Enfadarse repetidamente, pegar, zarandear o gritar a los niños está relacionado con estructuras cerebrales más pequeñas en la adolescencia, según un nuevo estudio publicado en Development and Psychopathology por de la Universidad de Montreal (Canadá) en colaboración con investigadores de la Universidad de Stanford (Estados Unidos).
En este estudio, los investigadores observaron que las mismas regiones cerebrales eran más pequeñas en los adolescentes que habían sido sometidos repetidamente a prácticas de crianza duras en la infancia, a pesar de que los niños no experimentaron actos de abuso más graves.
Uno de los puntos fuertes de este estudio es que utilizó datos de niños que habían sido controlados desde su nacimiento a principios de la década de 2000. Como parte de este seguimiento, se evaluaron anualmente las prácticas de crianza y los niveles de ansiedad de los niños, mientras éstos tenían entre 2 y 9 años. Estos datos se utilizaron para dividir a los niños en grupos en función de su exposición (baja o alta) a prácticas de crianza persistentemente duras.
Este estudio es el primero que trata de identificar los vínculos entre las prácticas de crianza duras, la ansiedad de los niños y la anatomía de sus cerebros.
Palabras claveEstructuras cerebralesMaltrato infantiltamaño cerebral CategoriasNeurociencia básicaNeuropediatría