Original

Comorbilidad neurológica en pacientes psiquiátricos ingresados: evidencia sobre interconsultas de neurología en un centro español

C. Peña-Salazar, N. Kazah, B. Carrillo, C. Díaz, A. Callén, A. Serrano-Blanco, I. Aznar-Lou [REV NEUROL 2024;79:11-20] PMID: 38934945 DOI: https://doi.org/10.33588/rn.7901.2024054 OPEN ACCESS
Volumen 79 | Número 01 | Nº de lecturas del artículo 3.020 | Nº de descargas del PDF 99 | Fecha de publicación del artículo 01/07/2024
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RESUMEN Artículo en español English version
Introducción La presencia de comorbilidad psiquiátrica en algunos trastornos neurológicos es frecuente. Se ha discutido sobre una influencia bidireccional entre algunos trastornos psiquiátricos y neurológicos, pero este hecho no se ha estudiado ampliamente. Existe escasa información en la bibliografía sobre la tipología y la prevalencia de las interconsultas de neurología en los diferentes tipos de pacientes psiquiátricos hospitalizados.

Materiales y métodos Estudio transversal basado en datos reales sobre pacientes que necesitaron una interconsulta de neurología durante su hospitalización en salud mental.

Resultados Los motivos más frecuentes que requirieron una interconsulta de neurología en nuestro estudio fueron el clúster ‘Epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas’ (n = 177; 36,44%), seguido del clúster ‘Trastornos del movimiento’ (n = 77; 20,48%), el clúster ‘Trastorno cognitivo’ (n = 69; 18,35%) y, por último, el clúster ‘Neuropatía’ (n = 21; 5,9%). El tipo más frecuente de paciente psiquiátrico que requirió consulta neurológica presentó un trastorno psicótico (n = 100; 26,6%), seguido de problemas de conducta (n = 82; 21,81%), trastorno bipolar (n = 78; 20,78%), trastorno depresivo (n = 42; 11,17%) y trastorno del espectro autista (n = 20; 5,32%). Se encontró una relación estadísticamente significativa entre problemas de conducta y discapacidad intelectual e interconsulta de neurología por epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas, y entre trastorno depresivo, trastorno bipolar, trastorno del espectro autista y discapacidad intelectual e interconsulta de neurología por trastornos del movimiento.

Conclusiones Éste es el primer estudio en la bibliografía que analiza la frecuencia y la tipología de las interconsultas de neurología en personas hospitalizadas con trastornos psiquiátricos. Debe requerirse a los profesionales que traten a pacientes de salud mental hospitalizados un conocimiento profundo en epilepsia, trastornos del movimiento y trastornos cognitivos. Algunos pacientes con determinados trastornos psiquiátricos parecen necesitar un mayor número de interconsultas de neurología que otros durante su hospitalización.
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Palabras claveComorbilidad neurológicadiscapacidad intelectualEpilepsiaNeuropsiquiatríaSalud mentalTrastornos del movimiento CategoriasEpilepsias y síndromes epilépticosNeurología del Lenguaje y la ComunicaciónTrastornos del movimiento
TEXTO COMPLETO Artículo en español English version

Introducción


La presencia de comorbilidad psiquiátrica en algunos trastornos neurológicos es frecuente. La epilepsia, la migraña, la enfermedad de Parkinson, la demencia, la esclerosis múltiple y el ictus son los trastornos neurológicos que presentan más frecuentemente una comorbilidad psiquiátrica asociada [1]. Se ha hablado de una influencia bidireccional entre algunos trastornos psiquiátricos y neurológicos [2], pero no se ha estudiado ampliamente. A continuación, se describen en detalle los trastornos neurológicos que parecen presentarse con más frecuencia en los trastornos mentales.

Epilepsia


Las personas con epilepsia presentan una mayor prevalencia de depresión y ansiedad que la población general. Kanner et al [3] estiman en un 35% la prevalencia a lo largo de la vida de las comorbilidades psiquiátricas en personas con epilepsia; la depresión y la ansiedad son más frecuentes en adultos, y el trastorno por déficit de atención/hiperactividad, en niños. En las personas con discapacidad intelectual, la presencia de epilepsia es significativamente mayor que en la población general [4], aunque su relación con los trastornos psiquiátricos parece ser similar [5]. Peña-Salazar et al [6], en una revisión sistemática, no pudieron identificar una relación clara entre epilepsia y trastornos mentales en personas con discapacidad intelectual, probablemente debido al alto impacto de los factores de confusión, aunque los síntomas depresivos parecían ser más prevalentes en personas con epilepsia. Por otro lado, Hesdorffer et al [7] estudiaron la influencia de la depresión en la aparición de la epilepsia y encontraron que la depresión duplicaba el riesgo de desarrollarla. Finalmente, las personas con depresión antes de la aparición de la epilepsia mostraban un mayor riesgo de desarrollar epilepsia resistente al tratamiento [8].

