Revisión

Model of executive functions based on factorial analyses in child and school populations: a meta-analysis

J. Tirapu-Ustárroz, E. Bausela-Herreras, P. Cordero-Andrés [REV NEUROL 2018;67:215-225] PMID: 30183062 DOI: https://doi.org/10.33588/rn.6706.2017450 OPEN ACCESS
Volumen 67 | Number 06 | Nº of views of the article 31.489 | Nº of PDF downloads 1.530 | Article publication date 16/09/2018
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ABSTRACT Artículo en español English version
INTRODUCTION Executive functions are defined as a set of skills that are involved in various activities which are novel to the individual and which require a creative solution. It is not easy or straight forward to conceptualise or identify the factors that make up a population of young children.

AIM To analyse the components of executive function due to the clinical implications in different neurodevelopmental disorders in a population-based sample of young children. DEVELOPMENT. From the body of literature, 35 published papers that used different factor analysis approaches for factor extraction were reviewed. The probability of a study with three factors being undertaken in the stage between 0 to 12 years is 1.44 times higher than studies being undertaken with some focus on another structure. The probability of a study being undertaken that focuses on the Flexibility dimension in the stage between 0 to 12 years is 1.45 times higher than a study being undertaken that focuses on any other dimension. The association between the different structures and dimensions that are analysed with respect to age using the Kendall tau-b indicates a statistically significant association between: studies with three factors and age (tau = 0.29; p = 0.044) and flexibility with age (tau = 0.37; p = 0.012).

CONCLUSIONS The diversity of the obtained results can be attributed to, and is in line with, the plurality of theoretical conceptualisations, tests used and statistical analyzes carried out. It can be concluded that working memory, inhibition and flexibility are the executive processes most commonly found in the factorial models of executive control in young children and adolescents.
KeywordsExecutive functionFactorial modelsFlexibilityInhibitionWorking memory
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Introducción


Las funciones ejecutivas se definen como un conjunto de habilidades que se hallan implicadas en la generación, la supervisión, la regulación, la ejecución y el reajuste de conductas adecuadas para alcanzar objetivos complejos, especialmente los que son novedosos para el individuo y que precisan una solución creativa [1]. Sin embargo, a pesar de las múltiples definiciones y modelos teóricos [2,3] que tratan de clarificar su naturaleza, el concepto de funciones ejecutivas continúa siendo vago [4] e incluso uno de los ‘misterios de la mente sin resolver’ [5]. Si atendemos a la naturaleza del constructo funciones ejecutivas, se pueden diferenciar dos posturas. Por un lado, los que defienden la existencia de un constructo único adaptable a las demandas cambiantes del medio ambiente, comparable al concepto de factor de inteligencia general o factor g [6]. Por otro lado, está la visión de las funciones ejecutivas como un sistema compuesto por múltiples procesos independientes, pero interrelacionados íntimamente entre sí [7,8].

Uno de los problemas fundamentales en la evaluación del funcionamiento ejecutivo se conoce con el nombre de ‘problema de las medidas impuras’ [9], al implicar la participación de otras funciones cognitivas no ejecutivas, como las habilidades verbales y visuoespaciales o la velocidad motora.

Miyake et al [10] presentaron una forma de abordar el problema de la impureza de la tarea consistente en utilizar múltiples tareas para medir cada componente de funcionamiento ejecutivo y adoptar un enfoque de variables latentes para extraer la varianza común a esas tareas.

El análisis factorial es un modelo estadístico que representa las relaciones entre un conjunto de variables, y plantea que dichas relaciones pueden explicarse a partir de una serie de variables no observables (latentes) denominadas factores, con un número de factores sustancialmente menor que el de variables [11]. En el análisis factorial exploratorio (AFE), el investigador analiza un conjunto de datos sin tener ninguna hipótesis previa acerca de su estructura, por lo que serán los resultados del análisis los que ofrezcan información al respecto. Sin embargo, el AFE no arroja luz sobre las importantes cuestiones conceptuales y de medición relativas a las funciones ejecutivas, porque no puede determinar el grado de mejora en el ajuste del modelo que podría resultar de la inclusión de un factor adicional. En el análisis factorial confirmatorio (AFC) se plantean hipótesis bien especificadas (respecto al número de factores, patrón de relaciones entre las variables y los factores, y relaciones entre los factores) que se pondrán a prueba evaluando el ajuste de un modelo [12]. Este último se ha convertido en una de las herramientas más empleadas para tratar de solventar el problema de las medidas impuras, ya que permite identificar la estructura latente que subyace a la ejecución observada en una prueba cognitiva [13]. Entre las ventajas de esta aproximación destaca la posibilidad de comparar varios modelos factoriales (por ejemplo, unitario frente a multi­dimensional) y elaborar un modelo previo sobre las demandas ejecutivas requeridas por distintas pruebas que posteriormente será sometido a análisis, así como analizar si un mismo modelo factorial es aplicable a distintos sub­grupos, por ejemplo, en función del sexo, la edad o el nivel socioeconómico [14].

