Migraine and evolutionary theory: paths for a clinical approach
*Correspondencia: Dr. Luis Carlos Álvaro González. Servicio de Neurología. Hospital Universitario de Basurto. Avda. Montevideo, 18. E-48013 Bilbao (Vizcaya).
E-mail: luiscarlosalvaro@yahoo.es
Introduction. Migraine is a very common disorder with a raising incidence. The theory of evolution allow us to explain the emergence of the disorder, due to the advantages that the overreactivity to stimulus provided to ancestral groups of Homo sapiens, and a greater presence of the disorder in modern societies, based in the interactions with external factors. Herein we analyze these points.
Development. Design of organisms and their responses to environmental factors emerge to improve survival. Thus pain and headache can be contemplated as homeostatic and adaptative responses. Below 10% of the population has no experience with headache and the migrainous phenotype is quite frequent in secondary headaches and in syndromic forms of migraine. These features can be understood under the next undergrounds: specific neurophysiological data (lack of habituation, sensibilization and low preactivation), genetic features (polygenic disorder with the implication of many gens with a low penetrance, that interact with the environment and are shared with comorbid disorders such as depression and anxiety); and environmental interactions in modern societies (increase in the number of estrogenic cycles and particularly overexposition to stress).
Conclusions. A feature that was an evolutionary advantage has been transformed in a highly prevalent and disabling disorder in modern societies. It is the result of the interaction with internal (estrogenic cycles) and external (stress) stimuli. As a consequence, it becomes a mismatch disorder. The effects appear in childhood through epigenetics. Therefore, therapeutic interventions would yield greater benefits if whole populations were included in educative interventions incorporating
these aspects.
Desarrollo El diseño de los organismos y sus respuestas ambientales surgen para mejorar la supervivencia. Así, el dolor y la cefalea pueden entenderse como respuestas homeostáticas y adaptativas. Menos del 10% de la población no tiene experiencia de cefalea, y el fenotipo migrañoso es una repuesta dolorosa común en formas secundarias y sindrómicas de cefalea. Estas características se entienden según rasgos neurofisiológicos específicos (falta de habituación, sensibilización y baja preactivación), características genéticas (trastorno poligénico con múltiples genes de baja penetrancia, que interaccionan con el ambiente y que son comunes a los de los trastornos comórbidos, como depresión-ansiedad) e interacción ambiental en las sociedades modernas (aumento del número de ciclos estrogénicos, y especialmente sobreexposición al estrés).
Conclusiones Lo que fue una ventaja evolutiva se ha transformado en la sociedad moderna en un trastorno muy prevalente y frecuentemente incapacitante. Es el resultado de una interacción con sobrecarga de estímulos externos (estrés) e internos (hormonales), lo que, de acuerdo con la teoría evolutiva, convertiría a la migraña en una enfermedad por desajuste. Los efectos ocurrirían precozmente, en la infancia, a través de mecanismos de epigenética. Se obtendría un gran beneficio terapéutico mediante intervenciones poblacionales y educativas que incorporen estos aspectos.