History and Humanities
Locos y dementes en la literatura cervantina: a propósito de las fuentes médicas de Cervantes en materia neuropsiquiátrica
Locos y dementes en la literatura cervantina: a propósito de las fuentes médicas de Cervantes en materia neuropsiquiátrica
Rev Neurol 2008
, 46(8),
489–501;
https://doi.org/10.33588/rn.4608.2008101
Abstract
Introducción En la obra de Cervantes, la figura del orate o del loco (incluyendo en este marco ciertas patologías neurológicas, como la epilepsia) aparece como una constante, a modo de estrategia literaria, mediante la cual el autor efectúa un particular ejercicio de crítica social.
Desarrollo Esta caracterización literaria de la insania mental está dotada de unas connotaciones clínicas que hacen pensar que Cervantes poseía unos conocimientos de medicina nada desdeñables, que posiblemente procedían de su entorno familiar y de amistades, así como de su interés particular por los sujetos alienados (existe constancia de sus visitas al Hospital de Inocentes de Sevilla). Del mismo modo, parece evidente que Cervantes manejó diversos tratados médicos relacionados con las disciplinas neurocientíficas, muy en boga durante la España tardorrenacentista. De hecho, en su biblioteca particular se localizaron dos obras que, además de inspirar en algún punto al autor alcalaíno, son citadas casi literalmente en algunas de sus novelas; se trata del Examen de ingenios para las ciencias, de 1575, obra de Juan Huarte de San Juan, y el Dioscórides (Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos), de 1555, comentado por Andrés Laguna. Del mismo modo, la descripción clínica del protagonista de la novela ejemplar El licenciado Vidriera parece obtenida del opúsculo médico Dignotio et cura affectuum melancholicorum (1569), de Alfonso de Santa Cruz. Finalmente, se ha postulado la influencia de los planteamientos humanistas defendidos por Erasmo de Rotterdam en Elogio de la locura (1509) en la construcción literaria cervantina.
Conclusión Estas cuatro obras pudieron servir como fuente médica para que Cervantes caracterizara a algunos de sus personajes y para sus acertados comentarios respecto a la materia terapéutica.
Desarrollo Esta caracterización literaria de la insania mental está dotada de unas connotaciones clínicas que hacen pensar que Cervantes poseía unos conocimientos de medicina nada desdeñables, que posiblemente procedían de su entorno familiar y de amistades, así como de su interés particular por los sujetos alienados (existe constancia de sus visitas al Hospital de Inocentes de Sevilla). Del mismo modo, parece evidente que Cervantes manejó diversos tratados médicos relacionados con las disciplinas neurocientíficas, muy en boga durante la España tardorrenacentista. De hecho, en su biblioteca particular se localizaron dos obras que, además de inspirar en algún punto al autor alcalaíno, son citadas casi literalmente en algunas de sus novelas; se trata del Examen de ingenios para las ciencias, de 1575, obra de Juan Huarte de San Juan, y el Dioscórides (Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos), de 1555, comentado por Andrés Laguna. Del mismo modo, la descripción clínica del protagonista de la novela ejemplar El licenciado Vidriera parece obtenida del opúsculo médico Dignotio et cura affectuum melancholicorum (1569), de Alfonso de Santa Cruz. Finalmente, se ha postulado la influencia de los planteamientos humanistas defendidos por Erasmo de Rotterdam en Elogio de la locura (1509) en la construcción literaria cervantina.
Conclusión Estas cuatro obras pudieron servir como fuente médica para que Cervantes caracterizara a algunos de sus personajes y para sus acertados comentarios respecto a la materia terapéutica.
Resumen
Introducción En la obra de Cervantes, la figura del orate o del loco (incluyendo en este marco ciertas patologías neurológicas, como la epilepsia) aparece como una constante, a modo de estrategia literaria, mediante la cual el autor efectúa un particular ejercicio de crítica social.
Desarrollo Esta caracterización literaria de la insania mental está dotada de unas connotaciones clínicas que hacen pensar que Cervantes poseía unos conocimientos de medicina nada desdeñables, que posiblemente procedían de su entorno familiar y de amistades, así como de su interés particular por los sujetos alienados (existe constancia de sus visitas al Hospital de Inocentes de Sevilla). Del mismo modo, parece evidente que Cervantes manejó diversos tratados médicos relacionados con las disciplinas neurocientíficas, muy en boga durante la España tardorrenacentista. De hecho, en su biblioteca particular se localizaron dos obras que, además de inspirar en algún punto al autor alcalaíno, son citadas casi literalmente en algunas de sus novelas; se trata del Examen de ingenios para las ciencias, de 1575, obra de Juan Huarte de San Juan, y el Dioscórides (Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos), de 1555, comentado por Andrés Laguna. Del mismo modo, la descripción clínica del protagonista de la novela ejemplar El licenciado Vidriera parece obtenida del opúsculo médico Dignotio et cura affectuum melancholicorum (1569), de Alfonso de Santa Cruz. Finalmente, se ha postulado la influencia de los planteamientos humanistas defendidos por Erasmo de Rotterdam en Elogio de la locura (1509) en la construcción literaria cervantina.
Conclusión Estas cuatro obras pudieron servir como fuente médica para que Cervantes caracterizara a algunos de sus personajes y para sus acertados comentarios respecto a la materia terapéutica.
Desarrollo Esta caracterización literaria de la insania mental está dotada de unas connotaciones clínicas que hacen pensar que Cervantes poseía unos conocimientos de medicina nada desdeñables, que posiblemente procedían de su entorno familiar y de amistades, así como de su interés particular por los sujetos alienados (existe constancia de sus visitas al Hospital de Inocentes de Sevilla). Del mismo modo, parece evidente que Cervantes manejó diversos tratados médicos relacionados con las disciplinas neurocientíficas, muy en boga durante la España tardorrenacentista. De hecho, en su biblioteca particular se localizaron dos obras que, además de inspirar en algún punto al autor alcalaíno, son citadas casi literalmente en algunas de sus novelas; se trata del Examen de ingenios para las ciencias, de 1575, obra de Juan Huarte de San Juan, y el Dioscórides (Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos), de 1555, comentado por Andrés Laguna. Del mismo modo, la descripción clínica del protagonista de la novela ejemplar El licenciado Vidriera parece obtenida del opúsculo médico Dignotio et cura affectuum melancholicorum (1569), de Alfonso de Santa Cruz. Finalmente, se ha postulado la influencia de los planteamientos humanistas defendidos por Erasmo de Rotterdam en Elogio de la locura (1509) en la construcción literaria cervantina.
Conclusión Estas cuatro obras pudieron servir como fuente médica para que Cervantes caracterizara a algunos de sus personajes y para sus acertados comentarios respecto a la materia terapéutica.
Keywords
Dioscórides
Elogio de la locura
Examen de ingenios para las ciencias
Alfonso de Santa Cruz
Andrés Laguna
Erasmo de Rotterdam
Historia de la medicina
Juan Huarte de San Juan
Miguel de Cervantes
Palabras Claves
Dioscórides
Elogio de la locura
Examen de ingenios para las ciencias
Alfonso de Santa Cruz
Andrés Laguna
Erasmo de Rotterdam
Historia de la medicina
Juan Huarte de San Juan
Miguel de Cervantes