Los programas de entrenamiento para padres pueden ayudar a mejorar el comportamiento de niños con autismo, según un nuevo estudio que entrenó a un grupo de padres durante seis meses.
Los investigadores asignaron aleatoriamente a 89 padres a recibir entrenamiento para padres y a otros 91 a recibir educación sobre el autismo. Todos tenían hijos de 3-7 años con un trastorno del espectro autista. Ambos programas duraron seis meses e incluyeron aproximadamente 12 sesiones en persona y una o dos visitas en casa, pero el programa de educación no incluía estrategias de manejo del comportamiento.
Antes y después de los programas, los padres calificaron en dos escalas la conflictividad y el grado de desobediencia de sus hijos. Un descenso de al menos un 25% se consideró una mejora significativa. El comportamiento conflictivo de los niños cuyos padres recibieron entrenamiento se redujo en un 48% en una de las mediciones, frente a un descenso del 32% entre los niños cuyos padres recibieron educación sobre autismo. En la otra escala, las calificaciones fueron un 55% más bajas para el entrenamiento de los padres y un 34% menores para la educación de los padres.
Un profesional de la salud que no supo a qué programa asistieron los padres del menor también calificó las mejoras de los niños. Esa mejora fue del 68,5% para el grupo que recibió entrenamiento para los padres y del 40% para el grupo que recibió educación sobre autismo.
Según los autores, el programa de entrenamiento para padres se construyó sobre el modelo ABC: ‘A’ representa el antecedente, situación o evento que viene antes de ‘B’, el comportamiento del niño, y ‘C’ es la consecuencia, la respuesta del padre. Se enseñaba a los padres a identificar el antecedente, lo que resulta clave para entender qué está impulsando el comportamiento del niño.
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