Introducción Los aneurismas distales al polígono de Willis son poco frecuentes y de entre ellos son aún más raros los situados en el territorio vertebrobasilar.

Objetivo Describir los aspectos clinicorradiológicos y la evolución clinicoquirúrgica de cinco pacientes con aneurismas distales de las arterias cerebelosas.

Pacientes y métodos Cinco pacientes (2,5%) con aneurismas localizados en las arterias cerebelosas de un total de 194 pacientes con aneurismas cerebrales ingresados en nuestro hospital durante el período comprendido entre 1995 y 1998, ambos inclusive.

Resultados La forma de presentación de todos los pacientes fue la hemorragia subaracnoidea. Un paciente tenía asociada una malformación arteriovenosa (MAV). Una paciente rechazó el tratamiento quirúrgico, tres se trataron quirúrgicamente y otro por vía endovascular. El paciente que había sido tratado con éxito por vía endovascular de un aneurisma de la arteria cerebelosa anteroinferior, y que era el que asociaba una MAV a su aneurisma, resangró después de realizar una embolización parcial de su MAV. Los pacientes tratados quirúrgicamente y la paciente que rechazó el tratamiento quirúrgico evolucionaron favorablemente.

Conclusiones Es imprescindible el planteamiento terapéutico multidisciplinario en la patología aneurismática cerebral. Las técnicas microquirúrgicas tienen aún un papel muy importante, sobre todo en los aneurismas periféricos.

Introducción Los aneurismas distales al polígono de Willis son poco frecuentes y de entre ellos son aún más raros los situados en el territorio vertebrobasilar.

Objetivo Describir los aspectos clinicorradiológicos y la evolución clinicoquirúrgica de cinco pacientes con aneurismas distales de las arterias cerebelosas.

Pacientes y métodos Cinco pacientes (2,5%) con aneurismas localizados en las arterias cerebelosas de un total de 194 pacientes con aneurismas cerebrales ingresados en nuestro hospital durante el período comprendido entre 1995 y 1998, ambos inclusive.

Resultados La forma de presentación de todos los pacientes fue la hemorragia subaracnoidea. Un paciente tenía asociada una malformación arteriovenosa (MAV). Una paciente rechazó el tratamiento quirúrgico, tres se trataron quirúrgicamente y otro por vía endovascular. El paciente que había sido tratado con éxito por vía endovascular de un aneurisma de la arteria cerebelosa anteroinferior, y que era el que asociaba una MAV a su aneurisma, resangró después de realizar una embolización parcial de su MAV. Los pacientes tratados quirúrgicamente y la paciente que rechazó el tratamiento quirúrgico evolucionaron favorablemente.

Conclusiones Es imprescindible el planteamiento terapéutico multidisciplinario en la patología aneurismática cerebral. Las técnicas microquirúrgicas tienen aún un papel muy importante, sobre todo en los aneurismas periféricos.