La estructura o configuración de las funciones ejecutivas va cambiado a lo largo del ciclo vital [15, 16]. De Luca y Leventer [17] analizan el desarrollo de las funciones ejecutivas en paralelismo al desarrollo neurológico del sistema nervioso central, y diferencian funciones ejecutivas hot (memoria de trabajo e inhibición, por ejemplo) y cool (toma de decisiones afectivas o demora de la gratificación) [18]. En términos generales, O’Toole et al [19] concluyen que el rendimiento en las tareas ejecutivas frías muestra unos incrementos significativos en la niñez más temprana, pero ese incremento no se produce de igual forma en las tareas ejecutivas cálidas. En la tabla I se presenta el desarrollo estructural y funcional de los lóbulos frontales de 0 a 12 años según el modelo propuesto por Zelazo et al [3].

 

Tabla I. Desarrollo funcional y estructural de los lóbulos frontales de 0 a 12 años [3].
 
Desarrollo neurológico

Funciones ejecutivas frías

Funciones ejecutivas cálidas

7-8 meses

Sinaptogenia

Mielinización

Primeras señales de memoria
de trabajo e inhibición

Es capaz de distinguir entre
objetos animados e inanimados

12 meses

Sinaptogenia

Mielinización



Atención focalizada

14 meses

Sinaptogenia

Mielinización



Referencias sociales

2 años

El cerebro pesa el 80% del cerebro adulto

Mejoras en la inhibición
y memoria de trabajo

Entendimiento de las
situaciones de simulación

3 años

Incremento del volumen
de la sustancia gris y blanca

Incremento del metabolismo

Mejoras en el control inhibitorio
y en la atención hasta los 5 años

Mejoras en la toma de
decisiones afectivas en este año

4 años

Incremento del volumen
de la sustancia gris y blanca

Incremento del metabolismo

Mejoras en la flexibilidad cognitiva

Desarrolla con éxito las
tareas de la ‘falsa creencia’

5 años

Incremento del volumen
de la sustancia gris y blanca

Incremento del metabolismo

Se producen ganancias en la memoria
de trabajo y en el desarrollo de estrategias

Empieza a planificar y a dirigir el comportamiento
hacia un objetivo

Tiene conciencia de que las creencias pueden
sostenerse sobre otras creencias

6 años

Incremento del metabolismo



La teoría de la mente es tan
sofisticada como la del adulto

7 años

Incremento del metabolismo



Entiende los conflictos
de los estados mentales

8 años

Se produce un incremento de la
sustancia blanca en áreas frontales

Maduración de las habilidades
de flexibilidad cognitiva

Mejoras en la inhibición, vigilancia
y atención sostenida hasta los 11 años

Entiende las metáforas
y la decepción social

9 años

Se produce un incremento de la
sustancia blanca en áreas frontales

Mejoras en la memoria y en
las estrategias de planificación

Entiende las ‘meteduras de pata’
que se desarrollan hasta los 11 años

10 años

Se produce un incremento de la
sustancia blanca en áreas frontales





11 años

Segunda oleada de desarrollo
cortical en las niñas





12 años

Segunda oleada de desarrollo
cortical en los niños

Incremento significativo de la capacidad de dirigir
el comportamiento hacia un objetivo



 

Pérez et al [20] realizan un análisis de cómo interactúan y cambian sus relaciones durante el desarrollo las tres dimensiones propuestas por Miyake et al [10] (inhibición, flexibilidad y memoria de trabajo), junto con otras dimensiones (planificación y organización). El primer pico de incremento en la actividad prefrontal se produce a los 12 meses. El segundo pico se produce a partir de los 4 años, observándose un aumento en el metabolismo del lóbulo frontal en este período. El tercer período álgido se produce en torno a los 8 años y dura hasta los 11-12 años. Los niños de 12 años ya tienen una organización cognitiva muy cercana a la de los adultos; sin embargo, el desarrollo completo de la función se alcanzaría entre los 20 y 29 años.

