Un estudio canadiense publicado en la revista Neurology, diseñado para comprobar si una taza de café podía aliviar la somnolencia diurna de los pacientes con enfermedad de Parkinson, ha observado que la cafeína podría aliviar los síntomas motores de estos pacientes.
Un ensayo controlado y ciego aleatorizó a 61 pacientes a tomar placebo (n = 31) o pastillas de cafeína (n = 30) durante seis semanas: 100 mg de cafeína, dos veces al día, durante tres semanas, seguidas de otras tres semanas consumiendo 200 mg dos veces al día, equivalente a tomar de dos a cuatro tazas diarias de café.
Aunque la cafeína no logró mejorar la somnolencia, sí se observó una ligera mejoría en las escalas de daños motores y rigidez: una reducción de 4,69 puntos en la Unified Parkinson’s Disease Rating Scale y de 3,15 puntos en el componente motor.
La clave parece residir en los antagonistas de los receptores A2A de la adenosina, que la cafeína es capaz de bloquear, lo que le confiere cierto papel neuroprotector.
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