Un estudio de cohortes retrospectivo de ámbito nacional sugiere que la carga de la demencia atribuible a los trastornos por el abuso de alcohol es mucho mayor de lo que se pensaba, por lo que el consumo empedernido de alcohol debería reconocerse como un factor de riesgo importante de todos los tipos de demencia.
Los investigadores analizaron datos de 1.109.343 adultos franceses, mayores de 20 años, que fueron diagnosticados de demencia entre 2008 y 2013. Encontraron que el consumo crónico empedernido de alcohol era un factor de riesgo importante en todos los tipos de demencia, pero sobre todo en la demencia de inicio precoz. En general, el consumo de alcohol se asoció con un riesgo tres veces más elevado de todos los tipos de demencia. El alcohol fue un factor en un 57% de los 57.353 casos de demencia de inicio precoz, desarrollada antes de los 65 años.
Según los autores, el vínculo entre demencia y trastornos por abuso de alcohol precisa más investigación, pero es probablemente un resultado de que el alcohol conduzca a un daño cerebral estructural y funcional permanente. Además, los trastornos por abuso de alcohol también aumentan el riesgo de hipertensión, diabetes, ictus, fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca, que a su vez pueden incrementar el riesgo de demencia vascular.
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