Una nueva investigación ha confirmado el vínculo, cuya existencia se sospechaba desde hace tiempo, entre el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) y la enfermedad de Alzheimer, encontrando señales idénticas de daño cerebral en ambas dolencias.
El estudió empleó inmunohistoquímica cuantitativa para investigar el hipocampo post mortem de 34 sujetos con SAOS (18 mujeres, 16 varones; edad media: 67 años) y el tronco del encéfalo de 24 personas con SAOS y la presencia de neurofilamentos y de placas de proteína beta-amiloide. La gravedad del SAOS fue un predictor significativo de la cantidad de placas de proteína beta-amiloide tras ajustar por edad, sexo, índice de masa corporal y uso de presión positiva continua de las vías respiratorias. La gravedad del SAOS también predijo la cantidad de neurofilamentos, aunque no tras controlar por edad.
La nueva investigación ha demostrado que en el cerebro de las personas con SAOS las placas de beta-amiloide comienzan en el mismo lugar y se extienden de la misma manera que en el cerebro de quienes sufren enfermedad de Alzheimer.
Los autores concluyen que, si se tiene SAOS en la mediana edad, es más probable que aparezca la enfermedad de Alzheimer en la vejez, y si se padece enfermedad de Alzheimer, es más probable sufrir SAOS que otras personas de la misma edad.
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