Original

Uso del reconocimiento de la lateralidad a través de imaginería motora implícita para la mejora del control postural y el equilibrio en pacientes con ictus subagudo: un estudio controlado aleatorizado

N. Díaz-López, E. Monge-Pereira, E. Jodra-Centeno, F. Molina-Rueda, J.C. Miangolarra-Page [REV NEUROL 2022;74:375-382] PMID: 35698432 DOI: https://doi.org/10.33588/rn.7412.2022039 OPEN ACCESS
Volumen 74 | Número 12 | Nº de lecturas del artículo 5.361 | Nº de descargas del PDF 179 | Fecha de publicación del artículo 16/06/2022
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RESUMEN Artículo en español English version
Introducción Las técnicas de imaginería motora pueden utilizarse como complemento a la recuperación de las secuelas motoras tras un ictus, ya que durante la evocación de un movimiento se produce la activación de los circuitos neuronales implicados en la ejecución de éste.

Pacientes y métodos Se realizó un ensayo controlado aleatorizado simple ciego. Treinta y ocho pacientes en total fueron asignados aleatoriamente a cada grupo de estudio. Ambos grupos realizaron, durante cuatro semanas, cinco sesiones semanales de neurorrehabilitación y tres sesiones semanales de intervención experimental o control. El grupo experimental entrenaba el reconocimiento de la lateralidad, mientras que el grupo de control lo hacía con el reconocimiento de partes del cuerpo. Los participantes fueron evaluados antes y después de la intervención con parámetros posturográficos (área de barrido, longitud del recorrido de oscilación y porcentaje de diferencia de carga de peso entre los miembros inferiores), la escala de equilibrio de Berg (BBS), el índice de Barthel, el test Time Up and Go, la clasificación funcional de la deambulación (FAC) y la escala de calidad de vida para el ictus (ECVI-38).

Resultados Después de realizar el análisis intragrupo, se obtuvo significación estadística para el área de barrido (p < 0,001), la longitud del recorrido de oscilación (p = 0,04), el porcentaje de diferencia de carga de peso entre los miembros inferiores (p = 0,02), la BBS (p < 0,001), el índice de Barthel (p < 0,001), la FAC (p < 0,001) y la ECVI-38 (p < 0,001) en el grupo experimental; y para el porcentaje de diferencia de carga de peso entre los miembros inferiores (p = 0,01), la BBS (p = 0,001), el índice de Barthel (p = 0,001), el Time Up and Go (p = 0,04), la FAC (p = 0,03) y la ECVI-38 (p = 0,003) en el grupo de control. En el análisis intergrupo se obtuvo significación estadística para el área de barrido (p = 0,03), la BBS (p = 0,03), la FAC (p = 0,02) y la ECVI-38 (p = 0,002) en el momento posterior a la intervención.

Conclusiones El uso combinado de rehabilitación física y reconocimiento de la lateralidad a través de tareas de imaginería motora implícita mejora el equilibrio y las funciones relacionadas con el control postural en pacientes con ictus subagudo.
Palabras claveHemiparesiaIctusImaginería mentalPráctica mentalRecognise© flashcardsRehabilitación CategoriasPatología vascular
TEXTO COMPLETO Artículo en español English version

Introducción


Una de las secuelas más frecuentes tras un ictus es la afectación de la función motora en forma de hemiparesia [1] provocada por la muerte de las células nerviosas del área infartada y la disfunción celular de áreas anatómica y funcionalmente relacionadas [2]. Estos déficits somatosensoriales y motores provocarán una alteración en las aferencias que construyen el esquema corporal [3,4], lo que conlleva una falta de control postural y equilibrio en estos sujetos [1-4].

La imaginería motora es la técnica utilizada para activar las redes neuronales involucradas en la preparación y la ejecución de un movimiento a través de su evocación implícita o explícita, sin la existencia de un movimiento real [5-7]. Los cambios en los niveles de excitabilidad de las estructuras sensoriomotoras durante el entrenamiento con imaginería motora revelan la integración de las aferencias recibidas para construir y modular el programa motor en tiempo real, incluso en ausencia de movimiento voluntario [7], creando una representación neuronal del movimiento evocado a partir del cual el aprendizaje motor puede beneficiarse. El uso de imaginería motora se sustenta en la base neurofisiológica de los circuitos de neuronas espejo, los cuales se consideran parte fundamental de la conexión entre la acción que observamos, la acción perteneciente al repertorio de patrones de movimiento y la representación cortical que tenemos de ellos [8,9].

