Review
The pyramidal tract: new pathways
La vía piramidal: nuevas trayectorias
Rev Neurol 2001
, 32(12),
1151–1158;
https://doi.org/10.33588/rn.3212.2000614
Abstract
OBJECTIVE. To review some anatomofunctional aspects of the pyramidal tract which are relevant in clinical practice, especially the newer concepts. Development: a) Although the motor function is best known, the pyramidal tract also has sensory functions, modulating the transmission of impulses in the spinal cord. In fact, motor function is a recent acquisition on the evolutionary scale. b) Other descending pathways, such as the cortico-reticulospinal path, participate in voluntary movements. However, the pyramidal pathway is necessary for fine movements of the hand. c) Most of the pyramidal fibres control movements of the contralateral side of the body, but there are a few fibres which do not cross to the other side and play a part in ipsilateral body movements. These fibres seem to contribute to motor recovery following a brain lesion. d) Classically it is recognized that the motor cortex and pyramidal fibres follow a somatotopical distribution. Nevertheless territories corresponding to different parts of the body are superimposed to a considerable extent and may be modified on very diverse occasions. e) Experimentally it has been proved that a circumscribed lesion of the pyramidal pathway does not cause hyper-reflexia or spasticity. The hyper-reflexia and spasticity habitually seen in patients with “pyramidal syndrome” is due to lesions of other descending pathways. CONCLUSION. The pyramidal tract is anatomically and functionally related to other nerve structures and its activity is therefore integrated within the nervous system.
Resumen
Objetivo Revisar diversos aspectos anatomofuncionales de la vía piramidal relevantes para la práctica clínica, con especial énfasis en los conceptos más novedosos.
Desarrollo a) Aunque la función motora sea la más conocida, la vía piramidal también cumple una función sensitiva al modular la transmisión de impulsos en la médula espinal. De hecho, la función motora es una adquisición reciente en la escala evolutiva. b) Otras vías descendentes, como la vía corticorreticuloespinal, participan en el control de la motilidad voluntaria. Sin embargo, la vía piramidal es necesaria para la ejecución de los movimientos fraccionados de la mano. c) La mayor parte de las fibras piramidales controlan la motilidad del hemicuerpo contralateral, pero hay un pequeño contingente de fibras no cruzadas que participan en el movimiento del hemicuerpo ipsilateral. Estas fibras parecen contribuir a la recuperación motora después de una lesión cerebral. d) Clásicamente se reconoce que la corteza motora y las fibras piramidales siguen una distribución somatotópica. No obstante, los territorios correspondientes a distintas partes del cuerpo muestran un alto grado de superposición y pueden experimentar modificaciones ante acontecimientos muy diversos. e) Experimentalmente se ha comprobado que la lesión circunscrita a la vía piramidal no provoca ni hiperreflexia ni espasticidad. La hiperreflexia y la espasticidad que habitualmente vemos en los pacientes con “síndrome piramidal” se deben atribuir a la lesión de otras vías descendentes.
Conclusión La vía piramidal está anatómica y funcionalmente relacionada con otras estructuras nerviosas y su actuación se integra, por lo tanto, con la del conjunto del sistema nervioso. .
Desarrollo a) Aunque la función motora sea la más conocida, la vía piramidal también cumple una función sensitiva al modular la transmisión de impulsos en la médula espinal. De hecho, la función motora es una adquisición reciente en la escala evolutiva. b) Otras vías descendentes, como la vía corticorreticuloespinal, participan en el control de la motilidad voluntaria. Sin embargo, la vía piramidal es necesaria para la ejecución de los movimientos fraccionados de la mano. c) La mayor parte de las fibras piramidales controlan la motilidad del hemicuerpo contralateral, pero hay un pequeño contingente de fibras no cruzadas que participan en el movimiento del hemicuerpo ipsilateral. Estas fibras parecen contribuir a la recuperación motora después de una lesión cerebral. d) Clásicamente se reconoce que la corteza motora y las fibras piramidales siguen una distribución somatotópica. No obstante, los territorios correspondientes a distintas partes del cuerpo muestran un alto grado de superposición y pueden experimentar modificaciones ante acontecimientos muy diversos. e) Experimentalmente se ha comprobado que la lesión circunscrita a la vía piramidal no provoca ni hiperreflexia ni espasticidad. La hiperreflexia y la espasticidad que habitualmente vemos en los pacientes con “síndrome piramidal” se deben atribuir a la lesión de otras vías descendentes.
Conclusión La vía piramidal está anatómica y funcionalmente relacionada con otras estructuras nerviosas y su actuación se integra, por lo tanto, con la del conjunto del sistema nervioso. .
Keywords
Motor activity
Motor cortex
Neuroanatomy
Neurophysiology
Paralysis
Pyramidal bundles
Palabras Claves
Actividad motora
Córtex motor
Corteza motora
Fascículo piramidal
Fascículos piramidales
Neuroanatomía
Neurofisiología
Onda P300
P300
Parálisis
Potencial cognitivo
Potencial cortical
Potencial evocado
Potencial P300