Original

Evaluación del impacto del confinamiento sobre la salud y el estilo de vida de las personas usuarias de los centros neurorrehabilitadores de Lleida y Reus de la Fundació Esclerosi Múltiple

M.C. Zabay-Neiro, M. Nieves-Collado, G. Carrés-Gonzalez, G. Curto-Estupiñà, M. Gargallo-Noval, N. Martínez-Lerín, S. Torres-Calvo, G. Yaya-Tur [REV NEUROL 2021;73:249-257] PMID: 34569035 DOI: https://doi.org/10.33588/rn.7307.2020640 OPEN ACCESS
Volumen 73 | Número 07 | Nº de lecturas del artículo 7.437 | Nº de descargas del PDF 85 | Fecha de publicación del artículo 01/10/2021
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RESUMEN Artículo en español English version
Introducción El día 13 de marzo de 2020 se decretó el estado de alarma con motivo de la pandemia de la COVID-19, lo que supuso un confinamiento domiciliario total en España. Los centros neurorrehabilitadores de la Fundació Esclerosi Múltiple (FEM) atienden a personas diagnosticadas de enfermedades neuroprogresivas con déficits de salud importantes. Analizamos cómo el confinamiento puede afectar a su forma de vida.

Objetivos Evaluar y gestionar el impacto del confinamiento en la persona con esclerosis múltiple (EM) y otras enfermedades neurodegenerativas.

Pacientes y métodos Estudio observacional analítico. Se aplicó un cuestionario anónimo a todas las personas que estaban en tratamiento rehabilitador integral en dos de los centros de la FEM, que incluía características demográficas y clínicas de los sujetos, junto con la evaluación del impacto de la pandemia en la esfera física, social y psicológica.

Resultados Se han analizado un total de 202 encuestas. La edad media de los participantes ha sido de 49,09 años. Un 77,8% presenta EM, mientras que un 22,2% tiene otras patologías. Los síntomas físicos que han aparecido más frecuentemente han sido debilidad muscular, pérdida de equilibrio y fatiga. La población estudiada se ha mantenido activa durante el confinamiento. Más de la mitad no refiere aumento en los síntomas cognitivos, pero sí que aparece, a nivel emocional, un aumento de la sensación de preocupación.

Conclusiones Podemos afirmar que las acciones desplegadas desde la FEM, para reducir las consecuencias del confinamiento, han sido efectivas y han bajado al máximo la aparición de conductas desadaptativas. El estudio también nos ha abierto la puerta a añadir nuevas líneas de intervención.
Palabras claveConfinamientoCOVID-19EfectosEsclerosis múltipleHábitossalud CategoriasEsclerosis múltiple
TEXTO COMPLETO (solo disponible en lengua castellana / Only available in Spanish)

Introducción


La pandemia de COVID-19 provocó el cierre de nuestros servicios presenciales de neurorrehabilitación como medida preventiva de contagios por coronavirus en marzo de 2020.

Ante esta situación, y con el objetivo de minimizar el impacto de la suspensión de los servicios, la Fundació Esclerosi Múltiple (FEM) decidió poner en marcha unos dispositivos de atención y abordaje por vía telemática, que mantendrá hasta la total reapertura de sus centros.

El objetivo de este programa de telerrehabilitación es garantizar que los pacientes mantengan sus tratamientos, que estén activos, fomentar hábitos saludables y mantener un buen estado físico y anímico para prevenir el deterioro en estos momentos excepcionales.

Como línea de desarrollo de nuevos servicios, el formato de telerrehabilitación tiene grandes ventajas para los pacientes y terapeutas en ciertas áreas, solucionando el problema de la distancia y los desplazamientos, potenciando la actividad en un entorno cotidiano del paciente.

Desde la FEM nos hemos planteado si el confinamiento per se ha provocado un impacto en las vidas de las personas usuarias y en su estado de salud, tanto física como emocionalmente.
 

Objetivos


Objetivo general


Evaluar y gestionar el impacto del confinamiento en personas con esclerosis múltiple (EM) y otras enfermedades neurodegenerativas en los ámbitos físico, social y psicológico.

