La esclerosis múltiple es un trastorno autoinmune para el cual los esfuerzos por encontrar el antígeno diana de la enfermedad se han centrado hasta ahora en los componentes de la membrana de mielina, pero un estudio realizado en Suiza ha revelado ahora una aparente relación entre la microbiota intestinal y la esclerosis múltiple.
Los investigadores han comprobado que las células T CD4+ del sistema inmunitario reaccionan ante un enzima que se forma en las células humanas y en bacterias encontradas frecuentemente en la flora gastrointestinal de pacientes que sufren esclerosis múltiple: la guanosina difosfato fucosa. Los autores creen que las células inmunitarias son activadas en el intestino y que después migran hacia el cerebro, donde causan una cascada inflamatoria al encontrarse con la variante humana de su antígeno diana.
Para el subgrupo genéticamente definido de pacientes de esclerosis múltiple examinados por los investigadores, los resultados muestran que, en la patogénesis de la enfermedad, la microbiota intestinal podría desempeñar un papel mucho mayor de lo que se creía con anterioridad.
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