Review
Inflammatory mechanisms, arteriosclerosis and ischemic stroke: clinical data and perspectives
Mecanismos inflamatorios, arteriosclerosis e ictus isquémico: datos de interés clínico y perspectivas
Rev Neurol 2002
, 35(5),
452–462;
https://doi.org/10.33588/rn.3505.2002019
Abstract
OBJECTIVE. The atherosclerosis is the most common cause of death and disability in developed countries by causing ischemic cardiopathic and stroke. The ischemic atherotrombotic stroke is the most frequent form of the last one. In this sense we review herein the mechanisms underlying the artherosclerotic process. DEVELOPMENT. It is understood as an inflammatory disease, by taking into account the widely accepted hypothesis by Ross: it was firstly stated in structural terms, as macrophages and T/B linfocities were present in the arterial wall from the first stages of the disease (fatty streak) to the last and complicated ones. The starting point is a functional endothelial damage, secondary to mechanical or vascular risk factors and called ‘response-to-injury hypothesis’. The next step is an inflammatory cascade that involves humoral (citokines, growth factors) and cellular (increased quimiotaxis, adherece and infiltration of inflamatory cells) mechanisms. They interact among them, outbalanced and in a progresssive way that leads to the final fibroproliferative response. Every stage has his own inflammatory components and interactive pathways. The following elements are outstanding in this process: 1) Adhesion molecules, including E-selectin, ICAM-1 and VCAM-1, that are increased locally in the plaques and as circulating elements; plaquetary receptors of the type IIb/IIIa are integrins wich belong to the same family; 2) Citokines with either proinflammatory activity-like IL-1, the TNF-a and linfocitary ligands like the CD-40, or with antiinflammatory activity like the gamma interpheron; 3) Growth factors, with plaquetary (PDGF) and fibroblastic (FGF) variants as the cornerstone; 4) Markers of systemic inflammation, overall plasma C reactive protein and fibrinogen, that predict the risk of stroke and cardiovascular death; IL-6, complement, thrombin and heat-shock proteins (HSP) would act in a similar but less conclusive way.
CONCLUSIONS The evidences of the pivotal role of the inflammation in the stroke allow to develop therapeutical strategies to prevent the disease: fostering natural antiinflamatory mechanisms, or inhibiting inflammatory elements by selective (monoclonal antibodies) or non-selective (IIb/IIIa receptors, antiinflammatory drugs) pathways are distinctily glimpsed, ongoing or fully developed.
CONCLUSIONS The evidences of the pivotal role of the inflammation in the stroke allow to develop therapeutical strategies to prevent the disease: fostering natural antiinflamatory mechanisms, or inhibiting inflammatory elements by selective (monoclonal antibodies) or non-selective (IIb/IIIa receptors, antiinflammatory drugs) pathways are distinctily glimpsed, ongoing or fully developed.
Resumen
Objetivo La arteriosclerosis es la causa más común de muerte y discapacidad en los países desarrollados, debido a su papel principal en la cardiopatía isquémica e ictus, del cual la forma aterotrombótica resulta la más frecuente. Revisamos aquí los mecanismos subyacentes a la enfermedad arteriosclerótica.