Numerosos estudios demuestran que durante la evocación de un movimiento se produce la activación de circuitos neuronales implicados en la ejecución real del movimiento [10-12]. En la mayoría de los estudios [13-17] se ha utilizado imaginería motora explícita, pero en las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular, su capacidad para imaginar el movimiento que involucra sus extremidades pléjicas puede verse afectada [18,19]. Sin embargo, existen estudios que demuestran la similitud en la activación de redes neuronales involucradas en el movimiento de un segmento corporal tanto en la evocación de dicho movimiento (imaginería motora explícita) como en la realización de tareas de reconocimiento de lateralidad (imaginería motora implícita) [7,20,21]. Durante las tareas de imaginería motora implícita, se activan las áreas prefrontal e insular, el área cingulada anterior y la corteza premotora contralaterales al hemicuerpo imaginado; y el cerebelo y los ganglios basales de forma bilateral [22,23]. Los estudios de Parsons et al [22,23] concluyen que las tareas de reconocimiento de la lateralidad respetan las restricciones biomecánicas articulares y, dado que no se produce ningún movimiento manifiesto, la tarea debe resolverse con una simulación mental de dicho movimiento, pero de forma implícita. Jia et al [24] estudiaron el uso de tareas de tipo imaginería motora implícita en sujetos que habían sufrido un ictus, y concluyeron que pueden resolver estas tareas tan bien como sujetos sanos, por lo que se puede suponer que esta capacidad no se ve alterada tras un ictus.

El propósito de este estudio fue evaluar, con medidas de resultado confiables probadas en personas con accidentes cerebrovasculares, si el uso combinado de neurorrehabilitación e imaginería motora implícita para el reconocimiento de la lateralidad usando tarjetas Recognise© es beneficioso para mejorar el control postural, el equilibrio y la calidad de vida en la fase subaguda de las personas con hemiparesia.

 

Pacientes y métodos


Diseño del estudio


Se llevó a cabo un estudio prospectivo longitudinal siguiendo las directrices CONSORT para la verificación de ensayos clínicos aleatorizados. Una vez reclutado cada sujeto, se le asignó aleatoriamente a un grupo mediante números aleatorios generados por un ordenador. El estudio se llevó a cabo simple ciego con evaluación ciega por terceros, ya que ni el evaluador ni los sujetos sabían a qué grupo pertenecía cada evaluado. El ensayo se registró en el Australian New Zealand Clinical Trials Registry con el número de registro ACTRN12620000107921.

Pacientes


Los pacientes fueron reclutados en el servicio de rehabilitación del Hospital Universitario Rey Juan Carlos derivados del servicio de neurología con diagnóstico médico de hemiparesia secundaria a ictus.

Los sujetos debían cumplir los siguientes criterios de inclusión: a) primer ictus de menos de seis meses de evolución; b) edad superior a 18 años; c) capacidad de mantener la bipedestación estable durante un minuto sin apoyo; d) no padecer patología comórbida que impidiera una rehabilitación intensiva; e) no utilizar un producto de apoyo para ayudar a caminar antes del ictus, y f) no padecer diagnóstico médico de ceguera cortical o ceguera previa a la lesión que impidiera el uso de material de trabajo.

Se realizó una evaluación basal para identificar las características sociodemográficas de la muestra, determinando la edad, el sexo, las características del ictus (tipo, localización de la lesión), la dominancia manual, el tiempo transcurrido desde el ictus (días) y la puntuación en la escala de ictus del National Institute of Health durante el ingreso hospitalario. La tabla I muestra los datos principales.

 

Tabla I. Datos sociodemográficos.
 
Sexo (%)

Edad (años)

Hemisferio lesionado (%)

Lateralidad (%)

Tiempo de evolución de la lesión (días)

Tipo de ictus (%)

NIHSS (puntos)

Experimental

68,18, hombres

31,81, mujeres

62,31 ± 11,03

59,09, derecho

40,91, izquierdo

86,36, derecha

13,64, izquierda

54,86 ± 55,31

18,18, hemorrágico

81,82, isquémico

3,9 ± 2,97

Control

43,75, hombres

56,25, mujeres

66,06 ± 13,77

56,25, derecho

43,75, izquierdo

100, derecha

57,75 ± 84,47

18,75, hemorrágico

81,25, isquémico

4,56 ± 4,28

NIHSS: escala de ictus del National Institute of Health.

