Neuroethics as the neuroscience of ethics
*Correspondencia: Dr. Jorge Alberto Álvarez Díaz. Edificio A, 2.º piso. Área de Posgrados en Ciencias Biológicas y de la Salud. Calzada del Hueso, 1100. Colonia Villa Quietud. Delegación Coyoacán. CP 04960. México DF, México.
E-mail: bioetica_reproductiva@hotmail.com
INTRODUCTION The neurosciences have developed at a stunningly fast rate. Key points accounting for this progression include the introduction of functional neuroimaging techniques and the boost resulting from the Decade of the Brain project. This expansion has also allowed new disciplines such as neuroethics to appear.
DEVELOPMENT. Those who have worked on neuroethics can be divided into three groups (neuroreductionists, neurosceptics and neurocritics), and each group has its own standpoint as regards what neuroethics is, with several scopes and limitations in their proposals.
CONCLUSIONS Neuroethics is a discipline that, prior to the year 2002, was understood only as an ethics of neuroscience (a branch of bioethics). As of that date, however, it is also understood as a neuroscience of ethics (a new discipline). Neuroreductionism proposes that all ethical life has a basis in the brain that determines ethical actions; neuroscepticism holds that neuroscience cannot be considered a normative function; and neurocriticism considers that the neuroscientific advances cannot be ignored and must be taken into account in some way in order to draw up ethical theories.
Desarrollo Quienes han trabajado en neuroética pueden dividirse en tres grupos (neurorreduccionistas, neuroescépticos y neurocríticos), y cada grupo tiene diferentes posturas de lo que es la neuroética, con varios alcances y limitaciones en sus propuestas.
Conclusiones La neuroética es una disciplina que antes del año 2002 se entiende en exclusiva como una ética de la neurociencia (una rama de la bioética) y, a partir de esa fecha, se entiende también como una neurociencia de la ética (una nueva disciplina). El neurorreduccionismo propone que toda la vida ética tiene una base cerebral que determina los actos éticos, el neuroescepticismo argumenta que no se puede considerar la neurociencia como una función normativa y el neurocriticismo considera que los avances neurocientíficos no se pueden ignorar y se deben tomar en cuenta de algún modo para la elaboración de las teorías éticas.