In recent years attention has been drawn to cerebrovascular disease in children and adolescents, since cases are now better detected and hence there has been an apparent increase in their incidence. The traditional risk factors of adult cerebrovascular disease are considered to be unimportant in children and adolescents. In these young patients there are many other more important risk factors, genetic, metabolic and infections, acting alone or in combination. The most important of these are cardiac disorders, prothrombotic states and vascular disorders. There are many imaging techniques available for the investigation of patients with ischaemic symptoms, which permit early diagnosis using non-invasive methods. The newer perfusion-diffusion MR techniques may play an important part in evaluation and treatment, especially in patients at risk. Most treatment currently available is symptomatic. However, interventionist neuroradiology may in future play an important part in treatment in this age group. Recent studies have shown that the prognosis is not as good as previously thought and half the patients have motor sequelas and a similar number require special schooling.

La enfermedad cerebrovascular en el niño y adolescente ha llamado la atención en los últimos años motivado por una mejor identificación de los casos y un aparente aumento de su incidencia. Los factores de riesgo tradicionales del adulto se considera que tienen escasa o mínima importancia, mientras que se han estudiado numerosos factores genéticos, metabólicos e infecciosos que, aislados o en combinación, son verdaderos factores de riesgo; los más destacables son los trastornos cardíacos, los estados protrombóticos, y las alteraciones vasculares son los más frecuentes. Numerosos métodos de imágenes están disponibles en la exploración de pacientes con síntomas isquémicos que permiten hacer un diagnóstico precoz e inclusive con métodos no invasivos. Las nuevas técnicas de RM de difusión-perfusión pueden llegar a desempeñar un papel importante en la evaluación y tratamiento, especialmente en aquéllos con factores de riesgo. Todavía el tratamiento de la mayoría de estos pacientes es sintomático pero la neurorradióloga intervencionista puede en el futuro desempeñar un papel importante también en este grupo etario. Estudios recientes han demostrado que el pronóstico no es tan benigno como se consideraba ya que alrededor de la mitad de los pacientes quedan con secuelas motoras y un grupo similar requiere una asistencia especial a nivel escolar.