Migraña


La migraña se asocia con frecuencia a trastornos del estado de ánimo, especialmente depresión, pero también al trastorno bipolar. Merikangas et al [9] hallaron que los trastornos del estado de ánimo eran dos veces más frecuentes en personas con migraña que en personas sin migraña, y Kim et al [10] encontraron un 30% de prevalencia de depresión en personas con cefalea crónica. Una relación bidireccional entre la depresión y la migraña fue sugerida por Breslau et al [11], quienes comunicaron una mayor prevalencia de migraña tras la aparición de depresión y una mayor prevalencia de depresión tras la aparición de migraña que en la población general.

Enfermedad de Parkinson


Los trastornos psiquiátricos más prevalentes en las personas con enfermedad de Parkinson parecen ser los trastornos depresivos y psicóticos. Aproximadamente uno de cada tres pacientes con enfermedad de Parkinson presentan un trastorno depresivo comórbido en algún momento de su vida [12]. Además, Hesdorffer [1] describió un riesgo tres veces mayor de desarrollar enfermedad de Parkinson en personas con trastornos depresivos. La etiología de la relación existente entre la enfermedad de Parkinson y la depresión es desconocida, aunque la depresión como síntoma prodrómico en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson [13,14] es uno de los conceptos más aceptados.

Por otro lado, Forsaa et al [15] observaron una prevalencia acumulada de psicosis del 60% en esta población y Pagonabarraga et al [16] informaron de una prevalencia del 42% en personas con enfermedad de Parkinson no tratada. Por último, el trastorno del control de los impulsos en personas con enfermedad de Parkinson parece ser muy prevalente (tasa acumulada de incidentes a cinco años del 46%), y estar en relación con la duración de la enfermedad [17] y con el tratamiento antiparkinsoniano.

Enfermedad de Alzheimer


La enfermedad de Alzheimer se asocia frecuentemente a trastornos psicóticos [1], con una prevalencia estimada del 40-50% [18]. Los trastornos depresivos y los trastornos de ansiedad también son muy prevalentes en esta población [10], y desempeñan un papel en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer [19] o forman parte de la fase inicial de esta forma de demencia [20].

Esclerosis múltiple


Los síntomas psiquiátricos en personas con esclerosis múltiple son muy frecuentes [21]. Los trastornos depresivos (31%) y la ansiedad (36%) son los más prevalentes en las personas con esclerosis múltiple [22] y se asocian a una peor calidad de vida [23]. Otros trastornos psiquiátricos comúnmente asociados a la esclerosis múltiple son el abuso de sustancias, la dependencia de sustancias y el trastorno bipolar [22].

Ictus


El ictus está estrechamente relacionado con los trastornos del estado de ánimo, especialmente con la depresión. La prevalencia estimada de depresión tras un ictus es del 18-33%, y se relaciona con una mayor mortalidad y una peor calidad de vida [24]. Los trastornos de ansiedad (20%) [25] y el trastorno por estrés postraumático (10-31%) [26] son también patologías muy comunes tras sufrir un ictus. Finalmente, las personas con trastornos psiquiátricos, como la depresión, los trastornos por abuso de sustancias y los trastornos neuróticos, parecen presentar una mayor prevalencia de ictus isquémico.

Considerando la alta prevalencia de trastornos psiquiátricos comórbidos en personas con trastornos neurológicos, algunos de los cuales con carácter probablemente bidireccional, es necesario llevar a cabo estudios sobre la presencia de trastornos neurológicos en pacientes con trastornos psiquiátricos previos. En consecuencia, los objetivos de este estudio son determinar la frecuencia de comorbilidad neurológica existente en pacientes psiquiátricos hospitalizados y evaluar la relación existente entre los trastornos neurológicos y los diferentes trastornos psiquiátricos.
 