El presente estudio tiene como objetivo examinar las estructuras subyacentes a la configuración de las funciones ejecutivas en los primeros momentos del desarrollo (0-12 años) y conocer qué dimensión o dimensiones están frecuentemente presentes en este rango de edad. En este estudio se desarrollará un aná­lisis cuantitativo (metaanálisis) y uno cualitativo [21,22]. Una conceptualización apropiada de la estructura de las funciones ejecutivas es clave para el diseño de intervenciones preventivas eficaces y eficientes que puedan beneficiar a los niños con dificultades tempranas, orientar la posterior intervención, y evitar el bajo rendimiento académico y las dificultades en la interacción social durante la etapa escolar.
 

Desarrollo


Métodos de búsqueda de información


En este trabajo se ha realizado una revisión bibliográfica no sistemática del siglo xxi (2001-2016), a la que se han incluido por su relevancia dos publicaciones de 1991. Las publicaciones fueron obtenidas, fundamentalmente, de PubMed.

Se utilizaron distintas palabras claves (función ejecutiva, estructura factorial, infantes y niños), que se combinaron con los operadores booleanos, según fuera la búsqueda más precisa, selectiva o reducida. Los trabajos empíricos son fundamentalmente en inglés.

Selección de estudios


Criterios de inclusión
  • Estudios empíricos.
  • Participantes con desarrollo típico.
  • Edad de los participantes: 1 mes a 12 años.
  • Técnicas de recogidas de datos: pruebas y tests de funciones ejecutivas.
  • Técnica de análisis de datos: AFC, análisis de los componentes principales (ACP), AFE.
  • Disponible a texto completo (pdf o html).

 

Criterios de exclusión
  • Estudios de revisión teóricos.
  • Edad de los participantes superior a 12 años.
  • Participantes con trastornos del neurodesarrollo (trastorno por déficit de atención/hiperactividad, trastorno del espectro autista, trastornos del aprendizaje...) y niños prematuros.
  • Técnicas de recogidas de datos: aplicación exclusiva de cuestionarios de funciones ejecutivas.
  • Técnicas de análisis de datos: modelos de ecuaciones estructurales.
  • No disponible a texto completo.

En total se han incluido 35 estudios. En la figura se presentan los estudios: identificados, filtrados, elegibles e incluidos. En la tabla II se presentan las características descriptivas de los 35 estudios analizados, en relación con: año de publicación, tipo de análisis factorial desarrollado, edad de los participantes, número de factores obtenidos [23,24] y dimensiones analizadas.

 

Figura. Diagrama de flujo de estudios incluidos en el análisis.






 

Tabla II. Variables descriptivas de los estudios analizados.
   

n

%


Tipo de análisis factorial

ACP

3

8,6


AFC

25

71,4


AFE

6

17,1


AFE + AFC

1

2,9


Edad de los participantes

1 año

1

2,9


2 años

3

8,6


3 años

6

17,1


4 años

3

8,6


5 años

5

14,3


6 años

3

8,6


7 años

4

11,4


8 años

7

20,0


9 años

1

2,9


11 años

1

2,9


12 años

1

2,9


Número de factores

Un factor

13

37,1


Dos factores a

13

37,1


Tres factores

4

11,4


Cuatro factores

2

5,7


Dimensiones

Inhibición

20

57,1


Memoria de trabajo

18

51,4


Flexibilidad

13

37,1


Velocidad de procesamiento

2

5,7


Planificación

2

5,7


Fluidez

2

5,7


Atención

2

5,7


Denominación

1

2,9


Conceptualización

1

2,9


Supervisión

1

2,9


Monitorización

1

2,9


ACP: análisis de componentes principales; AFC: análisis factorial confirmatorio; AFE: análisis factorial exploratorio. a Brydges [23] y Li et al [24] presentan en sus estudios dos propuestas de estructuras factoriales.

 

Análisis de datos


Junto con la codificación y el registro de las características del estudio (Tabla III) se realizó un análisis cuantitativo del tamaño del efecto a través de la odds ratio (tamaño del efecto) y un estudio de la asociación entre la edad y las características principales de los estudios analizados (correlación de rangos tau-b de Kendall), con el objeto de conocer la fuerza de la asociación.

