Un grupo de investigadores ha descubierto que el cerebro de un adicto a la heroína alberga una gran cantidad de neuronas que producen hipocretina, una molécula ligada al despertar y la vigilia y que suele ser escasa en personas con narcolepsia.
En estudios anteriores, los investigadores habían descubierto que la narcolepsia se vinculaba con la pérdida de neuronas productoras de hipocretina en el cerebro. También notaron que el cerebro de un adicto a la heroína que participaba en el estudio tenía una mayor cantidad de neuronas productoras de hipocretina. En este estudio, los científicos investigaron si la abundancia de estas neuronas era característica de otros adictos a los opiáceos. Al analizar tejido cerebral post mortem de cuatro personas adictas a la heroína, descubrieron que su cerebro tenía, en promedio, un 54% más de neuronas productoras de hipocretina que los sujetos del grupo de control.
La administración a largo plazo de morfina a un grupo de ratones provocó un aumento similar de estas neuronas, efecto que persistió durante varias semanas después de interrumpirse la administración del opiáceo. En cuanto a la narcolepsia, los autores descubrieron que suministrar morfina a ratones narcolépticos con deficiencia de neuronas productoras de hipocretina estabilizaba el número de estas neuronas y mejoraba los síntomas de cataplejía, lo que sugiere que la alteración de los niveles de hipocretina podría servir como estrategia terapéutica para tratar la narcolepsia.
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