Introducción El condicionamiento aversivo gustativo es una forma de aprendizaje asociativo en el que ciertas cualidades de un alimento (principalmente su sabor) se asocian con determinadas consecuencias viscerales negativas derivadas de su ingestión. El establecimiento de este aprendizaje depende de procesos de integración gustativo-visceral llevados a cabo en el sistema nervioso central.

Desarrollo En el presente manuscrito se pretende ofrecer una visión global de los centros y conexiones más relevantes para la formación del aprendizaje aversivo gustativo (AAG).

Conclusiones Numerosos investigadores consideran que el nivel inicial de integración se sitúa en el núcleo parabraquial. A priori, podría considerarse que el AAG, dado su carácter básico y vital, se forma y completa a este nivel troncoencefálico, sin necesitar la intervención de estructuras superiores de procesamiento. No obstante, en la bibliografía sobre el AAG existe un amplio conjunto de datos, tanto neuroanatómicos como neuroconductuales, mediante los cuales parece evidenciarse que la formación del AAG requiere complejas interacciones entre el núcleo parabraquial y determinadas estructuras prosencefálicas, como la corteza insular o la amígdala, entre otras.

Introducción El condicionamiento aversivo gustativo es una forma de aprendizaje asociativo en el que ciertas cualidades de un alimento (principalmente su sabor) se asocian con determinadas consecuencias viscerales negativas derivadas de su ingestión. El establecimiento de este aprendizaje depende de procesos de integración gustativo-visceral llevados a cabo en el sistema nervioso central.

Desarrollo En el presente manuscrito se pretende ofrecer una visión global de los centros y conexiones más relevantes para la formación del aprendizaje aversivo gustativo (AAG).

Conclusiones Numerosos investigadores consideran que el nivel inicial de integración se sitúa en el núcleo parabraquial. A priori, podría considerarse que el AAG, dado su carácter básico y vital, se forma y completa a este nivel troncoencefálico, sin necesitar la intervención de estructuras superiores de procesamiento. No obstante, en la bibliografía sobre el AAG existe un amplio conjunto de datos, tanto neuroanatómicos como neuroconductuales, mediante los cuales parece evidenciarse que la formación del AAG requiere complejas interacciones entre el núcleo parabraquial y determinadas estructuras prosencefálicas, como la corteza insular o la amígdala, entre otras.