 

Tabla III. Características de los estudios incluidos en el metaanálisis.
 
Refs.

Muestra

Método

Factores

2 años

Gandolfi et al [29]

130 niños (60 de 24-32 meses; 70 de 36-48 meses)

AFC

Factor único: inhibición (respuesta y supresión de la interferencia)

Wiebe et al [49]

243 niños de 2,4-6 años

AFC

Factor único. Sin diferencias en la estructura factorial
en función del sexo ni en el nivel de educación materna

Bull et al [45]

186 niños de 2,4-6 años
(submuestra del estudio de Wiebe et al [49])

AFC

Factor único común de control ejecutivo

Caughy et al [30]

400 niños de 2 años y 6 meses
afroamericanos y latinos

AFC

Modelo de cuatro factores: memoria de trabajo,
control inhibitorio, inhibición compleja de R, flexibilidad

3 años

Wiebe et al [50]

228 niños de 3 años
(un 42% en riesgo socioeconómico)

AFC

Factor único común de control ejecutivo.
Sin diferencias en función del sexo

Willoughby et al [52]

1.292 niños de 3 años (misma muestra que en el estudio de 2010 [51]). Estudio longitudinal de 3-5 años

AFC

Factor único común de control ejecutivo, invariable a lo largo del tiempo

Lerner y Lonigan [59]

289 niños de 45-63 meses
(85% de la muestra de 4-5 años)

AFC

Modelo de dos factores: memoria de trabajo y control inhibitorio.
Sin diferencias en estructura factorial en función del sexo o la edad

Carlson et al [63]

104 niños de 39-60 meses

AFC

Modelo de dos factores: tareas basadas
en el conflicto y tareas basadas en la demora

Loningan et al [26]

241 niños de 3-6 años

AFC

Modelo de dos factores: control inhibitorio y memoria de trabajo.
Este modelo se confirma para ambos grupos de niños: español e inglés

Welsh et al [40]

100 niños de 3-12 años

ACP

Modelo de tres factores: respuesta rápida y fluida,
ensayo y control de la impulsividad, y planificación

4 años

Hughes et al [47]

191 niños evaluados con 4 y 6 años

AFC

Modelo unitario de funciones ejecutivas en ambos
momentos de evaluación. Invariable en función del sexo

Fuhs y Day [46]

132 niños de 43-63 meses evaluados en otoño
y primavera durante el curso académico

AFC

Factor único común de control ejecutivo
en ambos momentos de la evaluación

Shing et al [27]

Total: 263 niños de 4-14 años. n1: 4-6,7 años;
n2: 6,8-9,45 años; n3: 9,5-14,6 años

AFC

Modelo de dos factores: memoria
de mantenimiento y control inhibitorio

5 años

Willoughby et al [52]

1.036 niños de 5 años (misma muestra
que en el estudio de 2010 [51])

AFC

Factor único común de control ejecutivo

Monette et al [28]

275 niños de 5-7 años

AFC

Modelo de dos factores: inhibición, y flexibilidad y
memoria de trabajo. Sin diferencias en función del sexo

Van der Ven et al [60]

211 niños de 5,9-7,7 años

AFC

Modelo de dos factores: actualización e inhibición/alternancia.
Dos factores de velocidad (verbal y motora)

Van des Sluis et al [58]

172 niños de 4.º y 5.º grado
(edad media: 128 meses)

AFC

Modelo de dos factores: actualización y flexibilidad.
Factor de denominación en el que se incluyen todas las pruebas utilizadas

Viterbori et al [61]

175 niños de 63-75 meses

AFC

Modelo de dos factores: inhibición y memoria de trabajo/flexibilidad cognitiva

6 años

Clark y Woodward [31]

n1: cohorte de 110 niños pretérmino (< 33 semanas) evaluados con 6 años; n2: cohorte de 113 niños a término evaluados con 6 años

AFC

Modelo de factor único para la muestra global y para los dos grupos

Lee et al [32]

163 niños de 6 años (nivel socioeconómico bajo-medio)

AFC

Modelo de dos factores: actualización e inhibición/alternancia

Brocki y Bohlin [41]

92 niños de 6-13 años

ACP

Modelo de tres factores: desinhibición, velocidad/arousal
y memoria de trabajo/fluidez