Este estudio siguió la declaración de Helsinki y fue aprobado por el comité de ética del Hospital Universitario Rey Juan Carlos. Todos los participantes dieron su consentimiento informado de participación voluntaria por escrito.

Intervención


El presente estudio basó su intervención en la aplicación combinada de la neurorrehabilitación con el trabajo específico en tareas de reconocimiento de la lateralidad para el miembro inferior utilizando las tarjetas Recognise©. Estas tarjetas fueron diseñadas por el Neuro Orthopaedic Institute e ideadas para ‘el reconocimiento, la discriminación y el restablecimiento entre el juicio derecho e izquierdo a nivel cortical para los pacientes que sufren una disfunción en el reconocimiento de la lateralidad’ [25].

Una vez reclutados todos los posibles candidatos, el investigador principal verificó que cumplían los criterios de inclusión y les administró las pruebas del Minimental State Examination [26] y el subtest de comprensión de Boston [27]. 

Una vez obtenidos los datos iniciales, todos los participantes se sometieron a cinco sesiones semanales de rehabilitación de 40 minutos cada una, basadas en las recomendaciones de las guías de práctica clínica [28], en las que se aplicaron técnicas propias de rehabilitación neurológica para restaurar el nivel funcional previo del paciente. Estas técnicas las llevaron a cabo profesionales formados en neurorrehabilitación con experiencia demostrada de al menos tres años. Las sesiones se llevaron a cabo durante un periodo de cuatro semanas hasta completar 20 sesiones. Para garantizar la seguridad durante la etapa de la COVID-19, los terapeutas utilizaron equipos de protección individual.

El grupo experimental recibió, tres veces por semana, un entrenamiento en tareas de reconocimiento de lateralidad izquierda/derecha, utilizando las tarjetas Recognise©, con imágenes de pies en diferentes posiciones (Fig. 1), antes de la sesión de rehabilitación. La duración estimada de las sesiones fue de 5-10 minutos cada una. Durante este entrenamiento se presentaban diferentes imágenes de pies en las que el sujeto identificaba si se trataba de un miembro izquierdo o derecho; en cada una de las sesiones se repetía la prueba tres veces con diferentes tarjetas, hasta un total de 60 imágenes, con un descanso de un minuto entre una repetición y otra, momento en el que se corregía la tarea. Se realizó un total de 12 sesiones con la ayuda de un fisioterapeuta para realizar el entrenamiento de la lateralidad.

 

Figura 1. Tarea del grupo experimental.






 

El grupo de control realizó tres veces a la semana una tarea de reconocimiento de partes del cuerpo, utilizando las tarjetas Recognise©, en la que sólo tenían que indicar qué parte del cuerpo se estaba mostrando en la fotografía (Fig. 2), antes de la sesión de rehabilitación. Se presentaron 60 imágenes en tres series con un minuto de descanso entre las repeticiones. Un fisioterapeuta supervisó la realización de la tarea propuesta durante las 12 sesiones totales.

 

Figura 2. Tarea del grupo de control.






 

Medidas de resultado


Las medidas de resultado se clasificaron en principales y secundarias en función de su mayor fiabilidad test-retest en personas con ictus.

La recogida de datos se llevó a cabo antes y después de la intervención.

Medidas de resultado principales

La escala de equilibrio de Berg (BBS) se desarrolló para evaluar el equilibrio (excelente fiabilidad test-retest; coeficiente de correlación intraclase = 0,99). La escala consta de una serie de 14 ítems, cada uno de ellos valorado en una escala ordinal de 0 a 4, donde 0 es el nivel más bajo de funcionamiento y 4 el más alto. La puntuación total de la prueba es de 56 puntos; una puntuación inferior a 40 puede asociarse a un mayor riesgo de caídas [29].

La clasificación funcional de la deambulación (FAC) fue desarrollada para evaluar la capacidad de caminar (excelente fiabilidad test-retest; κ = 0,95). Esta escala se compone de seis puntuaciones que determinan la funcionalidad de la marcha de cada sujeto. La puntuación de 0 indica que el sujeto no puede caminar. La puntuación de 1 a 3 indica una marcha dependiente que requiere más o menos apoyo de otra persona. La puntuación de 4 describe una marcha independiente en superficies llanas; y la puntuación 5 corresponde a una marcha en cualquier superficie [30]. 