Objetivos específicos


Generar conocimiento sobre cómo ha afectado el confinamiento a personas con EM u otras enfermedades neurodegenerativas.

Definir actuaciones dirigidas a mejorar los aspectos que el confinamiento ha afectado.
 

Pacientes y métodos


Estudio observacional retrospectivo


Se ha creado y enviado por correo electrónico, a través de un formulario, una encuesta estructurada de 30 preguntas con respuesta de tipo Likert que evalúa aspectos físicos, psicológicos y sociales que han podido verse afectados en una persona con discapacidad durante el confinamiento (Anexo).

La participación en el estudio ha sido voluntaria y en todo momento se ha garantizado el anonimato. Para asegurarnos de que los participantes entendían correctamente las preguntas realizadas, se excluyó a las personas con dificultades en la comprensión del idioma, deterioro cognitivo grave y/o patología psiquiátrica que limitara la comprensión.

El análisis estadístico de los datos se ha realizado mediante el programa IBM SPSS Stadistics 24. El nivel de significación será del 5% (p ≤ 0,05), con un intervalo de confianza al 95%.
 

Resultados


Se han analizado un total de 202 encuestas. La edad media es de 49,09 años, con una desviación estándar de 12,095. Los resultados de la muestra quedan reflejados en la tabla I.

 

Tabla I. Datos de la muestra.
 

%


Diagnóstico

Esclerosis múltiple
 

77,8


Otras enfermedades neurodegenerativas
 

22,2


Sexo

Hombre
 

31,5


Mujer
 

68,5


Nivel de estudios

Estudios primarios
 

24,6


Estudios secundarios
 

30


Estudios superiores
 

44,3


Sin estudios
 

1


Lugar de residencia

Ciudad
 

56,2


Pueblo
 

43,8


Núcleo convivencia

Con hijos
 

5,4


Con hijos y pareja
 

34


Con padres y/o hermanos
 

7,4


Con cuidador profesional
 

1


Con pareja
 

35,5


Sólo
 

13,3


Otros
 

3,4


 

Impacto del confinamiento sobre los síntomas físicos


Cuando hablamos de la sintomatología, encontramos que el 87,19% de los encuestados ha notado durante el confinamiento un incremento de alguno de los síntomas neurológicos. El 23,64% ha notado un incremento en un único síntoma y el resto en dos o más de dos, y los más prevalentes han sido la debilidad muscular, la fatiga y la pérdida de equilibrio (Fig. 1).

 

Figura 1. Aparición de síntomas.






 

El número de caídas ha disminuido en el 39,4% de los casos.

En cuanto a la percepción de salud, la muestra analizada percibe más positivamente su salud mental que la física (Fig. 2).

 

Figura 2. Percepción de la salud.






 

Impacto del confinamiento sobre los hábitos y estilos de vida


El 65,5% ha realizado actividad física durante el confinamiento siempre, a menudo o la mayor parte del tiempo. Si reagrupamos los datos recogidos por sexo, podemos ver que existe una diferencia estadísticamente significativa (p = 0,016) en la frecuencia de realización de actividad física en las mujeres y en los hombres (Fig. 3) y estos últimos han sido más constantes en su realización. Un 21,9% de los encuestados hombres la han realizado siempre respecto al 5,8% de las mujeres.

 

Figura 3. Actividad física.






 

El patrón del sueño prácticamente no se ha visto modificado durante el confinamiento, dado que el 70,4% lo define como igual que antes. Un 65,18% manifiesta no haber tenido problemas de sueño nunca o pocas veces durante el confinamiento.

Al analizar los hábitos alimentarios de la muestra, encontramos que el 36,5% ha planificado los menús a menudo o la mayor parte del tiempo, el 49,2% nunca o pocas veces y el 14,3% siempre. El 66% de las personas encuestadas no ha cambiado sus hábitos y un 13,3% refiere haber comido peor. En relación con comer entre horas, el 69,5% refiere no haberlo hecho.