Materiales y métodos


Diseño del estudio


Es un estudio transversal basado en datos del mundo real sobre pacientes con trastornos psiquiátricos que recibieron una interconsulta de neurología durante su hospitalización en salud mental. Los datos se revisaron retrospectivamente basándose en la información introducida en las historias clínicas entre el 27 de septiembre de 2019 y el 12 de julio de 2022. Los pacientes fueron reclutados de distintas unidades de hospitalización de salud mental de la Red de Salud Mental del Parc Sanitari Sant Joan de Déu MHN-PSSJD (Barcelona, España). El MHN-PPSJD cuenta con 489 camas para un área de captación que abarca aproximadamente a 1.600.000 habitantes. El estudio fue aprobado por el comité de ética y de investigación de la Fundació Sant Joan de Déu (Barcelona, España) (número de referencia: 27-2023-05).

Selección de la muestra


Los criterios de inclusión para el estudio fueron los siguientes: a) tener 18 años o más; b) estar ingresado en un servicio de hospitalización de salud mental del MHN-PSSJD; y c) haber requerido una interconsulta de neurología durante el ingreso en salud mental.

Variables


En la interconsulta de neurología se evaluó la presencia o no de trastornos neurológicos, que fueron codificados siguiendo la clasificación internacional de enfermedades, undécima revisión (Organización Mundial de la Salud, 2019). Los trastornos psiquiátricos se evaluaron y codificaron según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición (American Psychiatric Association, 2013). Se incluyeron diagnósticos psiquiátricos de trastornos de conducta y trastornos del control de impulsos siguiendo las recomendaciones del Manual diagnóstico de discapacidad intelectual 2 (DM-ID 2) dentro del grupo de ‘Problemas de conducta’ en personas con y sin discapacidad intelectual. Los trastornos psiquiátricos y neurológicos se agruparon, según criterios clínicos, en diferentes clústeres para facilitar su interpretación.

Clústeres de trastornos neurológicos

El clúster ‘Epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas’ incluyó la epilepsia, las crisis convulsivas y las crisis no epilépticas psicógenas. El clúster ‘Trastornos del movimiento’ incluyó los trastornos del movimiento inespecíficos, el temblor, los tics, la enfermedad de Parkinson idiopática, el párkinson vascular, el parkinsonismo, la distonía y la enfermedad de Huntington. El clúster ‘Trastornos cognitivos’ incluyó la demencia y el deterioro cognitivo. El clúster ‘Neuropatía’ incluyó la neuropatía, la polineuropatía, la plexopatía y el dolor neuropático.

Clústeres de trastornos psiquiátricos

El clúster ‘Trastornos psicóticos’ incluyó la esquizofrenia, la esquizofrenia paranoide, la esquizofrenia desorganizada, el trastorno psicótico no especificado, la psicosis no específica y el trastorno delirante crónico.

El clúster ‘Trastornos depresivos’ incluyó el trastorno depresivo y el trastorno depresivo mayor recurrente.

El clúster ‘Trastornos de la personalidad’ incluyó el trastorno límite de la personalidad, el trastorno antisocial de la personalidad, el trastorno orgánico de la personalidad y el trastorno inespecífico de la personalidad.

El clúster ‘Problemas de conducta’ incluyó los trastornos de conducta y los trastornos del control de los impulsos.

Otras variables registradas fueron el sexo, la edad en el momento de la consulta y la presencia de discapacidad intelectual.

Análisis estadístico


Los datos se analizaron utilizando Stata 17. Se realizaron análisis descriptivos (recuentos y proporción para variables dicotómicas, medias y desviación estándar para variables continuas) para explorar el sexo, la edad en el momento de la consulta, la presencia de discapacidad intelectual, y el diagnóstico psiquiátrico y neurológico. Las asociaciones bivariadas entre los diagnósticos neurológicos y de salud mental se establecieron mediante la prueba de χ2, mientras que las regresiones logísticas se utilizaron para evaluar la relación entre cada uno de los trastornos neurológicos y los trastornos de salud mental en el análisis multivariante. Estas regresiones se ajustaron por sexo, edad en la consulta y presencia de discapacidad intelectual. El efecto se mostró mediante odds ratio (OR).
 

Resultados


Descripción de la muestra


La tabla I muestra las características sociodemográficas y clínicas de los 376 pacientes hospitalizados con trastornos mentales incluidos en el estudio. La muestra tenía una edad media de 53 años. El 55% eran varones y el 46,1% presentaba discapacidad intelectual. 

 

Tabla I. Características sociodemográficas y clínicas de la muestra.
 