La escala de calidad de vida para el ictus (ECVI-38) es una escala de tipo Likert constituida por 38 ítems con cinco opciones de respuesta, organizados en ocho subescalas: estado físico, comunicación, cognición, emociones, sentimientos, actividades básicas de la vida diaria, actividades comunes de la vida diaria, y funcionamiento social y familiar [31]. Se obtiene una puntuación porcentual de cada subescala mediante un algoritmo y una puntuación total que promedia los porcentajes de cada subescala [31-33].

Medidas de resultado secundarias
  • Posturografía. Se utilizó el posturógrafo Satel PF8CTM (Fig. 3), con el que se realizaron tres repeticiones de la prueba de Romberg [34] con ojos abiertos y sobre una superficie estable durante 60 segundos. Las variables posturográficas de estudio utilizadas fueron: a) AREA: el área de barrido (mm2) producida por la oscilación del centro de presión; b) LONG: la longitud del recorrido de oscilación (mm) producida por el sujeto; y c) DIFLOAD: el porcentaje de diferencia de carga de peso entre los miembros inferiores, determinado por las coordenadas del centro de presión relacionadas con la posición media.
  • Time Up and Go. Se desarrolló para evaluar el equilibrio y la movilidad funcional para determinar el riesgo de caídas. La prueba consiste en cronometrar el tiempo que tarda el sujeto en realizar la acción de levantarse de una silla, caminar tres metros en línea recta, darse la vuelta y volver a sentarse en la silla. La prueba se realiza tres veces consecutivas y se puntúa el valor medio. Cuanto más tiempo se tarda en realizar la prueba, mayor es el riesgo de caída o de marcha no funcional [35,36].
  • Índice de Barthel. Es una escala desarrollada para evaluar el nivel de independencia en la realización de las actividades de la vida diaria. Se obtiene una puntuación total de entre 0 y 100; cuanto mayor sea la puntuación, mayor será el grado de independencia del sujeto [37,38].

 

Figura 3. Posturografía.






 

Análisis estadístico


Para realizar el análisis estadístico se utilizó el paquete IBM Statistics SPSS 27©.

Inicialmente se evaluó si las muestras de datos seguían una distribución normal mediante la prueba de Shapiro-Wilk, ya que las muestras comprendían menos de 50 sujetos.

Una vez verificada la hipótesis de normalidad, se realizó la estadística intragrupo mediante el test no paramétrico de Wilcoxon, ya que las variables no seguían una distribución normal. Las comparaciones entre grupos se realizaron mediante la prueba U de Mann-Whitney en el momento previo y posterior a la intervención.

El tamaño de la muestra se calculó con el software G*Power (versión G*Power 3.1.9.2). Se establecieron los siguientes parámetros para obtener el tamaño de la muestra utilizando un modelo de correlación: dos colas, un error α de 0,05, una potencia de 0,8 y un tamaño del efecto de 0,9, lo que dio como resultado un requisito de tamaño de la muestra de 22 participantes.
 

Resultados


Se evaluó a 63 sujetos entre enero de 2018 y diciembre de 2020 a quienes se había invitado a participar en el estudio, 14 de los cuales fueron excluidos, 12 de ellos por no cumplir los criterios de inclusión y dos por negarse a participar.

Finalmente, se reclutó a 49 sujetos; 29 fueron asignados aleatoriamente al grupo experimental, 22 de los cuales completaron la intervención de cuatro semanas (cuatro fueron trasladados a otro centro, uno falleció, uno abandonó voluntariamente y otro sufrió un nuevo ictus), mientras que 20 fueron incluidos en el grupo de control, 16 de los cuales completaron la intervención de cuatro semanas (uno fue trasladado a otro centro y tres no pudieron completar el protocolo debido a la pandemia por la COVID-19) (Fig. 4).

 

Figura 4. Diagrama de flujo CONSORT.






 

Grupo experimental


Tras realizar el análisis intragrupo, se obtuvo significación estadística para las variables área de barrido (p < 0,001), longitud del recorrido de oscilación (p = 0,04), porcentaje de diferencia de carga de peso entre los miembros inferiores (p = 0,02), BBS (p < 0,001), índice de Barthel (p < 0,001), FAC (p < 0,001) y ECVI-38 (p < 0,001), como se muestra en la tabla II.

 

Tabla II. Análisis estadístico.
 