En cuanto al consumo de tabaco y alcohol, el 78,3% de los encuestados no fuma o es exfumador y el 62,6% no consume alcohol. En la tabla II se reflejan los cambios en el consumo de estas sustancias durante el confinamiento.

 

Tabla II. Consumo de tóxicos.
 

Tabaco

Alcohol


No consumo
 

45,8%

62,6%


Consumo igual que antes
 

11,8%

31,5%


Consumo menos que antes
 

3%

1,5%


Consumo más que antes
 

6,9%

4,4%


Soy exconsumidor
 

32,5%

0%


 

Cuando nos centramos en las actividades de la vida diaria básicas e instrumentales, podemos ver que el 56,2% de las personas encuestadas siente que ha mejorado bastante su capacidad para utilizar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), el 35,5% poco y el 8,4% continúa sin utilizarlas.

El 42,9% de la muestra no ha utilizado nunca nuevas tecnologías para controlar la actividad física y el 45,8% ha utilizado las TIC la mayor parte del tiempo o con frecuencia para la realización de la actividad.

Existen diferencias estadísticamente significativas (p = 0,03) en la mejora de la utilización de las TIC para la realización de videollamadas, videoconferencias, etc., en relación con el sexo, y esta capacidad de uso ha mejorado un 18,1% más en las mujeres con respecto a los hombres.

En cuanto a la realización de las tareas domésticas en comparación con antes del confinamiento, vemos que el 65% lo hace con la misma frecuencia que antes, el 29,5% más o mucho más que antes y un 5,4% menos que antes.

Impacto de los aspectos emocionales, cognitivos y sociales


Los resultados obtenidos en relación con la sintomatología emocional y cognitiva quedan reflejados en la tabla III.

 

Tabla III. Estado cognitivo y emocional.
 

Nunca

Casi nunca

A veces

Frecuentemente

Siempre


Nerviosismo
 

19,2%

23,2%

43,3%

11,8%

2,5%


Tristeza
 

21,2%

24,1%

41,4%

11,3%

2%


Alteración de la memoria
 

49,3%

16,3%

25,6%

6,9%

2%


Problemas de atención
 

36,5%

24,1%

28,1%

9,4%

2%


Falta de vitalidad
 

36,9%

24,1%

23,6%

10,3%

4,9%


 

Encontramos una diferencia estadísticamente significativa en la sensación de tristeza entre los hombres y las mujeres (p = 0,025). El 2,9% de las mujeres ha sufrido siempre tristeza durante el confinamiento, mientras que no hay ningún hombre que la haya sufrido con esta frecuencia.

Teniendo presente el núcleo de convivencia de la muestra, vemos que existen diferencias estadísticamente significativas (p = 0,042) cuando hablamos sobre si la persona piensa que el confinamiento ha afectado a su personalidad. Al observar esta variable, vemos que las personas que conviven con pareja e hijo o hijos creen que la situación ha afectado mucho o un poco a su personalidad; en cambio, las personas que conviven con cuidadores profesionales, en pareja o solos sienten que no ha afectado en nada la situación a su personalidad.

La relación con los demás (pareja, amigos, familiares, etc.), en general, el 71,9% no la ve cambiada, el 15,8% refiere un cambio en la relación a mejor y el 12,3% a peor.

Las personas que conviven con hijos han manifestado tener más miedo de que su enfermedad avance durante el confinamiento, con una significación estadística de p = 0,008.

El confinamiento no ha cambiado la situación laboral del 82,3% de las personas encuestadas, en el 14,8% la ha empeorado y únicamente el 3% refiere haber mejorado, y respecto a la situación económica, el 76,4% refiere que no ha cambiado, el 18,2% dice que ha empeorado y sólo el 5,4% dice que ha mejorado.
 

Discusión


Tras analizar todos los datos, nos encontramos con un perfil claro del encuestado: es una mujer, de 50 años, con EM, que convive principalmente con pareja e hijos, con miedo de que su enfermedad empeore (especialmente, si tiene a su cargo a hijos menores), con mayor alteración emocional (más tristeza) y menos adhesión al tratamiento.