Frecuencia
(n)

Porcentaje
(%)


Sexo

Masculino
 

206

54,8


Femenino
 

170

45,2


Edad en el momento de la consulta (media, DE)
 

53,4

14,6


Discapacidad intelectual
 

162

46,1


Leve (CI = 52-69)
 

64

39,51


Moderada (CI = 36-51)
 

62

38,27


Grave (CI = 20-35)
 

35

21,6


Profunda (CI = 19 o por debajo)
 

1

0,62


Diagnósticos de salud mental

Trastorno psicóticoa
 

100

26,6


Problema de conductab
 

82

21,81


Trastorno bipolar y/o esquizoafectivo
 

78

20,74


Trastorno depresivoc
 

42

11,17


Trastorno del espectro autista
 

20

5,32


Trastorno de personalidadd
 

14

3,72


Ideas o intentos autolíticos
 

11

2,93


Trastorno obsesivo-compulsivo
 

9

2,39


Trastorno cognitivoe
 

9

2,39


Trastorno adaptativo mixto
 

3

0,8


Trastorno de pica
 

3

0,8


Trastorno por consumo de alcohol u otras sustancias
 

3

0,8


Trastorno de ansiedad
 

2

0,53


Diagnósticos neurológicos y/o síntomas neurológicos relacionados

Epilepsiaf
 

137

36,44


Trastorno del movimientog
 

93

24,73


Trastorno cognitivo
 

69

18,35


Neuropatíah
 

21

5,59


Hidrocefalia
 

8

2,13


Cambios en pruebas de neuroimagen
 

8

2,13


Cefalea
 

7

1,86


Radiculopatía y mielopatía
 

7

1,86


Tumor cerebral
 

5

1,33


Psicosis de origen farmacológico
 

4

1,06


Neurosífilis
 

4

1,06


Ictus
 

3

0,8


Síncope
 

2

0,53


Incontinencia esfinteriana
 

2

0,53


Enfermedades sistémicas/lupus
 

2

0,53


Mareo y nistagmo
 

1

0,27


Narcolepsia
 

1

0,27


Enfermedades desmielinizantes
 

1

0,27


Traumatismo craneal
 

1

0,27


CI: cociente intelectual; DE: desviación estándar. a Trastornos psicóticos: incluye esquizofrenia, esquizofrenia paranoide, esquizofrenia desorganizada, trastorno psicótico no especificado, psicosis inespecífica y trastorno delirante crónico; b Problemas de conducta: incluye los trastornos de conducta y el trastorno del control de los impulsos; c Trastornos depresivos: incluye el trastorno depresivo y el trastorno depresivo mayor recurrente; d Trastornos de la personalidad: incluye el trastorno límite de la personalidad, el trastorno antisocial de la personalidad, el trastorno orgánico de la personalidad y el trastorno inespecífico de la personalidad; e Trastornos cognitivos: incluye demencia y deterioro cognitivo; f Epilepsia: incluye convulsiones, convulsiones psicógenas no epilépticas y epilepsia; g Trastornos del movimiento: incluye temblor, tics, parkinsonismo idiopático y vascular, distonía, enfermedad de Huntington y trastorno del movimiento; h Neuropatía: incluye polineuropatía, plexopatía, dolor neuropático y neuropatía.
 

 

Los motivos más frecuentes de interconsulta de neurología en nuestro estudio fueron el clúster ‘Epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas’ (n = 177; 36,44%), seguido del clúster ‘Trastornos del movimiento’ (n = 77; 20,48%), el clúster ‘Trastorno cognitivo’ (n = 69, 18.35%) y, por último, el clúster ‘Neuropatía’ (n = 21; 5,59%).

El tipo más frecuente de paciente psiquiátrico que requirió interconsulta de  neurología presentaba ‘Trastorno psicótico’ (n = 100; 26,6%), seguido de ‘Problemas de conducta’ (n = 82, 21,81%), ‘Trastorno bipolar/esquizoafectivo’ (n = 78; 20,78%), ‘Trastorno depresivo’ (n = 42; 11,17%) y ‘Trastorno del espectro autista’ (n = 20; 5,32%). Además, el 43,09% (n = 162) de los pacientes que requirieron una interconsulta de neurología, independientemente del trastorno psiquiátrico comórbido del paciente, presentaba una discapacidad intelectual.

Relación entre consultas neurológicas y trastornos psiquiátricos


Trastorno cognitivo y trastornos psiquiátricos

La proporción de interconsultas de neurología por trastorno cognitivo en cada uno de los diagnósticos de salud mental, así como su asociación, se describe en la tabla II. No hubo pacientes con trastorno del espectro autista que recibieran una interconsulta de neurología por trastorno cognitivo. Encontramos una relación estadísticamente significativa entre el trastorno bipolar y la depresión e interconsulta de neurología por trastorno cognitivo en los análisis estadísticos bivariantes, pero estas relaciones no se mantuvieron tras controlar el resto de las variables. Los análisis multivariantes de regresión logística revelaron una relación estadísticamente significativa entre la ausencia de una conducta problemática (OR = 0,1) y una mayor edad (OR = 1,03), y tener una consulta de neurología por trastorno cognitivo.