Grupo experimentala

Grupo de controla

Experimental frente a controlb

Pre

Post

Pre

Post

p

Pre

Post

p

U

p

U

p


AREA

380,10 ± 360,68

229,86 ± 267,92

<0,001

891,33 ± 1191,35

329,98 ± 838,01

0,05

137,00

0,25

104,00

0,03


LONG

800,65 ± 365,41

670,14 ± 354,58

0,04

937,92 ± 773,71

718,69 ± 696,94

0,10

144,00

0,35

157,00

0,58


DIFLOAD

13,30 ± 14,15

5,55 ± 11,30

0,02

11,05 ± 13,15

4,15 ± 12,92

0,01

166,50

0,78

175,00

0,98


BBS

39,50 ± 15,75

51,50 ± 6,25

<0,001

35,50 ± 15,25

46,50 ± 10,75

0,001

151,50

0,47

105,50

0,03


IB

77,50 ± 21,25

100,00 ± 11,25

<0,001

62,50 ± 30,00

92,50 ± 40,00

0,001

148,50

0,42

117,00

0,08


TUG

15,65 ± 15,80

11,38 ± 6,16

0,20

17,66 ± 18,32

10,70 ± 6,59

0,04

165,50

0,75

165,00

0,75


FAC

2,00 ± 1,00

4,00 ± 2,00

<0,001

1,50 ± 1,75

3,00 ± 2,00

0,03

174,00

0,96

101,00

0,02


ECVI-38

39,84 ± 26,23

21,77 ± 19,62

<0,001

54,04 ± 17,57

43,78 ± 22,49

0,003

110,00

0,05

75,50

0,002


AREA: área de barrido; BBS: escala de equilibrio de Berg; DIFLOAD: porcentaje de diferencia de carga de peso entre los miembros inferiores; ECVI-38: escala de calidad de vida para el ictus; FAC: clasificación funcional de la deambulación; IB: índice de Barthel; LONG: longitud del recorrido de oscilación; TUG: Time Up and Go. a Grupo experimental y grupo de control: test de rangos con signo de Wilcoxon. Los datos se expresan como mediana ± rango intercuartílico. b Experimental frente a control: prueba U de Mann-Whitney.

 

Grupo de control


El grupo de control, sin embargo, obtuvo significación estadística tras analizar los datos de las variables porcentaje de diferencia de carga de peso entre los miembros inferiores (p = 0,01), BBS (p = 0,001), índice de Barthel (p = 0,001), Time Up and Go (p = 0,04), FAC (p = 0,03) y ECVI-38 (p = 0,003), como se muestra en la tabla II.

 

Análisis intergrupal


Tras comprobar los resultados del análisis intergrupal, encontramos que las variables área de barrido (p = 0,03), BBS (p = 0,03), FAC (p = 0,02) y ECVI-38 (p = 0,002) mostraron significación estadística a favor del grupo experimental en el momento de la postintervención, como se muestra en la tabla II.

 

Discusión


Se sabe que las cortezas premotora y suplementaria tienen conexiones directas con estructuras relacionadas con el control motor situadas en el tronco encefálico y la médula espinal [39], por lo que podemos suponer que ejercen un control directo sobre ellas. Además, Riddle y Baker [40] informaron en sus estudios de que la vía reticuloespinal (originada en el tronco encefálico) y la vía corticoespinal descienden en paralelo y tienen efectos superpuestos sobre las interneuronas espinales y las motoneuronas, influyendo significativamente en los músculos de las extremidades y en el control postural [41]. Ortiz et al [42] y Herbert et al [43] también demostraron contribuciones significativas de la vía reticuloespinal a la producción y recuperación motora. Esto nos lleva a plantear la hipótesis de que el fortalecimiento de las proyecciones disponibles de la vía reticuloespinal, a través de la estimulación de la corteza premotora y suplementaria gracias al uso de la imaginería motora, puede utilizarse para promover el reaprendizaje y la adquisición de habilidades motoras. Existe evidencia de que el uso de la imaginería motora implícita activa las áreas premotora y suplementaria mediante la activación de los circuitos de neuronas espejo de los circuitos parietofrontales a través de la transformación de la información visual [44,45].

Berneiser et al [46] estudiaron las estrategias utilizadas en el entrenamiento de la rotación mental de las manos en sujetos sanos, determinando que antes del entrenamiento predominan los procesos visuoespaciales; sin embargo, el procesamiento motor aumenta después del entrenamiento, lo que puede sugerir que las estrategias de integración motora se incrementarán con el entrenamiento en tareas de rotación mental, como las tareas de reconocimiento de la lateralidad.

