Amor y fidelidad
utilizan diferentes mecanismos cerebrales. A esta conclusión, que aparece
publicada en Proceedings
of the National Academy of Sc<iences,
se ha llegado después del estudio de los hábitos de apareamiento y del sistema
nervioso del ratón de la pradera (Microtus ochrogaster).
La mayoría
de los machos de esta especie de ratón son fieles a su pareja, sin embargo
existe una minoría de ellos que no lo son. Los investigadores postulan que los machos que no mantienen un
territorio ni una pareja estable carecen de receptores de vasopresina V1aR en dos regiones del cerebro críticas
para la memoria espacial, mientras que los individuos con comportamiento
monógamo y territorial tienen una gran cantidad de estos receptores en estas
regiones.
Es por esta
razón por la que los machos errantes no recuerdan los territorios donde habían
sido atacados por otros machos y, en lugar de evitar estos lugares de riesgo,
vuelven aunque posiblemente reciban nuevos ataques, pero puede que consigan
aparearse con las hembras. Se trata por tanto de dos estrategias evolutivas que
resultan exitosas para la procreación.
Palabras clavememoria espacialratón de la praderareceptor de la vasopresina 1a CategoriasNeurofisiología