7 años

Huizinga et al [57]

Cuatro grupos según edad: n1: 71 niños de
7 años; n2: 108 niños de 11 años; n3: 111 niños
de 15 años; n4: 94 adultos de 21 años

AFC

Modelo de dos factores: memoria de trabajo y flexibilidad.
Un factor que incluye velocidad de procesamiento y tres variables manifiestas de inhibición que no pueden agruparse bajo un mismo factor

Wu et al [33]

185 niños de 7-14 años

AFC

Modelo de tres factores: memoria de trabajo, inhibición y flexibilidad

Levin et al [42]

52 niños de 7-15 años

ACP

Modelo de tres factores: asociación semántica/formación de conceptos, perseveración/desinhibición, y planificación y formulación de una estrategia

Klenberg et al [34]

202 niños de 7-12 años (estandarización de la NEPSY)

AFE

Modelo de cuatro factores: inhibición, atención auditiva, atención visual y fluidez

8 años

Brydges et al [23]

135 niños de 8:3 años (T1) y 10:3 años (T2)

AFC

T1: modelo de un factor. T2: modelo de dos factores
(inhibición y flexibilidad, y memoria de trabajo)

Prencipe et al [35]

102 niños de 8-15 años

AFE

Modelo de factor único para la muestra general y para subgrupos de edad (8-11 años y 12-15 años)

Mäntylä et al [36]

n1: 51 niños de 8-12 años;
n2: 62 adultos de 20-29 años

AFE

Modelo de dos factores: supervisión (incluye pruebas de actualización e inhibición) y flexibilidad. Misma estructura factorial en ambos grupos muestrales

Cassidy et al [56]

n1: 155 niños de 8 años; n2: 139 niños de 16 años.
Boston Circulatory Arrest Study (BCAS): cohorte de niños con enfermedad cardíaca congénita

AFC

Modelo de dos factores: flexibilidad cognitiva y memoria de trabajo/control inhibitorio

Lehto et al [37]

108 niños de 8-13 años

AFE, AFC

Modelo de tres factores: memoria de trabajo, inhibición y flexibilidad

Filippetti y Richaud [55]

118 niños de 8-12 años

AFC

Modelo de tres factores: memoria de trabajo, inhibición y flexibilidad

Latzman y Markon [38]

n1: 1.750 niños de 8-9 años (muestra no clínica; muestra de estandarización de la prueba). n2: 174 adolescentes varones de 11-16 años (muestra comunitaria)

AFE

Modelo de tres factores: flexibilidad conceptual, monitorización e inhibición. Sin diferencias en función del grupo de edad.
Misma estructura factorial en ambas muestras

9 años

Reyes et al [48]

101 niños de 9 años y 6 meses
(media: 101 ± 3,75 meses)

AFC

Modelo unifactorial: fluidez fonológica y semántica, atención sostenida y selectiva, planificación, memoria de trabajo.
En este factor no se incluiría el control inhibitorio

11 años

St Clair-Thompson
y Gathercole [39]

51 niños de 11 años

AFE

Modelo de dos factores: actualización e inhibición

12 años

Li et al [24]

142 adolescentes de 12-15 años

AFE

Un factor de orden superior: funciones ejecutivas.
Tres subfactores: flexibilidad conceptual, fluidez e inhibición

ACP: análisis de componentes principales; AFC: análisis factorial confirmatorio; AFE: análisis factorial exploratorio; NEPSY: Neuropsychological Assessment.


 

Resultados


Para el análisis de los datos se emplearon las odds ratio y sus intervalos de confianza del 95-99%, rango en el que estamos seguros de que existe el verdadero efecto evaluado (Tabla IV).

 

Tabla IV. Odds ratio (OR) e intervalo de confianza al 99% (IC 99%).

N.º de factores

n

OR

IC 99%

1

13

0,90

0,69-1,18

2

13

1,00

0,77-1,30

3

4

1,44

0,93-2,23

4

2

0,83

0,45-1,52


 

En este estudio puntual, en relación con el número de factores considerados en los diferentes estudios, se obtiene que no hay diferencias estadísticamente significativas entre los diferentes estudios en función del número de factores que se evalúan, ya que tiene un intervalo de confianza con un 95% de certeza que pasa por el 1. En el caso de los estudios con tres factores, las diferencias no significativas podrían explicarse por la amplitud del inter­valo, y podría pensarse que el bajo tamaño de la muestra es el resultado de la conclusión.