 

Tabla II. Proporción de interconsultas de neurología por trastorno cognitivo en función de la presencia de diagnósticos de salud mental (DSM) y asociación entre diagnósticos de salud mental y trastorno cognitivo en el análisis bivariante mediante la prueba de χ2 y en el análisis multivariante mediante modelos de regresión logísticaa.
 

% con
el DSM

% sin
el DSM

χ2

Análisis de regresión logística multivariante

Valor de p

Odds ratio

IC 95%

Valor de p


Depresión
 

30,95

16,77

0,025

0,94

0,37-2,4

0,903


Trastorno bipolar
 

30,77

15,1

0,001

1,64

0,76-3,54

0,21


Esquizofrenia
 

15

19,57

0,312

0,66

0,29-1,49

0,311


Autismo
 

0

19,38

0





Problemas de conducta
 

2,44

22,79

0

0,13

0,03-0,63

0,011


Edad
 
     

1,03

1,01-1,06

0,003


Discapacidad intelectual
 
     

0,63

0,3-1,32

0,223


Sexo femenino
 
     

1,26

0,72-2,23

0,421


DSM: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales; IC 95%: intervalo de confianza al 95%. a El texto en negrita indica significación estadística en el análisis de regresión logística multivariante.
 

 

Epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas y trastornos psiquiátricos

La proporción de interconsultas de neurología por epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas en cada uno de los diagnósticos de salud mental, así como su asociación, se describe en la tabla III. No hubo pacientes que recibieran una interconsulta de neurología por epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas que tuvieran un diagnóstico de depresión. Encontramos una relación estadísticamente significativa entre el trastorno bipolar, la esquizofrenia y el autismo e interconsulta de neurología por epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas en el análisis bivariante, aunque estas relaciones no se mantuvieron en el análisis multivariante. En los análisis de regresión logística se encontró una relación estadísticamente significativa entre tener un diagnóstico de conducta problemática (OR = 4,2), menor edad (0,97) y tener discapacidad intelectual (OR = 2,5), y la interconsulta de neurología por epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas.

 

Tabla III. Proporción de interconsultas de neurología por epilepsia en función de la presencia de diagnósticos de salud mental (DSM) y asociación entre diagnósticos de salud mental y epilepsia en el análisis bivariante mediante la prueba de χ2 y en el análisis multivariante mediante modelos de regresión logísticaa.

 
     

χ2

Análisis de regresión logística multivariante

% con el DSM

% sin el DSM

Valor de p

Odds ratio

IC 95%

Valor de p


Depresión
 

0

41

0





Trastorno bipolar
 

16,67

41,61

0

0,58

0,24-1,37

0,2016


Esquizofrenia
 

28

39,49

0,041

1,11

0,52-2,34

0,788


Autismo
 

34,83

65,00

0,006

1,34

0,38-4,68

0,648


Problemas de conducta
 

80,49

24,15

0

6,78

2,81-16,35

0


Edad
 
     

0,96

0,95-0,98

0


Discapacidad intelectual
 
     

2,98

1,62-5,5

0,004


Sexo femenino
 
     

0,62

0,36-1,07

0,086


DSM: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales; IC 95%: intervalo de confianza al 95%. a El texto en negrita indica significación estadística en el análisis de regresión logística multivariante.
 

 

Trastornos del movimiento y trastornos psiquiátricos

La proporción de interconsultas de neurología por trastornos del movimiento en cada uno de los diagnósticos de salud mental, así como su asociación, se describe en la tabla IV. Los análisis de regresión logística mostraron una relación estadísticamente significativa entre tener un diagnóstico de trastorno depresivo (OR = 2,7), trastorno bipolar/esquizoafectivo (OR = 2,4), trastorno del espectro autista (OR = 6,02) y discapacidad intelectual (OR = 0,46) con interconsulta de neurología por trastornos del movimiento.


 

Tabla IV. Proporción de interconsultas de neurología por trastornos del movimiento en función de la presencia de diagnósticos de salud mental (DSM) y asociación entre diagnósticos de salud mental y trastornos del movimiento en el análisis bivariante mediante la prueba de χ2 y en el análisis multivariante mediante modelos de regresión logísticaa.
 

