Original Article
Cocaína y enfermedad cerebrovascular en adultos jóvenes
Cocaína y enfermedad cerebrovascular en adultos jóvenes
Rev Neurol 1999
, 29(9),
796–800;
https://doi.org/10.33588/rn.2909.99319
Abstract
Introducción y objetivos. La cocaína es un conocido factor de riesgo cerebrovascular. Los objetivos del trabajo son estudiar una serie de ictus en adultos jóvenes asociados al consumo de cocaína, analizar el papel patogénico y ver si su frecuencia ha variado en los últimos años.
Pacientes y métodos Seleccionamos del Registro de Ictus en adultos jóvenes, aquellos en los que se recogió el antecedente de consumo de cocaína desde 1989 hasta 1998. Todos los pacientes debían tener un estudio vascular que incluyera neuroimagen, estudio cardiológico y de coagulación.
Resultados La serie consta de 13 pacientes. Los ictus relacionados con cocaína suponen un 0,39% del total y un 7,60% de los ocurridos en adultos jóvenes. En este grupo, su frecuencia ha disminuido desde un 8,33% en 1989 hasta un 5% en 1998. La edad media fue 28,30 años. Cinco pacientes tuvieron una hemorragia intracraneal (4 intraparenquimatosas y 1 subaracnoidea). Ocho presentaron complicaciones isquémicas (5 infartos, 2 AIT y un caso de encefalopatía multinfarto). La vía de administración más frecuente fue intranasal. La relación temporal con el ictus fue variable. El 61,53% consumían otras drogas y el 84,61% tenían otros factores de riesgo. La angiografía demostró en isquemias: oclusiones arteriales (3), vasoespasmo (1), áreas de estenosis segmentaria (1) e irregularidades en las paredes arteriales (1), y en las hemorragias descartó aneurismas o malformaciones arteriovenosas.
Conclusiones El consumo de cocaína supone un riesgo evidente para desarrollar complicaciones cerebrovasculares en adultos jóvenes. Esta posibilidad aumenta al asociar otros factores de riesgo. En su génesis pueden concurrir diversos mecanismos (vasoespasmotrombosis, HTA, embolismo, inflamación...)
Pacientes y métodos Seleccionamos del Registro de Ictus en adultos jóvenes, aquellos en los que se recogió el antecedente de consumo de cocaína desde 1989 hasta 1998. Todos los pacientes debían tener un estudio vascular que incluyera neuroimagen, estudio cardiológico y de coagulación.
Resultados La serie consta de 13 pacientes. Los ictus relacionados con cocaína suponen un 0,39% del total y un 7,60% de los ocurridos en adultos jóvenes. En este grupo, su frecuencia ha disminuido desde un 8,33% en 1989 hasta un 5% en 1998. La edad media fue 28,30 años. Cinco pacientes tuvieron una hemorragia intracraneal (4 intraparenquimatosas y 1 subaracnoidea). Ocho presentaron complicaciones isquémicas (5 infartos, 2 AIT y un caso de encefalopatía multinfarto). La vía de administración más frecuente fue intranasal. La relación temporal con el ictus fue variable. El 61,53% consumían otras drogas y el 84,61% tenían otros factores de riesgo. La angiografía demostró en isquemias: oclusiones arteriales (3), vasoespasmo (1), áreas de estenosis segmentaria (1) e irregularidades en las paredes arteriales (1), y en las hemorragias descartó aneurismas o malformaciones arteriovenosas.
Conclusiones El consumo de cocaína supone un riesgo evidente para desarrollar complicaciones cerebrovasculares en adultos jóvenes. Esta posibilidad aumenta al asociar otros factores de riesgo. En su génesis pueden concurrir diversos mecanismos (vasoespasmotrombosis, HTA, embolismo, inflamación...)
Resumen
Introducción y objetivos. La cocaína es un conocido factor de riesgo cerebrovascular. Los objetivos del trabajo son estudiar una serie de ictus en adultos jóvenes asociados al consumo de cocaína, analizar el papel patogénico y ver si su frecuencia ha variado en los últimos años.
Pacientes y métodos Seleccionamos del Registro de Ictus en adultos jóvenes, aquellos en los que se recogió el antecedente de consumo de cocaína desde 1989 hasta 1998. Todos los pacientes debían tener un estudio vascular que incluyera neuroimagen, estudio cardiológico y de coagulación.
Resultados La serie consta de 13 pacientes. Los ictus relacionados con cocaína suponen un 0,39% del total y un 7,60% de los ocurridos en adultos jóvenes. En este grupo, su frecuencia ha disminuido desde un 8,33% en 1989 hasta un 5% en 1998. La edad media fue 28,30 años. Cinco pacientes tuvieron una hemorragia intracraneal (4 intraparenquimatosas y 1 subaracnoidea). Ocho presentaron complicaciones isquémicas (5 infartos, 2 AIT y un caso de encefalopatía multinfarto). La vía de administración más frecuente fue intranasal. La relación temporal con el ictus fue variable. El 61,53% consumían otras drogas y el 84,61% tenían otros factores de riesgo. La angiografía demostró en isquemias: oclusiones arteriales (3), vasoespasmo (1), áreas de estenosis segmentaria (1) e irregularidades en las paredes arteriales (1), y en las hemorragias descartó aneurismas o malformaciones arteriovenosas.
Conclusiones El consumo de cocaína supone un riesgo evidente para desarrollar complicaciones cerebrovasculares en adultos jóvenes. Esta posibilidad aumenta al asociar otros factores de riesgo. En su génesis pueden concurrir diversos mecanismos (vasoespasmotrombosis, HTA, embolismo, inflamación...)
Pacientes y métodos Seleccionamos del Registro de Ictus en adultos jóvenes, aquellos en los que se recogió el antecedente de consumo de cocaína desde 1989 hasta 1998. Todos los pacientes debían tener un estudio vascular que incluyera neuroimagen, estudio cardiológico y de coagulación.
Resultados La serie consta de 13 pacientes. Los ictus relacionados con cocaína suponen un 0,39% del total y un 7,60% de los ocurridos en adultos jóvenes. En este grupo, su frecuencia ha disminuido desde un 8,33% en 1989 hasta un 5% en 1998. La edad media fue 28,30 años. Cinco pacientes tuvieron una hemorragia intracraneal (4 intraparenquimatosas y 1 subaracnoidea). Ocho presentaron complicaciones isquémicas (5 infartos, 2 AIT y un caso de encefalopatía multinfarto). La vía de administración más frecuente fue intranasal. La relación temporal con el ictus fue variable. El 61,53% consumían otras drogas y el 84,61% tenían otros factores de riesgo. La angiografía demostró en isquemias: oclusiones arteriales (3), vasoespasmo (1), áreas de estenosis segmentaria (1) e irregularidades en las paredes arteriales (1), y en las hemorragias descartó aneurismas o malformaciones arteriovenosas.
Conclusiones El consumo de cocaína supone un riesgo evidente para desarrollar complicaciones cerebrovasculares en adultos jóvenes. Esta posibilidad aumenta al asociar otros factores de riesgo. En su génesis pueden concurrir diversos mecanismos (vasoespasmotrombosis, HTA, embolismo, inflamación...)
Keywords
Adulto joven
Adultos jóvenes
Cocaína
Ictus
Palabras Claves
Adulto joven
Adultos jóvenes
Cocaína
Ictus