Los resultados que se ubican a la derecha indican que la estructura con dos y tres factores se presenta con mayor frecuencia, mientras que los resultados que se ubican a la izquierda (estudios con uno y cuatro factores) se presentan con menor frecuencia.

La probabilidad de ocurrencia de un estudio con tres factores en la etapa de 0 a 12 años es 1,44 veces superior a la de los estudios que se centran en otra estructura, mientras que la probabilidad de presencia de un estudio con cuatro factores es de 0,83 veces.

En el estudio de las dimensiones ejecutivas se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas en relación con la dimensión de flexibilidad (β = 1,45; p = 0,025), junto con estudios que optaban por considerar las funciones ejecutivas como un factor único (β = 0,60; p = 0,027). En el resto de las dimensiones analizadas no se hallaron diferencias estadísticamente significativas, al incluir el intervalo de confianza el valor nulo. Por la amplitud del intervalo en las dimensiones supervisión y monitorización, podría pensarse que el bajo tamaño maestral es el responsable de esta conclusión (Tabla V).

 

Tabla V. Odds ratio (OR) e intervalo de confianza al 95% (IC 95%).
 

n

OR

IC 95%


Inhibición

20

1,15

0,88-1,50


Memoria de trabajo

18

1,15

0,88-1,50


Flexibilidad a

13

1,45

1,05-2,00


Velocidad de procesamiento de la información

2

0,83

0,45-1,52


Planificación

2

0,91

0,51-1,61


Fluidez

2

1,14

0,67-1,94


Atención

2

1,33

0,77-2,29


Denominación

1

0,91

0,41-2,02


Conceptualización

1

1,22

0,59-2,54


Supervisión

1

1,41

0,66-3,02


Monitorización

1

1,41

0,66-3,02


a p < 0,05.

 

Los resultados que se ubican a la derecha (monitorización, supervisión, conceptualización, denominación, atención, fluidez, flexibilidad, memoria de trabajo e inhibición) indican que se presentan con mayor frecuencia; los resultados que se ubican a la izquierda (denominación, planificación y velocidad de procesamiento) se presentan con menor frecuencia.

La probabilidad de ocurrencia de un estudio que se centra en la dimensión de flexibilidad en la etapa de 0 a 12 años es 1,45 veces superior a la presencia de un estudio que se centra en cualquier otra dimensión, mientras que la probabilidad de presencia de un estudio que se centra en la dimensión de denominación es de 0,91 veces.

Se analizó la asociación entre las diferentes estructuras y dimensiones ejecutivas analizadas con la edad. Los resultados tau-b de Kendall (no paramétrica) indican una asociación estadísticamente significativa en estudios con tres factores y la edad (tau = 0,29; p = 0,044; Tabla VI) y en la flexibilidad y la edad (tau = 0,37; p = 0,012; Tabla VII).

 

Tabla VI. Valores de los coeficientes de correlación tau-b de Kendall (factores de funciones ejecutivas y edad).
 

Factores

1

2

3

4


Coeficiente de correlación

–0,133

0,000

0,299 a

–0,101


Sig. (bilateral)

0,370

1,000

0,044

0,496


a p < 0,05.

 

Tabla VII. Valores de los coeficientes de correlación tau-b de Kendall (dimensiones de funciones ejecutivas y edad).
 

Dimensiones

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11


Coeficiente de correlación

0,178

0,137

0,374 a

–0,091

–0,053

–0,030

0,080

0,082

0,176

0,163

0,163


Sig. (bilateral)

0,230

0,355

0,012

0,542

0,720

0,842

0,591

0,583

0,237

0,272

0,272


1: memoria de trabajo; 2: inhibición; 3: flexibilidad; 4: velocidad de procesamiento de la información; 5: planificación; 6: denominación; 7: fluidez; 8: conceptualización; 9: atención; 10: supervisión; 11: monitorización. a p < 0,05.

 

Conclusiones


Son diversos los modelos y teorías explicativas sobre las funciones ejecutivas [25], entre ellos, los modelos basados en el análisis factorial, que ha sido el objeto de este estudio. Nuestros referentes en este estudio han sido el modelo de Miyake et al [10], centrado en el análisis factorial, por ser uno de los que más impacto han tenido en la bibliografía en la población adulta, y el modelo propuesto por Zelazo et al [3], en relación con el desarrollo estructural y funcional de los lóbulos frontales de niños 0 a 12 años, en consonancia con la clasificación de las funciones ejecutivas en cálidas frente a frías.