% con el DSM

% sin el DSM

χ2

Análisis de regresión logística multivariante

Valor de p

Odds ratio

IC 95%

Valor de p


Depresión
 

45,24

22,16

0

2,70

1,05-6,9

0,039


Trastorno bipolar
 

32,05

22,82

0,092

2,41

1,02-5,69

0,045


Esquizofrenia
 

25

24,61

0,943

1,71

0,74-4,01

0,211


Autismo
 

30

24,44

0,575

6,02

1,47-24,62

0,013


Problemas de conducta
 

9,76

24,44

0,001

0,98

0,31-3,07

0,972


Edad
 
     

1,01

0,99-1,04

0,053


Discapacidad intelectual
 
     

0,46

0,23-0,93

0,031


Sexo femenino
 
     

1,32

0,8-2,21

0,272


DSM: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales; IC 95%: intervalo de confianza al 95%. a El texto en negrita indica significación estadística en el análisis de regresión logística multivariante.
 

 

Discusión


Hasta nuestro conocimiento, éste es el primer estudio en la bibliografía que analiza la frecuencia y la tipología de las interconsultas de neurología en personas hospitalizadas por trastornos psiquiátricos. Nuestro hallazgo principal fue que el clúster ‘Epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas’ fue el motivo de interconsulta de neurología más frecuente (una de cada tres). El segundo motivo de interconsulta de neurología más frecuente fue el clúster ‘Trastorno del movimiento’ (24,73%), y el tercero, el clúster ‘Trastorno cognitivo’ (18,35%). Estos resultados ponen de manifiesto la importancia de estos grupos de trastornos neurológicos en los pacientes psiquiátricos hospitalizados.

Epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas


La epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas como motivo de interconsulta de neurología en pacientes psiquiátricos hospitalizados observado en este estudio es elevada. Esto podría explicarse por la mayor prevalencia de la epilepsia en personas con algunos trastornos mentales, en especial en las que tienen trastornos del estado de ánimo (35%) [27], en comparación con la población sin trastorno psiquiátrico (6-8%) [28]. Otra posible razón de esta frecuencia elevada de epilepsia/otros tipos de crisis no epilépticas como motivo de consulta podría ser que las personas sin epilepsia, pero con algunos trastornos psiquiátricos, pueden tener una mayor probabilidad de sufrir crisis epilépticas durante el ingreso hospitalario por diferentes factores: a) el uso de algunos fármacos antipsicóticos que disminuyen el umbral epiléptico; b) la abstinencia de alcohol o benzodiacepinas; y c) la privación de sueño en algunos trastornos psiquiátricos agudos descompensados, como la psicosis o los episodios maníacos en el trastorno bipolar.

Además, la presentación de crisis no epilépticas psicógenas o pseudocrisis, con o sin crisis epilépticas, es frecuente [3] en algunos trastornos psiquiátricos, como los trastornos de estrés postraumático, los trastornos de personalidad, los trastornos depresivos, los trastornos de ansiedad [29] o los trastornos psicóticos [30]. Realizar un diagnóstico diferencial preciso puede ser un reto clínico, más aún cuando en un mismo paciente aparecen ocasionalmente crisis epilépticas y crisis psicógenas no epilépticas [31].

El hecho de que no hayamos encontrado ningún paciente con depresión y epilepsia en nuestra muestra de población se debe, probablemente, a la demografía particular de nuestro estudio, que consistió únicamente en pacientes hospitalizados psiquiátricos con trastornos mentales graves. La prevalencia de la depresión en nuestra muestra es inferior a la de otros trastornos mentales graves, como los trastornos bipolares o psicóticos.

Otro hallazgo importante de nuestro estudio fue la elevada proporción de pacientes con discapacidad intelectual, independientemente del trastorno psiquiátrico subyacente del participante, en nuestra muestra poblacional (46,1%). Teniendo en cuenta la alta prevalencia de epilepsia en personas con discapacidad intelectual, con una prevalencia a lo largo de la vida del 25% [32] en comparación con 7,6 por cada 1.000 personas [4] en la población general, no es sorprendente encontrar un elevado número de pacientes con epilepsia en este grupo. Además, encontramos una relación estadísticamente significativa entre epilepsia como motivo de interconsulta de neurología y discapacidad intelectual, lo que parece confirmar la fuerte relación entre discapacidad intelectual y epilepsia en personas con trastornos psiquiátricos comórbidos [6]. Por otro lado, la relación estadísticamente significativa encontrada entre los problemas de conducta y la epilepsia como motivo de interconsulta de neurología podría estar mediada por la mayor prevalencia de trastornos psiquiátricos subyacentes en personas con problemas de conducta [32], especialmente en la población con discapacidad intelectual comórbida. Puede resultar difícil identificar los trastornos mentales subyacentes en las personas con problemas de conducta [33], ya que el solapamiento diagnóstico hace que se pasen por alto fenómenos psicopatológicos reales entre las personas con discapacidad intelectual.

