Objetivo Describir los métodos de evaluación de la calidad de vida relacionada con la salud en el ictus, sus consideraciones metodológicas y los criterios de uso de las escalas.

Desarrollo Se definen los términos sujeto afectado, discapacidad y minusvalía; se comentan los índices de valoración funcional empleados en el estudio del ictus: actividades de la vida diaria, actividades instrumentales y los cuestionarios de salud genéricos empleados para estudiar la calidad de vida. Idealmente todos ellos deberían ser fiables, válidos y sensibles a los cambios. El perfil de las consecuencias de la enfermedad, los cuestionarios de salud SF­36 y Nottingham son instrumentos válidos para evaluar la calidad de vida en sujetos afectados por un ictus. El índice de Barthel es un índice fiable y válido para medir las actividades de la vida diaria en pacientes con ictus. La escala de Rankin valora la minusvalía y la discapacidad. Los índices de actividades instrumentales conllevan un sesgo cultural procedente del diseño de origen. El riesgo de caídas, el hombro doloroso, la presencia de disfagia o de incontinencia urinaria son complicaciones específicas del paciente afecto de un ictus. Las dificultades para la reinserción laboral o para conducir son factores que también afectan la calidad de vida tras un ictus.

Conclusión Es necesario incluir en el seguimiento de los supervivientes con ictus instrumentos de calidad de vida para medir las dimensiones de la salud que no cubren los índices de actividades de la vida diaria, especialmente la función social y emocional, además de su estado funcional

Objetivo Describir los métodos de evaluación de la calidad de vida relacionada con la salud en el ictus, sus consideraciones metodológicas y los criterios de uso de las escalas.

Desarrollo Se definen los términos sujeto afectado, discapacidad y minusvalía; se comentan los índices de valoración funcional empleados en el estudio del ictus: actividades de la vida diaria, actividades instrumentales y los cuestionarios de salud genéricos empleados para estudiar la calidad de vida. Idealmente todos ellos deberían ser fiables, válidos y sensibles a los cambios. El perfil de las consecuencias de la enfermedad, los cuestionarios de salud SF­36 y Nottingham son instrumentos válidos para evaluar la calidad de vida en sujetos afectados por un ictus. El índice de Barthel es un índice fiable y válido para medir las actividades de la vida diaria en pacientes con ictus. La escala de Rankin valora la minusvalía y la discapacidad. Los índices de actividades instrumentales conllevan un sesgo cultural procedente del diseño de origen. El riesgo de caídas, el hombro doloroso, la presencia de disfagia o de incontinencia urinaria son complicaciones específicas del paciente afecto de un ictus. Las dificultades para la reinserción laboral o para conducir son factores que también afectan la calidad de vida tras un ictus.

Conclusión Es necesario incluir en el seguimiento de los supervivientes con ictus instrumentos de calidad de vida para medir las dimensiones de la salud que no cubren los índices de actividades de la vida diaria, especialmente la función social y emocional, además de su estado funcional