La mayoría de los estudios de control ejecutivo analizados en niños de edad infantil y escolar han utilizado la técnica de AFC para abordar la configuración de las funciones ejecutivas. Loningan et al [26] obtienen un modelo configurado por dos factores (control inhibitorio y memoria de trabajo). Shing et al [27] extraen, igualmente, una estructura configurada por dos factores: memoria de mantenimiento y control inhibitorio. Mientras, Monette et al [28] obtienen también dos dimensiones, que coinciden básicamente con las propuestas de Loningan et al [26] y de Shing et al [27], a las que se incluye la dimensión de flexibilidad.

Aplicando esta misma técnica se observan, además, diferencias en los resultados en función de la edad de los participantes. En los primeros momentos del desarrollo, Gandolfi et al [29] identifican –en niños de 2 a 4 años– un factor único relacionado con la inhibición de respuestas automáticas. Caughy et al [30], por su parte, obtienen para niños de la misma edad un modelo configurado por cuatro dimensiones: memoria de trabajo, control inhibitorio, inhibición compleja de respuesta y flexibilidad.

Su aplicación (AFC) es más habitual por parte de los investigadores en los primeros momentos del desarrollo de 2 a 6 años. Gandolfi et al [29], con participantes de 24-48 meses, obtienen un factor único. Clark y Woodward [31], con participantes de 6 años, también obtienen una estructura configurada igualmente por un único factor, mientras que Lee et al [32], con niños de 6 años con nivel socioeconómico bajo, obtienen un modelo configurado por dos factores (actualización e inhibición/alternancia). Wu et al [33], por su parte, en niños de 7 años, obtienen tres factores: memoria de trabajo, inhibición y flexibilidad.

Emplear esta técnica (AFC) en los primeros momentos del desarrollo puede deberse a que en esta fase del ciclo vital hay mayor consenso en los estudios respecto al número de factores que configuran las funciones ejecutivas, lo que coincide básicamente con los factores propuestos por Miyake et al [10]. En el AFC se introduce previamente el factor latente subyacente al constructo objeto de análisis.

Podemos concluir señalando que las soluciones factoriales reportadas por el AFC difieren en número de factores, interpretación y dimensiones incluidas en ellos en participantes de diferentes edades.

En relación con el AFE, el número de estudios que lo han aplicado es significativamente inferior en comparación con la técnica mencionada en los párrafos precedentes. Los resultados obtenidos en los diferentes estudios [24,34-39] son variados respecto al número de factores y dimensiones que configuran las funciones ejecutivas. Se evidencia que es una técnica que se aplica en edades superiores del desarrollo, en comparación con el AFC, que se aplica en sus primeros momentos. Podemos justificar la elección de una técnica u otra en función del nivel de desarrollo de los participantes y aplicar el AFE en participantes con edades comprendidas entre 7 y 12 años [24,34].

Esta diversidad de resultados también se observa cuando la técnica empleada es el ACP. Así, Welsh et al [40], Brocki y Bohlin [41] y Levin et al [42] coinciden en el número de factores que obtienen (modelo de tres factores), pero difieren en las dimensiones que los integran y en la edad de los participantes, 3, 6 y 7 años, respectivamente. Con el ACP se puede reducir la dimensionalidad de un grupo de datos, reteniendo las características del conjunto de datos que contribuyen más a su varianza.

En este estudio se han analizado 35 estudios en relación con la estructura factorial de las funciones ejecutivas en edad preescolar y escolar. Los resultados obtenidos indican que la probabilidad de ocurrencia de un estudio con tres factores en la etapa de 0 a 12 años es superior a la de estudios que se centran en otras estructuras, y la probabilidad de ocurrencia de un estudio que se centra en la dimensión de flexibilidad en la etapa de 0 a 12 años es superior a la presencia de un estudio que se centra en cualquier otra dimensión.

Los cambios estructurales, funcionales y neurológicos que se producen en la corteza prefrontal se acompañan de cambios en las funciones ejecutivas [43,44], así como de la diferenciación de las funciones ejecutivas a través del ciclo vital, siguiendo cada dimensión una trayectoria. En los primeros momentos del ciclo vital, los estudios constatan la evidencia de un factor único [23,29,31,35,45-52]. A los 12 años esta estructura unitaria no se conserva. Li et al [24] obtienen una estructura múltiple configurada por un factor de orden superior y tres subfactores de segundo orden (flexibilidad conceptual, fluidez e inhibición).

