Después de que numerosos trabajos hayan mostrado que los entornos verdes tienen efectos beneficiosos para la salud, una nueva investigación ha señalado que también podrían desempeñar un papel positivo contra el deterioro cognitivo en personas mayores.
Los científicos realizaron un seguimiento de una década a 6.506 personas de 45 a 68 años de Reino Unido. En tres momentos diferentes a lo largo del estudio, los participantes completaron una batería de tests cognitivos que evaluaron su razonamiento verbal y matemático, su fluidez verbal y memoria a corto plazo, así como el declive en todas estas funciones a lo largo de los años. El espacio verde en el vecindario de cada participante se estimó utilizando imágenes vía satélite.
Los datos muestran que la pérdida en las funciones cognitivas esperada como parte del proceso de envejecimiento es ligeramente más lenta en personas que viven en vecindarios más verdes. En concreto, la disminución en los resultados de los tests cognitivos fue un 4,6% menor en los participantes que vivían en un entorno más verde. Las asociaciones observadas fueron más fuertes entre las mujeres, lo que hace pensar que estas relaciones podrían estar influidas por el sexo.
Los autores sugieren que vivir cerca de espacios verdes incrementa la actividad física y la vida social, reduce el estrés y mitiga la exposición a la contaminación atmosférica y al ruido.
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