Apomorphine: a powerful ally in Parkinson's disease
*Correspondencia: Dra. Araceli Alonso Canovas. Unidad de Trastornos del Movimiento. Servicio de Neurología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Ctra. de Colmenar, km 9.100. E-28034 Madrid.
E-mail: aracelialonsocanovas@gmail.com
Introduction: Apomorphine, a D1-D2 dopamine agonist, is the oldest drug with proven efficacy in the treatment of Parkinson's disease (PD), and the only with similar symptomatic power to levodopa. Its usefulness in the control of motor fluctuations, both as intermittent injections and in continuous subcutaneous infusion, has been demonstrated in open label and placebo controlled trials.
Aim: To analyse the role of apomorphine in the varied clinical symptoms and different clinical stages of PD through a narrative review of scientific literature (1951-2020).
Development: Beyond on-time increase, off-time decrease, off dystonia and quality of life improvement in advanced PD, there is evidence to support a role of apomorphine in less known clinical areas of PD, such as non motor symptoms, a lower risk of impulse control disorders, potential to ameliorate visual hallucinations, improve neuropsychiatric symptoms and dyskinesia and even axial features. Nevertheless, the optimal timing of apomorphine treatment remains controversial, and its implementation of this valuable drug in clinical practice has been historically hindered by several factors.
Conclusions: Apomorphine is a unique drug in the PD treatment scenario, with a number of potential applications beyond motor fluctuations control. Acknowledging these properties, selecting the patient most likely to benefit from it and finding the right timing may be key in the symptomatic control of this complex disease.
Objetivo Analizar el papel de la apomorfina en las distintas manifestaciones y momentos evolutivos de la EP mediante una revisión narrativa de la literatura científica (1951-2020).
Desarrollo Más allá del aumento de la duración del on, la reducción del off, la mejoría de la distonía en off y la calidad de vida en pacientes con EP avanzada, existe evidencia de la efectividad de la apomorfina en áreas menos conocidas de la EP, como síntomas no motores, menor riesgo de inducir trastornos de control de impulsos, potencial para atenuar las alucinaciones visuales, mejora de la clínica neuropsiquiátrica asociada a la EP, ayuda a un mejor control de las discinesias o influencia en los síntomas axiales. Sin embargo, el momento óptimo de su instauración sigue siendo objeto de debate, y existen varios factores que históricamente han limitado el uso de este valioso fármaco.
Conclusiones La apomorfina es un fármaco con propiedades únicas dentro del abanico de posibilidades para tratar la EP, con potenciales aplicaciones más allá del control de las fluctuaciones motoras. Conocerlas para indicarlas a los pacientes que más puedan beneficiarse de ellos, así como valorar adecuadamente el estadio de la EP en que iniciar la apomorfina, puede ser clave para mejorar el control clínico de esta compleja patología.