Introducción La infiltración eosinofílica del músculo esquelético es rara, no existe en muchos casos un factor etiológico identificable, se trata de miositis eosinofílicas aisladas. Puede asociarse a infecciones parasitarias o a fármacos, y puede ser manifestación de raras condiciones sistémicas de hipereosinofilia como el síndrome mialgia-eosinofilia y el síndrome idiopático hipereosinofílico. Las miopatías eosinofílicas deben distinguirse de las miopatías inflamatorias más comunes como polimiositis y dermatomiositis.
Caso clínico Niño de 9 años con discreta torpeza motora, desarrollo psicomotor y exploración neurológica normales. En la analítica destacaba elevación de transaminasas (GOT 271, GPT 157 UI/L), CPK 7.517 UI/L y eosinofilia (707/mL). La mioglobinuria fue negativa; serologías de cisticercosis, triquinosis, hidatidosis y toxocariasis, negativas; parásitos en heces, negativos; gammaglobulinas, normales; anticuerpos antimúsculo liso, antinucleares y anti-KLM, negativos. Estudio cardiológico normal. El padre, madre y los dos hermanos mostraban una analítica normal. La biopsia muscular reveló miopatía inflamatoria con abundantes eosinófilos, sin evidencia de parásitos ni de alteración de las proteínas de membrana: distrofina, sarcoglicanos y merosina. Dos años después permanece asintomático y mantiene elevadas las enzimas musculares en todos los controles, con cifras de CPK entre 3.065 y 9.616 UI/L, y eosinofilia con oscilación entre 634 y 1.026/mL. Se ensayó tratamiento corticoideo sin obtenerse respuesta.