En nuestro estudio, se obtuvieron mejoras en ambos grupos para los resultados de la BBS, el índice de Barthel y la ECVI-38. El grupo experimental obtuvo mejoras en el área de barrido, lo que indica una mejora en el equilibrio estático y en el control postural en bipedestación; estos resultados están respaldados por los estudios de Schuster et al [47] y Ietswaart et al [48]. No se obtuvieron mejoras en la velocidad de la marcha en el grupo experimental; sin embargo, se obtuvieron mejoras en la capacidad de la marcha y en la ayuda necesaria para caminar. Este resultado está respaldado por diferentes autores que informaron de mejoras en la marcha cuando se combinaba la imaginería motora con la rehabilitación, utilizando programas de entrenamiento en cinta rodante o de entrenamiento orientado a tareas [13,14,49].

Los datos del análisis intergrupal muestran que se obtuvo una mejora en la puntuación de las escalas ECVI-38, el BBS, la FAC y el área de barrido en los sujetos que fueron entrenados con tareas de reconocimiento de la lateralidad a través de imaginería motora implícita. Estos resultados están respaldados por los hallazgos obtenidos en ensayos clínicos en los que se evaluó el efecto de utilizar la imaginería motora combinada con la rehabilitación física para mejorar la función de los miembros inferiores [49,50], informando de mejoras en el control postural, el equilibrio y la capacidad de andar. Además, Verma et al [13] llegaron a la conclusión de que el uso de la imaginería motora combinada reduce el tiempo para iniciar la marcha independiente.

Este estudio preliminar está limitado por el reducido tamaño muestral, el abordaje exclusivo en una fase subaguda del ictus con un amplio rango de participantes en cuanto al tiempo de evolución de la lesión y por haberse realizado únicamente un seguimiento a corto plazo, por lo que se requieren otros estudios que determinen su efecto a largo plazo y en pacientes con ictus crónicos, ya que los resultados pueden estar condicionados por la evolución espontánea del período subagudo. Además, aunque se utilizaron medidas de resultado duras, como la posturografía, también se utilizaron medidas observacionales, que podrían ser una fuente de sesgo, ya que no están exentas de la subjetividad del evaluador.


No obstante, los resultados obtenidos permiten concluir que el uso combinado de tareas de imaginería motora implícita a través del uso de las tarjetas Recognise© y la rehabilitación física mejora el equilibrio y las funciones relacionadas con el control postural, lo que afecta positivamente a la calidad de vida de las personas que han sufrido un ictus.

 

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Use of recognition of laterality through implicit motor imagery for the improvement of postural control and balance in subacute stroke patients: a randomized controlled study

Introduction. Motor Imagery techniques may be used as a complement to the recovery of motor sequelae after a stroke, as during the evocation of a movement the activation of neuronal circuits involved in the actual execution of the movement occurs.

Patients and methods. A simple-blind randomized controlled trial was conducted. A total of 38 patients were randomly assigned to a study group. Both groups performed, for four weeks, five weekly sessions of neurorehabilitation and three weekly sessions of experimental or control intervention, respectively.The experimental group training the recognition of laterality, while the control group the recognition of body parts. Participants were evaluated pre and post intervention with posturography parameters –Sway area (AREA), Sway path length (LONG), difference in weigthload between lower limbs (DIFLOAD)–, the Berg Balance scale (BBS), the Barthel Index (BI), the Time Up and Go Test (TUG), the Functional Ambulation Categories (FAC), and the quality-of-life scale for stroke (ECVI-38).

Results. After performing the intragroup analysis, statistical significance was obtained for AREA (p < 0.001), LONG (p = 0.04), DIFLOAD (p = 0.02), BBS (p < 0.001), BI (p < 0.001), FAC (p < 0.001), and ECVI-38 (p < 0.001) in the experimental group; and for DIFLOAD (p = 0.01), BBS (p = 0.001), BI (p = 0.001), TUG (p = 0.04), FAC (p = 0.03), and ECVI-38 (p = 0.003) in the control group. In the intergroup analysis, statistical significance was obtained for AREA (p = 0.03), BBS (p = 0.03), FAC (p = 0.02) and ECVI-38 (p = 0.002) at postintervention time.

Conclusions. Combined use of physical rehabilitation and recognition of laterality through implicit motor imagery tasks, improves balance and functions related to postural control in subacute stroke patients.

Key words. Hemiparesis. Mental imagery. Mental practice. Recognise© flashcards. Rehabilitation. Stroke.

 

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