Los resultados comentados anteriormente permiten comprobar que un porcentaje bajo de las personas encuestadas (entre el 7 y 12%) considera que su estado de salud físico y emocional ha sido malo durante el confinamiento.

En cuanto a la sintomatología física, un 87,19% de nuestros encuestados ha notado durante el confinamiento un incremento en alguno de sus síntomas neurológicos. Comparando nuestro resultado con el informe de la Sociedad Española de Neurología en noviembre de 2020 sobre pandemia y confinamiento, vemos que, en relación con otras patologías neurológicas como el Parkinson (que notifican un 66,7% de empeoramiento), en nuestra población éste es más prevalente.

Las sintomatologías que más frecuentemente han aparecido han sido: debilidad, falta de equilibrio y fatiga. Si analizamos esta variable y la relacionamos con la frecuencia de actividad física realizada durante el confinamiento, vemos que la fatiga está presente en el 70% de las personas que nunca han hecho actividad física y en el 50% de las que lo han hecho pocas veces; en cambio, únicamente el 22,72% de las personas que la han realizado siempre la presentan. Numerosos estudios ponen de manifiesto que la actividad física en personas con EM reduce la fatiga [1-3]. De ahí la importancia de dar continuidad a la actividad física realizada durante el confinamiento a través de los tratamientos físicos en línea que hemos ofrecido.

Si hablamos de la debilidad muscular, ésta está presente en el 18,18% de las personas que realizan siempre actividad física. En el momento que esta intensidad disminuye, la sensación de debilidad muscular se incrementa considerablemente a valores que oscilan entre el 40 y el 58%. Esto puede deberse al desacondicionamiento físico que implica la restricción en la participación de actividades rutinarias, como desplazamientos al lugar de trabajo, salida a hacer compras, etc., que en las personas de riesgo ha sido más intenso, favoreciendo así los efectos asociados a la reducción del tiempo dedicado a la actividad física. Parece ser, pues, que el desarrollo del programa de telerrehabilitación ha reducido las consecuencias del confinamiento, pero se pone de manifiesto la importancia de intensificar esta actividad con el fin de que este impacto pueda llegar a ser inferior.

En cuanto al incremento de los problemas de equilibrio, está presente en el 36,94% de los casos. En este caso no existe diferencia entre las personas que han hecho o no actividad física y su intensidad. Es probable que esto esté relacionado con que desde un programa de rehabilitación en línea es el síntoma menos tratado: dado que en el entorno domiciliario el terapeuta no puede controlar los riesgos, se ha abordado desde la prevención de caídas, mediante consejos, pero no se ha tratado de la misma manera que presencial.

El 65,5% de la muestra ha realizado actividad física durante el confinamiento. Comparado con el estudio publicado por Kalron et al [4], en el que el 38,3% refiere haber continuado y/o aumentado la actividad física durante la epidemia, vemos que nuestra población se ha mantenido más activa físicamente.

Observamos también que el patrón del sueño y los hábitos tóxicos no se han visto modificados en nuestra muestra. Podemos ver que más de la mitad de las personas encuestadas planifican sus menús y no han cambiado sus hábitos alimentarios tendiendo a escoger alimentos más saludables. Los estudios publicados por Pérez Rodrigo et al [5] en población general y por Sinisterra et al [6] tienen resultados similares. Sin embargo, éstos difieren de otras publicaciones en población general o con patologías crónicas, en las que ponen de manifiesto que durante el confinamiento se ha producido un cambio en los hábitos alimentarios hacia alimentos menos saludables [7-9].

Esto pone en valor las sesiones de educación sanitaria en línea que se han realizado a las personas usuarias. Creemos que haber hecho el seguimiento semanal de su día a día ha propiciado que no caigan en conductas nocivas para su estado de salud.

En cuanto a problemas cognitivos, entre el 60 y el 65% de las personas encuestadas no notan problemas de memoria nunca o casi nunca, porcentaje mayor que el reflejado en algunos estudios publicados [3,10].

A nivel emocional, aparece un aumento en la sensación de inquietud en un 55% de las personas encuestadas, datos que coinciden con estudios realizados en población general, en los que se pone de manifiesto un aumento del malestar emocional [11-17].

