Introducción Los episodios paroxísticos incluyen un variado grupo de entidades nosológicas que requieren un cuidadoso proceso diagnóstico por la posibilidad de un tratamiento específico. Si se da un error diagnóstico las repercusiones pueden ser graves, tanto por la perpetuación de los episodios como por la administración crónica de tratamientos con potenciales efectos secundarios. Ante estos episodios el método diagnóstico más útil es la observación de los episodios y la monitorización de constantes que aclaren su naturaleza. Por este motivo el registro de vídeo-EEG es fundamental ante episodios sospechosos de crisis epilépticas. Sin embargo, la finalidad diagnóstica no es la única cuando se habla de monitorización de vídeo y EEG. En este trabajo se revisan las indicaciones para su utilización, y su rendimiento como elemento diagnóstico y en la evaluación prequirúrgica de pacientes con epilepsia.

Conclusión Tal como se practica hoy en día la Neurología, no se concibe la cirugía de la epilepsia sin monitorización previa. Del mismo modo, el diagnóstico de certeza de muchos episodios requiere que sean monitorizados. Es por ello que un sistema de monitorización de vídeo-EEG debe incluirse dentro del funcionamiento de un hospital como una prueba neurofisiológica habitual y no excepcional