Estos resultados confirman los obtenidos por Ze­lazo et al [53] y Romine y Reynolds [54], quienes analizan la maduración neurológica del lóbulo frontal a través de diferentes pruebas. Concluyen que el desarrollo de las funciones ejecutivas empieza en los primeros momentos del desarrollo con la maduración del funcionamiento frontal. Identifican el período de mayor desarrollo entre los 6 y 8 años, se produce un incremento moderado entre los 9 y 12 años, y se alcanza un rendimiento aproximado al del adulto entre la adolescencia y los 20 años, dependiendo de las demandas de las diferentes pruebas.

En el presente estudio se confirma la asociación entre las diferentes estructuras factoriales y la edad, que arroja una asociación estadísticamente significativa entre la edad y los estudios con tres factores [33,37,38,40-42,55]; tres de ellos son coincidentes con el modelo propuesto por Miyake et al [10] en participantes de diferentes edades: Wu et al [33] en niños de 7 años, y Lehto et al [37] y Filippetti y Richaud [55] en niños de 8 años. En los primeros momentos del ciclo de vida, los tres componentes propuestos por Miyake et al [10] parecen estar estrechamente entrelazados y es difícil evaluarlos de forma aislada, por lo que se puede afirmar que es a partir de los 7 años cuando se observa su diferenciación.

La asociación entre las diferentes dimensiones ejecutivas y la edad arroja una asociación estadísticamente significativa entre la edad y la dimensión de flexibilidad [24,28,30,33,36-38,55-58]. Junto con la flexibilidad, existen otras dos dimensiones predominantes en los estudios analizados (inhibición y memoria de trabajo) [26,32,59-61]. El interés por el estudio de estas tres dimensiones (inhibición, memoria de trabajo y flexibilidad) en estos primeros momentos del ciclo vital está en consonancia con el estudio desarrollado por Best y Miller [62].

Ante la diversidad de resultados obtenidos [63] en los 35 estudios analizados, es necesario considerar algunas estrategias para clasificar las distintas dimensiones ejecutivas, siguiendo una metodología común y previa en todos los estudios, por ejemplo, las propuestas realizadas por Rabbitt [9]. Junto con estos aspectos de índole metodológico, es necesario considerar además una conceptualización apropiada de la estructura de las funciones ejecutivas en los años preescolares y escolares.

La superación de estas limitaciones conceptuales y metodológicas es clave para el diseño de intervenciones preventivas que puedan beneficiar a los niños con dificultades tempranas [64], para considerar la visión de las funciones ejecutivas desde una perspectiva de proceso [65], así como para mejorar las intervenciones dirigidas directamente a las funciones ejecutivas (recuperación cognitiva asistida por ordenador [66] y neurofeedback [67]).

 

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Model of executive functions based on factorial analyses in child and school populations: a meta-analysis

Introduction. Executive functions are defined as a set of skills that are involved in various activities which are novel to the individual and which require a creative solution. It is not easy or straight forward to conceptualise or identify the factors that make up a population of young children.

Aim. To analyse the components of executive function due to the clinical implications in different neurodevelopmental disorders in a population-based sample of young children.

Development. From the body of literature, 35 published papers that used different factor analysis approaches for factor extraction were reviewed. The probability of a study with three factors being undertaken in the stage between 0 to 12 years is 1.44 times higher than studies being undertaken with some focus on another structure. The probability of a study being undertaken that focuses on the Flexibility dimension in the stage between 0 to 12 years is 1.45 times higher than a study being undertaken that focuses on any other dimension. The association between the different structures and dimensions that are analysed with respect to age using the Kendall tau-b indicates a statistically significant association between: studies with three factors and age (tau = 0.29; p = 0.044) and flexibility with age (tau = 0.37; p = 0.012).

Conclusions. The diversity of the obtained results can be attributed to, and is in line with, the plurality of theoretical conceptualisations, tests used and statistical analyzes carried out. It can be concluded that working memory, inhibition and flexibility are the executive processes most commonly found in the factorial models of executive control in young children and adolescents.

Key words. Executive function. Factorial models. Flexibility. Inhibition. Working memory.

 

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