En relación con la sensación de tristeza, el incremento no es tan importante, pero sí que aparecen diferencias estadísticamente significativas entre los hombres y las mujeres, y están más presentes en estas últimas.

En el ámbito laboral y económico, apreciamos que el confinamiento no ha cambiado la situación laboral ni económica de la muestra, datos probablemente relacionados con que un porcentaje muy alto de ésta está en una situación de inactividad laboral por la discapacidad que padece [18].

El estudio Impacto económico de la crisis de la COVID-19 en perspectiva de género [19] afirma que las mujeres han seguido asumiendo una mayor parte de las tareas domésticas y de cuidado, y que han sufrido una mayor sobrecarga, lo que ha repercutido sobre su salud mental.

Desde el punto de vista de la perspectiva de género, observamos que durante el confinamiento ha habido diferencias altamente significativas: un 29,5% de las personas encuestadas (el 68,5% de las frente al 31,5% de los hombres) afirma que ha realizado las tareas del hogar mucho o mucho más a menudo que antes del confinamiento. Esta afirmación está directamente relacionada con la frecuencia de actividad física, donde se observa que los hombres han sido más constantes en su realización. Un 21,9% de los encuestados hombres las realiza siempre respecto al 5,8% de las mujeres, lo que puede deberse a la falta de tiempo por la sobrecarga familiar de las mujeres en el período analizado, un hecho que puede tener un impacto negativo en su estado de salud y percepción de la salud debido a la falta de actividad física.


En conclusión, observamos una actitud más proactiva de la población analizada: cuidan sus hábitos y realizan más actividad física. Si lo comparamos con estudios publicados en población general, observamos diferencias en los resultados. Diversas publicaciones indican que el confinamiento ha alterado la actividad física y los comportamientos alimentarios en una dirección que compromete la salud [9].

Cabe decir que el estudio de López-Bueno et al [20] habla de un cambio positivo en las conductas de riesgo o poco saludables a medida que avanza el confinamiento, lo que se podría relacionar con que la población ha ido adaptando su comportamiento a la situación y aplicando los consejos de salud entregados por los profesionales. Probablemente, este hecho también afectó a los resultados de nuestra muestra, dado que la encuesta se administró a mitad del confinamiento. Los encuestados han recibido desde el inicio del estado de alarma todo el apoyo, atención y tratamientos sociosanitarios que recibían antes; por lo tanto, puede haber sido un factor clave y facilitador para estos buenos resultados.

Hemos potenciado el uso de TIC en un momento crítico en el que son muy necesarias como vía de comunicación con el exterior, para la realización de tratamientos, visitas médicas, socialización, etc. (el 91,61% refiere haber mejorado en el uso de TIC), evitando el aislamiento social y sanitario. También se ha puesto en evidencia que algunos tratamientos en línea, dados los resultados positivos, podrían mantenerse en este formato.

Con todo ello, se nos abren nuevas líneas de actuación para minimizar las consecuencias de este confinamiento en el estado de salud de nuestra población. Los resultados nos plantean incluir nuevos servicios para incidir en problemáticas más prevalentes, como grupos para tratar los papeles familiares, preocupaciones añadidas, miedo a la dependencia, etc.

Podemos afirmar que las acciones desplegadas desde la FEM para reducir las consecuencias del confinamiento, así como los efectos beneficiosos de la neurorrehabilitación previa que gran parte de los encuestados había recibido, han sido efectivos, reduciendo al máximo la aparición de conductas desadaptativas.

 

Bibliografía
 


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 4. Kalron A, Dolev M, Greenberg-Abrahami M, Menascu S, Frid L, Avrech-Shezifi S, et al. Physical activity behavior in people with multiple sclerosis during the COVID-19 pandemic in Israel: Results of an online survey. Mult Scler Relat Disord 2021; 47: 102603.

 5. Pérez-Rodrigo C, Gianzo-Citores M, Hervás-Barbara G, Ruiz-Litago F, Casis-Sáenz L, Aranceta-Bartrina J, y el Grupo Colaborativo de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Cambios en los hábitos alimentarios durante el periodo de confinamiento por la pandemia COVID-19 en España. Rev Esp Nutr Comunitaria 2020; 26: 101-11.

