R. Cada vez queda más claro que la enfermedad de Parkinson se identifica clínicamente por su componente motor pero se acompaña e incluso puede comenzar por síntomas de tipo no motor que comprenden trastornos del olfato, del sueño, autonómicos y cognitivos
También hemos aprendido que la dopamina es la responsable de los síntomas motores y, en alguna medida, de los cognitivos pero que la enfermedad de Parkinson puede considerarse como una verdadera degeneración multisistémica con afectación de los sistemas de neurotrasmisión colinérgica, serotonérgica y noradrenérgica.
Totalmente de acuerdo. Dado que la enfermedad afecta a más de un sistema de neurotrasmisión, es crucial contar con modelos que reproduzcan mejor la evolución de la enfermedad, combinando la lesión dopaminérgica con las otras lesiones reconocidas en la enfermedad de Parkinson.
Hoy en día contamos con eficientes métodos de reemplazo dopaminérgico, por supuesto, susceptibles de mejora. No creo que sea un avance crucial el reemplazo celular exclusivamente dopaminérgico.
Totalmente de acuerdo.
Hay que tender puentes que la propia enfermedad nos señala. No sólo deben aproximarse el laboratorio y la clínica mejorando la investigación translacional, sino que la colaboración clínica multidisciplinar (neurología, psiquiatría, neurocirugía) es fundamental en el abordaje terapéutico del enfermo con Parkinson.
Los estudios demuestran que la calidad de vida del paciente parkinsoniano se limita más por los factores no motores que por los motores. Esto debe ser tenido en cuenta en el diseño de nuevas terapéuticas.
En nuestro país el movimiento asociativo de los pacientes y sus familiares ha resultado crucial para sensibilizar a la sociedad y a la Administración. Sin embargo, se debe profundizar en la implicación de agentes de gran peso social como las fundaciones y la empresa privada, además de la industria farmacéutica.Prof. Dr. Juan V. Sánchez-Andrés