Introducción y objetivo. En el presente trabajo se revisan algunas opciones tecnológicas de rehabilitación que se emplean para asistir a personas con graves alteraciones neuromusculares, con base en la actividad electrofisiológica como fuente de señales biológicas para diseñar interfaces.
Desarrollo Diversos investigadores han desarrollado un novedoso sistema de comunicación y control que emplea la actividad eléctrica cerebral como una señal que representa mensajes u órdenes que un individuo envía al mundo externo, pero sin utilizar las rutas normales de salida del cerebro, como los nervios periféricos y los músculos, sino un sistema artificial que las extrae, codifica y aplica, la cual se denomina interfaz cerebro-computadora (BCI). La actividad electrofisiológica para una BCI puede obtenerse mediante electrodos superficiales o implantados, por lo que éstas se pueden clasificar como invasivas y no invasivas. Se han explorado cinco tipos de señales del cerebro para operar una BCI: potenciales visuales evocados, potenciales corticales lentos, actividad neuronal cortical, ritmos b y m y potenciales relacionados con eventos.