Mejorar la calidad del aire puede mejorar la función cognitiva y reducir el riesgo de demencia, según varios estudios presentados en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC) 2021. El estudio, publicado en Environmental Pollution, confirmó que la reducción de las partículas finas (PM 2,5) y de los contaminantes relacionados con el tráfico (NO2) en un 10% de la norma actual de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE.UU. a lo largo de 10 años se asoció con una reducción del 14% y del 26% del riesgo de demencia, y con un declive cognitivo más lento, en mujeres mayores norteamericanas, independientemente de su edad, nivel de educación, la región geográfica en la que vivían y si tenían enfermedades cardiovasculares.
Además, la reducción de la concentración de PM2,5 a lo largo de 10 años se asoció a una disminución del riesgo de demencia por todas las causas en individuos franceses en un 15% y de enfermedad de Alzheimer en un 17% por cada microgramo de contaminante gaseoso por metro cúbico de aire (microg/m3) de disminución de PM2,5. La exposición a largo plazo a contaminantes atmosféricos también se asoció con mayores niveles de beta amiloide en la sangre en una gran cohorte estadounidense, lo que demuestra una posible conexión biológica entre la calidad del aire y los cambios físicos del cerebro que definen la enfermedad de Alzheimer.
Los autores concluyen que los resultados de estos estudios sugieren que la contaminación del aire puede ser un factor importante en el desarrollo de la demencia, y que muchos otros factores que influyen en la demencia no son modificables, pero la reducción de la exposición a la contaminación atmosférica si puede serlo.
Palabras claveAlzheimerDeterioro cognitivoPolución atmosférica CategoriasDemenciaNeurodegeneración