 6. Sinisterra-Loaiza LI, Vázquez Beatriz I, Miranda JM, Cepeda A, Cardelle-Cobas A. Hábitos alimentarios en la población gallega durante el confinamiento por la COVID-19. Nutr Hosp 2020; 37: 1190-6.

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 9. Ammar A, Brach M, Trabelsi K, Chtourou H, Boukhris O, Masmoudi L, et al. Effects of COVID-19 home confinement on eating behaviour and physical activity: results of the ECLB-COVID19 International Online Survey. Nutrients 2020 28; 12: 1583.

 10. Zhang GX, Sanabria C, Martínez D, Zhang WT, Gao SS, Alemán A, et al. Social and professional consequences of COVID-19 lockdown in patients with multiple sclerosis from two very different populations. Neurologia 2021; 36: 16-23.

 11. Caner Feyzi D, Furkan B, Ferhat B. Canvis neuropsiquiàtrics durant la pandèmia COVID-19 en pacients amb esclerosi múltiple. Arq Neuro Psiquiatria 2020; 78: 570-5.

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 16. Motolese F, Rossi M, Albergo G, Stelitano D, Villanova M, Di Lazzaro V, et al. The psychological impact of COVID-19 pandemic on people with multiple sclerosis. Front Neurol 2020; 11: 580507.

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 18. Zhang GX, Sanabria C, Martínez D, Zhang WT, Gao SS, Alemán A, et al. Social and professional consequences of COVID-19 lockdown in patients with multiple sclerosis from two very different populations. Neurologia 2021; 36: 16-23.

 19. Generalitat de Catalunya. Informe 'L´impacte econòmic de la crisi de la COVID-19 en perspectiva de gènere' Juny 2020http: //economia.gencat.cat/web/.content/70_economia_catalana/arxius/covid-genere/Impacte-economic-crisi-COVID-19-perspectiva-genere.pdf. Fecha última consulta: 03.10.2020.

 20. López-Bueno R, Calatayud J, Casaña J, Casajús JA, Smith L, Tully MA, et al. COVID-19 Confinement and health risk behaviors in Spain. Front Psychol 2020; 11: 1426.

 


 Anexo. Encuesta sobre la percepción del estado de salud de las personas durante el estado de alarma y confinamiento.

Estimado usuario/a, queremos conocer cómo el confinamiento ha afectado o está afectando a su estado físico, cognitivo y emocional. Por este motivo hemos elaborado una pequeña encuesta que agradeceríamos que contestara.

 

Edad:

Sexo: hombre/mujer

Diagnóstico: esclerosis múltiple/otra enfermedad neurológica

Nivel de estudios:

    Sin estudios/estudios primarios

    Estudios secundarios (bachillerato/formación profesional)

    Estudios superiores (universitarios/formación profesional superior)

 

Reside en:

    Pueblo

    Ciudad

 

Vive:

    Solo

    En pareja

    Con un cuidador profesional

    Con pareja e hijo/s

    Con hijo/s

 

¿Tiene miedo de que su salud se vea afectada durante el confinamiento?

    Nunca

    Pocas veces

    A menudo

    La mayor parte del tiempo

    Siempre

 

¿Cómo consideraría actualmente su estado de salud físico?

    Excelente

    Muy bueno

    Bueno

    Regular

    Malo

    No lo sé

 

¿Cómo consideraría actualmente su estado de salud mental?

    Excelente

    Muy bueno

    Bueno

    Regular

    Malo

    No lo sé

 

Comparando con antes del confinamiento, ¿cómo definiría actualmente su calidad del sueño?

    Peor que antes

    Igual que antes

    Mejor que antes

 

Durante el confinamiento, ¿con qué frecuencia ha sufrido problemas de sueño?

    Nunca

    Pocas veces

    A menudo

    La mayor parte del tiempo

    Siempre

 

Durante el confinamiento, ¿utiliza nuevas tecnologías que antes no utilizaba para controlar la actividad física diaria (por ejemplo, relojes de actividad, aplicaciones en el móvil, etc.)?

