Review
Neurocisticercosis
Neurocisticercosis
Rev Neurol 1999
, 29(5),
456–466;
https://doi.org/10.33588/rn.2905.99313
Abstract
Introducción En este artículo se realiza una revisión actualizada de la literatura sobre la neurocisticercosis.
Desarrollo La cisticercosis es la enfermedad parasitaria más frecuente del sistema nervioso. Se produce cuando el hombre se convierte en el huésped intermediario de la Taenia solium al ingerir sus huevecillos en alimentos contaminados. Endémica en países en desarrollo de América Latina, Asia y África, el flujo masivo de inmigrantes hacia naciones industrializadas ha condicionado un incremento reciente en el número de pacientes con cisticercosis en los Estados Unidos de América y en ciertos países europeos. La neurocisticercosis es una enfermedad pleomórfica, en gran parte debido a variaciones individuales en el número, tamaño y localización de las lesiones en el sistema nervioso, así como a diferencias en la respuesta inmunológica del huésped frente al parásito. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son epilepsia, signos neurológicos de focalización e hipertensión endocraneal. El diagnóstico no es posible con base en los datos clínicos, por lo que es necesaria la práctica de exámenes complementarios en todos los casos. Los estudios de neuroimagen (TC o RM) usualmente permiten el diagnóstico de esta entidad al mostrar, de forma objetiva, los parásitos y los cambios perilesionales que éstos inducen en el sistema nervioso central. Las pruebas inmunológicas destinadas a detectar anticuerpos anticisticerco en sangre o LCR tienen serios problemas en lo que respecta a sensibilidad y especificidad, por lo que no deben ser utilizadas de forma aislada para confirmar o descartar el diagnóstico de neurocisticercosis. Tanto el albendazol como el praziquantel son de utilidad para destruir la mayoría de los cisticercos intracraneales; sin embargo, existe todavía un papel para la cirugía en el manejo de ciertas formas de la enfermedad tales como la hidrocefalia y los quistes ventriculares.
Conclusión El desarrollo de técnicas modernas de diagnóstico y la introducción de potentes fármacos cestocidas ha aumentado el conocimiento que se tenía sobre la cisticercosis y ha modificado su pronóstico; sin embargo, algunos enfermos evolucionan desfavorablemente a pesar del tratamiento
Desarrollo La cisticercosis es la enfermedad parasitaria más frecuente del sistema nervioso. Se produce cuando el hombre se convierte en el huésped intermediario de la Taenia solium al ingerir sus huevecillos en alimentos contaminados. Endémica en países en desarrollo de América Latina, Asia y África, el flujo masivo de inmigrantes hacia naciones industrializadas ha condicionado un incremento reciente en el número de pacientes con cisticercosis en los Estados Unidos de América y en ciertos países europeos. La neurocisticercosis es una enfermedad pleomórfica, en gran parte debido a variaciones individuales en el número, tamaño y localización de las lesiones en el sistema nervioso, así como a diferencias en la respuesta inmunológica del huésped frente al parásito. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son epilepsia, signos neurológicos de focalización e hipertensión endocraneal. El diagnóstico no es posible con base en los datos clínicos, por lo que es necesaria la práctica de exámenes complementarios en todos los casos. Los estudios de neuroimagen (TC o RM) usualmente permiten el diagnóstico de esta entidad al mostrar, de forma objetiva, los parásitos y los cambios perilesionales que éstos inducen en el sistema nervioso central. Las pruebas inmunológicas destinadas a detectar anticuerpos anticisticerco en sangre o LCR tienen serios problemas en lo que respecta a sensibilidad y especificidad, por lo que no deben ser utilizadas de forma aislada para confirmar o descartar el diagnóstico de neurocisticercosis. Tanto el albendazol como el praziquantel son de utilidad para destruir la mayoría de los cisticercos intracraneales; sin embargo, existe todavía un papel para la cirugía en el manejo de ciertas formas de la enfermedad tales como la hidrocefalia y los quistes ventriculares.
Conclusión El desarrollo de técnicas modernas de diagnóstico y la introducción de potentes fármacos cestocidas ha aumentado el conocimiento que se tenía sobre la cisticercosis y ha modificado su pronóstico; sin embargo, algunos enfermos evolucionan desfavorablemente a pesar del tratamiento
Resumen
Introducción En este artículo se realiza una revisión actualizada de la literatura sobre la neurocisticercosis.