Trastornos del movimiento


El segundo motivo de interconsulta de neurología más frecuente en nuestro estudio fueron los trastornos del movimiento. En la bibliografía se describen diversos tipos de trastornos del movimiento asociados a trastornos psiquiátricos comórbidos, y son muy frecuentes algunos, como la distonía y el parkinsonismo [34]. El temblor esencial y los trastornos por tics se asocian a menudo con la depresión y la ansiedad [35]; y el síndrome de piernas inquietas, con la depresión [36]. El parkinsonismo se asocia con frecuencia al uso de fármacos antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo, aunque también se ha descrito en pacientes con esquizofrenia que nunca han sido tratados con antipsicóticos [37]. En esta línea, se ha discutido una fisiopatología común entre algunos trastornos psiquiátricos y el parkinsonismo [38]. Por último, el temblor aislado (sin presentar necesariamente otros síntomas parkinsonianos) es un efecto secundario típico de varios medicamentos estabilizadores del estado de ánimo (como el litio, el ácido valproico o la lamotrigina) [39,40], sin reflejar necesariamente una enfermedad neurológica subyacente. Sin embargo, el tratamiento psicofarmacológico no se registró como variable en nuestro estudio y no se recogieron datos sobre los efectos adversos de los fármacos.

En nuestro estudio, la depresión fue el motivo más frecuente por el que los pacientes psiquiátricos hospitalizados requirieron una interconsulta de neurología por trastornos del movimiento, seguido de los que presentaban trastornos bipolares. Además, encontramos una relación estadísticamente significativa entre los trastornos del movimiento como motivo de interconsulta de neurología y el trastorno del espectro autista; y entre los trastornos del movimiento como motivo de consulta y los trastornos del estado de ánimo. Esto confirma la alta prevalencia de este clúster de trastornos neurológicos en este tipo de pacientes psiquiátricos.

Trastornos cognitivos


Los trastornos cognitivos fueron el tercer motivo de interconsulta de neurología más frecuente en nuestro estudio. La prevalencia de la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos en per­sonas con trastornos mentales es superior a la encontrada en la población normal, especialmente en personas con trastornos psicóticos  [1] y en las que tienen depresión [41]. Por otra parte, los síntomas depresivos y de ansiedad son frecuentes en la fase inicial de la demencia [19], y los psicóticos, en fases más avanzadas [42]. Por último, pero no menos importante, los síntomas cognitivos en pacientes con trastornos del estado de ánimo son muy frecuentes y deben ser correctamente identificados y no confundidos con la enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia, con el fin de evitar errores en el tratamiento y el consiguiente desarrollo de síntomas crónicos [43].

En nuestra muestra poblacional, encontramos una relación estadísticamente significativa en el análisis bivariante con el trastorno bipolar/esquizoafectivo, aunque, tras incluir la discapacidad intelectual y la edad en él, esta relación no se mantuvo. Creemos que la falta de asociación estadística entre interconsulta de neurología por trastornos cognitivos y trastornos del estado de ánimo o psicóticos en nuestra muestra podría deberse al entorno en el que se realizó el estudio. En algunas de las unidades hospitalarias de salud mental (unidades de agudos y subagudos), la solicitud de una interconsulta de neurología por un trastorno cognitivo es poco frecuente debido a estancias relativamente cortas (inferiores a tres meses) y con escaso tiempo de observación tras la estabilización psicopatológica. Otra explicación posible sería que el efecto sedativo de la medicación antipsicótica pueda enmascarar algunos síntomas prodrómicos característicos de la demencia en pacientes psiquiátricos y llevar a un diagnóstico erróneo. 

Por último, consideramos que el elevado número de personas con discapacidad intelectual en nuestra población de estudio podría desempeñar un papel importante. Es bien sabido que lograr un diagnóstico preciso del trastorno cognitivo en personas con discapacidad intelectual, algunas de ellas con habilidades de expresión verbal extremadamente limitadas, es un gran reto y puede dar lugar a un infradiagnóstico de la enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia.
 

