoah FA. Understanding satisfaction essentials of e-learning in higher education: a multi-generational cohort perspective. Heliyon 2020; 6: e05519.

 7.  Al-Azzam N, Elsalem L, Gombedza F. A cross-sectional study to determine factors affecting dental and medical students’ preference for virtual learning during the COVID-19 outbreak. Heliyon 2020; 6: e05704.

 8.  Fatani TH. Student satisfaction with videoconferencing teaching quality during the COVID-19 pandemic. BMC Med Educ 2020; 20: 396.

 9.  Wang C, Xie A, Wang W, Wu H. Association between medical students’ prior experiences and perceptions of formal online education developed in response to COVID-19: a cross-sectional study in China. BMJ Open 2020; 10: e041886.

 10.  Ochoa J, Naritoku DK. Using a virtual training program to train community neurologist on EEG reading skills. Teach Learn Med 2012; 24: 26-8.

 11.  Kanneganti A, Sia C-H, Ashokka B, Ooi SBS. Continuing medical education during a pandemic: an academic institution’s experience. Postgrad Med J 2020; 96: 384-6.

 12.  Mooney CJ, Peyre SE, Clark NS, Nofziger AC. Rapid transition to online assessment: practical steps and unanticipated advantages. Med Educ 2020; 54: 857-8.

 13.  Mian A, Khan S. Medical education during pandemics: a UK perspective. BMC Medicine 2020; 18: 100.

 

From in-person didactic sessions to videoconferencing during the COVID-19 pandemic: satisfaction survey among participants

Introduction and aim. COVID-19 pandemic has disturbed many hospital activities, including medical education. We describe the switch from in-person didactic sessions to videoconferencing in a Neurology department. We analyse the opinions and satisfaction of participants.

Material and methods. Narrative description of the adopted measures; Online survey among participants.

Results. One of the three weekly sessions was cancelled, and two switched to videoconferencing. There were more participants online than in the conference hall. 49 users answered the survey, 51% women, mean age 40.5 years (range 25-65). Satisfaction was higher for previous face-to-face meetings (8.68) than for videoconferencing (8.12) (p=0.006). There was a significant inverse correlation between age and satisfaction with virtual sessions (r=-0.37; p=0.01), that was not found for in-person attendance. Most users (75.5%) would prefer to continue with online sessions when the pandemic is over, and 87.8% support inter-hospital remote meetings, but the safety of web platforms is a concern (53.1%).

Conclusions. The change from in-person to virtual sessions is an easy measure to implement in a neurology department, with a good degree of satisfaction among users. There are some unsolved problems with the use of commercial web platforms and inter-hospital connection. Most users recommend leadership and support from educational and health authorities.

Key words. Continuous medical education. COVID-19. Face-to-face learning. Medical education. Resident education. Virtual learning.

 

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