Una reciente investigación podría haber identificado un vínculo potencial entre las alergias a los alimentos y las exacerbaciones de la esclerosis múltiple.
El estudio, realizado en Estados Unidos, incluyó a 1.349 pacientes con esclerosis múltiple, los cuales detallaron su alergia a alimentos, fármacos o agentes ambientales y sus síntomas entre 2011 y 2015. Más de 900 pacientes manifestaron sufrir una o más alergias. De ellos, casi 600 tenían una alergia ambiental (polen, ácaros del polvo, mascotas...), más de 200 tenían alguna alergia alimentaria y unos 600 eran alérgicos a algún fármaco.
Los investigadores evaluaron el número total de recaídas de la esclerosis múltiple que cada paciente sufrió durante un promedio de 16 años. Tras tomar en cuenta otros factores potencialmente influyentes, encontraron que las alergias a los alimentos se asociaban con una tasa 27 veces más alta de exacerbaciones de la esclerosis múltiple, en comparación con los pacientes que no tenían alergias, y los pacientes con una alergia alimentaria tenían un riesgo 2,5 veces mayor de enfermedad activa, según el daño nervioso observado en imágenes de resonancia magnética con contraste.
No se encontraron diferencias significativas entre los pacientes sin alergias y los pacientes con alergias ambientales o farmacológicas. Tampoco se halló un vínculo entre ningún tipo de alergia y la gravedad de los síntomas de esclerosis múltiple o la escala de discapacidad.
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