Conclusiones


Éste es el primer estudio que analiza la prevalencia y la tipología de las interconsultas de  neurología en pacientes psiquiátricos hospitalizados. Nuestros resultados indican la frecuente presentación de síntomas y/o trastornos neurológicos en esta población. Las crisis epilépticas y las crisis psicógenas no epilépticas son frecuentes y deben diferenciarse correctamente, ya que a menudo están presentes en el mismo paciente. Los trastornos del movimiento, como el parkinsonismo y el temblor, habitualmente son efectos secundarios de algunos psicofármacos, aunque siempre debe considerarse el diagnóstico diferencial con la enfermedad de Parkinson. Por último, los trastornos cognitivos, como la enfermedad de Alzheimer, son más frecuentes en esta área que en la población general, aunque los síntomas cognitivos asociados a trastornos del estado de ánimo o derivados de los efectos secundarios de los psicofármacos deben considerarse como diagnóstico diferencial.  

Creemos que un conocimiento profundo de la epilepsia, los trastornos del movimiento y los trastornos cognitivos debe ser un requisito imprescindible para que los profesionales sanitarios puedan tratar adecuadamente a los pacientes con trastornos psiquiátricos hospitalizados. Los pacientes con determinados trastornos psiquiátricos parecen requerir un mayor número de interconsultas de neurología que otros durante su hospitalización.

Limitaciones


Este estudio tiene diversas limitaciones. La principal es el sesgo de selección debido a la inclusión de personas procedentes de una única institución de salud mental. Otra limitación importante es la inclusión en el estudio de los pacientes con trastornos psiquiátricos que recibieron una interconsulta de neurología a petición de su psiquiatra, por lo que no se trata de un estudio epidemiológico. Finalmente, el uso de clústeres de trastornos (neurológicos y psiquiátricos) podría conllevar que algunos diagnósticos relevantes no hubieran sido registrados.

Investigación futura


Consideramos que esta investigación debe ser replicada en futuros estudios multicéntricos, comparando las tasas de interconsultas de neurología entre pacientes hospitalizados y ambulatorios, y entre diferentes tipos de unidades sanitarias (específicamente, unidades de psicogeriatría o especializadas en discapacidad intelectual y salud mental). En estos departamentos se debe estudiar en profundidad la prevalencia de la epilepsia, los trastornos del movimiento y los trastornos cognitivos en pacientes psiquiátricos. Es igualmente importante el desarrollo de una estrecha relación de colaboración entre psiquiatras, neuropsiquiatras y neurólogos para proporcionar una mejor atención a los pacientes psiquiátricos en régimen de hospitalización.
 

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Neurologic comorbidity in psychiatric inpatients: evidence from neurologic consultations in a Spanish center


Introduction. The presence of psychiatric comorbidity in some neurological disorders is common. A bi-directional influence between some psychiatric and neurological disorders has been discussed, but not widely studied. There is an absence of literature on the typology and rates of neurology consultations in different types of psychiatric inpatients.

Materials and methods. Cross-sectional study based on real world data on patients who had a neurological consultation during hospitalization on a psychiatric ward.

Results. The most frequent reasons for visits to neurologists in our study were cluster ‘Epilepsy/other types of non-epileptic seizures’ (n = 177, 36.44%), followed by cluster ‘Movement disorders’ (n = 77, 20.48%), ‘Cognitive disorder’ (n = 69, 18.35%), and finally cluster ‘Neuropathy’ (n = 21, 5.59%). The most frequent type of psychiatric patient who required neurologic consultation presented a psychotic disorder (n = 100, 26.60%), follow by problem behavior (n = 82, 21.81%), bipolar disorder (n = 78, 20.78%), depressive disorder (n = 42, 11.17%) and autism spectrum disorder (n = 20, 5.32%). We found a statistically significant relationship between (problem behavior and intellectual disability) and neurologic consultation for epilepsy/other types of non-epileptic seizures, and between (depressive disorder, bipolar disorder, autism spectrum disorder and intellectual disability) and neurologic consultation for movement disorders.

Conclusions. This is the first study in the literature which analyzes the rates and typology of neurologic consultations in people hospitalized with psychiatric disorders. A deep knowledge of epilepsy, movement disorders and cognitive disorders should be required for health professionals to treat psychiatric inpatients appropriately. Patients with particular psychiatric disorders seem to require a higher number of neurologic consultations than others during their hospitalization.
Key words. Epilepsy. Intellectual disability. Mental health. Movement disorders. Neurological comorbidities. Neuropsychiatry.

 

 

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