Desarrollo Consideramos ésta un proceso inflamatorio de acuerdo con la hipótesis de Ross, inicialmente descrita en términos estructurales, ya que macrófagos y linfocitos T/B están presentes en la pared arterial desde los primeros (fatty streak) hasta los últimos y complicados estadios de la enfermedad. El punto de inicio es un daño endotelial funcional, secundario a factores de riesgo vascular o mecánicos, definido como ‘response-to-injury hypothesis’. El siguiente paso es una cascada inflamatoria que incluye factores humorales (citocinas y factores de crecimiento) y celulares (aumento de quimiotaxis, adherencia e infiltración de células inflamatorias), que interactúan entre ellos de manera progresiva, dando lugar a la respuesta fibroproliferativa. Cada estadio tiene sus propios componentes inflamatorios e interacciones. Los siguientes elementos destacan en este proceso: 1) Moléculas de adhesión, incluyendo la E-selectina, ICAM-1 y VCAM-1, que están aumentados localmente en las placas y en el plasma; los receptores plaquetarios del tipo IIb/IIIa son integrinas pertenecientes a la misma familia; 2) Citocinas con actividad proinflamatoria –tales como la IL-1 o el TNF-a– y ligandos inflamatorios –como el CD-40–, o con actividad antiinflamatoria, como interferón-g; 3) Factores de crecimiento: las variantes plaquetarias (PDGP) y fibroblástica (FGF) serían los elementos claves; 4) Marcadores de inflamación sistémica, sobre todo la proteína C reactiva plasmática y el fibrinógeno, que predicen el riesgo de ictus y de muerte cardiovascular; la IL-6, complemento, trombina y proteinas de ‘golpe de calor’ (HSP) actuarían de modo similar pero menos decisivo.
Conclusiones Las evidencias del papel fundamental de la inflamación en el ictus permiten desarrollar estrategias terapéuticas para prevenir la enfermedad, ya sea fomentando los mecanismos antiinflamatorios o inhibiendo los elementos inflamatorios por vías selectivas (anticuerpos monoclonales) o no selectivas (receptores IIb/IIIa, fármacos antiinflamatorios); se vislumbra su desarrollo completo en un futuro próximo.
Desarrollo Consideramos ésta un proceso inflamatorio de acuerdo con la hipótesis de Ross, inicialmente descrita en términos estructurales, ya que macrófagos y linfocitos T/B están presentes en la pared arterial desde los primeros (fatty streak) hasta los últimos y complicados estadios de la enfermedad. El punto de inicio es un daño endotelial funcional, secundario a factores de riesgo vascular o mecánicos, definido como ‘response-to-injury hypothesis’. El siguiente paso es una cascada inflamatoria que incluye factores humorales (citocinas y factores de crecimiento) y celulares (aumento de quimiotaxis, adherencia e infiltración de células inflamatorias), que interactúan entre ellos de manera progresiva, dando lugar a la respuesta fibroproliferativa. Cada estadio tiene sus propios componentes inflamatorios e interacciones. Los siguientes elementos destacan en este proceso: 1) Moléculas de adhesión, incluyendo la E-selectina, ICAM-1 y VCAM-1, que están aumentados localmente en las placas y en el plasma; los receptores plaquetarios del tipo IIb/IIIa son integrinas pertenecientes a la misma familia; 2) Citocinas con actividad proinflamatoria –tales como la IL-1 o el TNF-a– y ligandos inflamatorios –como el CD-40–, o con actividad antiinflamatoria, como interferón-g; 3) Factores de crecimiento: las variantes plaquetarias (PDGP) y fibroblástica (FGF) serían los elementos claves; 4) Marcadores de inflamación sistémica, sobre todo la proteína C reactiva plasmática y el fibrinógeno, que predicen el riesgo de ictus y de muerte cardiovascular; la IL-6, complemento, trombina y proteinas de ‘golpe de calor’ (HSP) actuarían de modo similar pero menos decisivo.
Conclusiones Las evidencias del papel fundamental de la inflamación en el ictus permiten desarrollar estrategias terapéuticas para prevenir la enfermedad, ya sea fomentando los mecanismos antiinflamatorios o inhibiendo los elementos inflamatorios por vías selectivas (anticuerpos monoclonales) o no selectivas (receptores IIb/IIIa, fármacos antiinflamatorios); se vislumbra su desarrollo completo en un futuro próximo.
Keywords
Antiinflammatory mechanisms
Atherosclerosis
Inflammation
Ischaemic stroke
Palabras Claves
Arteriosclerosis
Ictus isquémico
Inflamación
Mecanismos antinflamatorios