Opsoclonus-myoclonus-ataxia syndrome associated with central nervous system HIV-1 escape phenomenon
*Corresponding author: Dr. Erwin Chiquete. Departamento de Neurología y Psiquiatría. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Vasco de Quiroga, 15. CP 1400. México DF (México).
E-mail: erwin.chiquetea@incmnsz.mx
Introduction: Opsoclonus-myoclonus-ataxia (OMA) syndrome is a rare neurological disorder characterized by involuntary conjugate saccadic eye movements, myoclonus, and ataxia. Few reports exist on patients with HIV and OMA.
Case report: A 41-year-old man diagnosed with HIV-1 infection in 1997 coursed with multiple anti-retroviral schemes as a consequence of poor adherence. In 2008 he presented an HIV-1 viral load of 100,000 copies/mL and a CD4+ T cell count of 10 cells/mm3. In 2013 our patient arrived with an 11-month history of progressive opsoclonus and ataxia. He had undetectable plasma HIV-1 RNA load and CD4+ of 606 cells/mm3. No opportunistic infections were found. Cerebrospinal fluid analysis showed mildly elevated protein concentration and HIV-1 viral load of 534 copies/mL. Cerebrospinal fluid co-receptor tropism test showed selective CCR5 usage. A brain magnetic resonance imaging showed hippocampal atrophy and T2-weighted hyperintensities. Our patient exhibited a dramatic recovery and cerebrospinal fluid HIV clearance after adjustment of anti-retroviral treatment based on genotyping resistance and tropism analyses.
Conclusions: In patients with HIV presenting cengral nervous system dysfunction without opportunistic infections, cerebro-spinal fluid and plasma HIV-1 viral load, resistance and tropism tests should be performed to assess a potential viral escape and to design the appropriate anti-retroviral therapy in an individual patient basis.
Caso clínico Varón de 41 años y diagnóstico de infección por el VIH-1 desde 1997, que cursó con múltiples esquemas antirretrovirales debido a una pobre adhesión al tratamiento. En 2008 presentó una carga viral de 100.000 copias/mL y una cuenta linfocitaria CD4+ de 10 células/mm3. En 2013 sufrió un cuadro progresivo de 11 meses de evolución caracterizado por opsoclonía y ataxia. En ese momento, su carga viral era indetectable, y la cuenta de CD4+, de 606 células/mm3. Se descartaron infecciones oportunistas. El examen del líquido cefalorraquídeo demostró hiperproteinorraquia leve y una carga viral de 534 copias/mL. El examen del tropismo de correceptor en el líquido cefalorraquídeo demostró un uso selectivo de CCR5. La resonancia magnética cerebral objetivó atrofia hipocámpica e hiperintensidades en las secuencias ponderadas en T2. El paciente mostró una recuperación clínica franca y un aclaramiento de la carga viral en el líquido cefalorraquídeo tras el ajuste de antirretrovirales basado en la resistencia de genotipo y el análisis de tropismo.
Conclusiones En pacientes con infección por el VIH y disfunción del sistema nervioso central sin infecciones oportunistas, debería llevarse a cabo una determinación de la carga viral en el plasma y el líquido cefalorraquídeo para descartar un potencial fenómeno de escape viral, así como exámenes de resistencia y tropismo para diseñar el tratamiento antirretroviral adecuado.