Desarrollo La cisticercosis es la enfermedad parasitaria más frecuente del sistema nervioso. Se produce cuando el hombre se convierte en el huésped intermediario de la Taenia solium al ingerir sus huevecillos en alimentos contaminados. Endémica en países en desarrollo de América Latina, Asia y África, el flujo masivo de inmigrantes hacia naciones industrializadas ha condicionado un incremento reciente en el número de pacientes con cisticercosis en los Estados Unidos de América y en ciertos países europeos. La neurocisticercosis es una enfermedad pleomórfica, en gran parte debido a variaciones individuales en el número, tamaño y localización de las lesiones en el sistema nervioso, así como a diferencias en la respuesta inmunológica del huésped frente al parásito. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son epilepsia, signos neurológicos de focalización e hipertensión endocraneal. El diagnóstico no es posible con base en los datos clínicos, por lo que es necesaria la práctica de exámenes complementarios en todos los casos. Los estudios de neuroimagen (TC o RM) usualmente permiten el diagnóstico de esta entidad al mostrar, de forma objetiva, los parásitos y los cambios perilesionales que éstos inducen en el sistema nervioso central. Las pruebas inmunológicas destinadas a detectar anticuerpos anticisticerco en sangre o LCR tienen serios problemas en lo que respecta a sensibilidad y especificidad, por lo que no deben ser utilizadas de forma aislada para confirmar o descartar el diagnóstico de neurocisticercosis. Tanto el albendazol como el praziquantel son de utilidad para destruir la mayoría de los cisticercos intracraneales; sin embargo, existe todavía un papel para la cirugía en el manejo de ciertas formas de la enfermedad tales como la hidrocefalia y los quistes ventriculares.
Conclusión El desarrollo de técnicas modernas de diagnóstico y la introducción de potentes fármacos cestocidas ha aumentado el conocimiento que se tenía sobre la cisticercosis y ha modificado su pronóstico; sin embargo, algunos enfermos evolucionan desfavorablemente a pesar del tratamiento
Desarrollo La cisticercosis es la enfermedad parasitaria más frecuente del sistema nervioso. Se produce cuando el hombre se convierte en el huésped intermediario de la Taenia solium al ingerir sus huevecillos en alimentos contaminados. Endémica en países en desarrollo de América Latina, Asia y África, el flujo masivo de inmigrantes hacia naciones industrializadas ha condicionado un incremento reciente en el número de pacientes con cisticercosis en los Estados Unidos de América y en ciertos países europeos. La neurocisticercosis es una enfermedad pleomórfica, en gran parte debido a variaciones individuales en el número, tamaño y localización de las lesiones en el sistema nervioso, así como a diferencias en la respuesta inmunológica del huésped frente al parásito. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son epilepsia, signos neurológicos de focalización e hipertensión endocraneal. El diagnóstico no es posible con base en los datos clínicos, por lo que es necesaria la práctica de exámenes complementarios en todos los casos. Los estudios de neuroimagen (TC o RM) usualmente permiten el diagnóstico de esta entidad al mostrar, de forma objetiva, los parásitos y los cambios perilesionales que éstos inducen en el sistema nervioso central. Las pruebas inmunológicas destinadas a detectar anticuerpos anticisticerco en sangre o LCR tienen serios problemas en lo que respecta a sensibilidad y especificidad, por lo que no deben ser utilizadas de forma aislada para confirmar o descartar el diagnóstico de neurocisticercosis. Tanto el albendazol como el praziquantel son de utilidad para destruir la mayoría de los cisticercos intracraneales; sin embargo, existe todavía un papel para la cirugía en el manejo de ciertas formas de la enfermedad tales como la hidrocefalia y los quistes ventriculares.
Conclusión El desarrollo de técnicas modernas de diagnóstico y la introducción de potentes fármacos cestocidas ha aumentado el conocimiento que se tenía sobre la cisticercosis y ha modificado su pronóstico; sin embargo, algunos enfermos evolucionan desfavorablemente a pesar del tratamiento
Keywords
Albendazol
Cisticercosis
Cisticercosis cerebral
Neurocisticercosis
Praziquantel
Taenia solium
Palabras Claves
Albendazol
Cisticercosis
Cisticercosis cerebral
Neurocisticercosis
Praziquantel
Taenia solium