    Nunca

    Pocas veces

    A menudo

    La mayor parte del tiempo

    Siempre

 

Durante el confinamiento, ¿utiliza las nuevas tecnologías para realizar actividad física diaria que antes no utilizaba (por ejemplo, vídeos tutoriales, sesiones por videoconferencia...)?

    Nunca

    Pocas veces

    A menudo

    La mayor parte del tiempo

    Siempre

 

¿Ha realizado ejercicio físico durante el confinamiento?

    Nunca

    Pocas veces

    A menudo

    La mayor parte del tiempo

    Siempre

 

Durante el confinamiento, ¿ha visto disminuido el número de caídas en el domicilio?

    Sí

    No

 

Sólo si ha contestado que no a la anterior pregunta, ¿con qué relacionaría el incremento de las caídas?

    Empeoramiento del equilibrio

    Empeoramiento de la visión

    Estoy más distraído y no vigilo tanto

    Debilidad muscular

    No lo sé

 

Durante el confinamiento, ¿ha notado un incremento en alguno de estos síntomas?

    Equilibrio

    Debilidad muscular

    Fatiga

    Alteraciones urinarias

    Alteraciones en la sexualidad

    Dolores musculares o articulares

    Dolor

    Espasmos musculares

    Dificultades para tragar

    Dificultades para articular las palabras

 

Durante el confinamiento, ¿ha planificado los menús con antelación para poder llevar una dieta equilibrada?

    Nunca

    Pocas veces

    A menudo

    La mayor parte del tiempo

    Siempre

 

¿Cree que durante el confinamiento han cambiado sus hábitos alimentarios?

    Sí, como más y peor

    Sí, como más y cuido más mi alimentación

    Sí, como menos y peor

    Sí, como menos y cuido más mi alimentación

    No han cambiado mis hábitos alimentarios

    No lo sé

 

Durante el confinamiento, ¿cree que está comiendo más entre horas?

    Sí

    No

    No lo sé

 

Si ha contestado que si a la pregunta anterior, seleccione qué alimento acostumbra a picar:

    Patatas chips

    Aceitunas

    Frutos secos

    Fruta

    Chocolate

    Bollería industrial

    Dulces hechos en casa

    Lácteos o derivados

    Otros

 

Durante el confinamiento, ¿dedica más tiempo a cocinar del que dedicaba antes?

    Sí

    No

 

Durante el confinamiento, ¿cree que ha incrementado su consumo de alcohol?

    Sí, bebo más

    Sí, bebo menos

    No, bebo igual

    No consumo alcohol

 

Durante el confinamiento, ¿cree que ha incrementado su consumo de tabaco?

    Sí, fumo más que antes

    Sí, fumo menos que antes

    No, fumo igual que antes

    Soy exfumador

    No he fumado nunca

 

Durante el confinamiento, ¿ha mejorado su capacidad para utilizar el teléfono o las TIC (videoconferencias, videollamadas...)?

    Bastante

    Poco

    Continuo sin utilizarlas

 

¿En qué grado está participando durante el confinamiento en las actividades de la vida diaria, como, por ejemplo, hacer las tareas domésticas, respecto a antes del confinamiento?

    Igual que antes

    Menos que antes

    Más que antes

    Mucho más que antes

                 

Durante el confinamiento, ¿ha notado dificultades para expresarse o hablar?

    Nunca

    Pocas veces

    A menudo

    La mayor parte del tiempo

    Siempre

 

Durante el confinamiento, ¿ha evitado en algún momento actos comunicativos (conversaciones en persona o por teléfono)?

    Nunca

    Pocas veces

    A menudo

    La mayor parte del tiempo

    Siempre

 

¿El confinamiento ha afectado de alguna manera su situación laboral?

    Sí, no ha mejorado ni empeorado

    Sí, ha empeorado

    Sí, ha mejorado

    No, no ha cambiado

 

¿El confinamiento ha afectado de alguna manera su situación económica?

    Sí, ha empeorado

    Sí, ha mejorado

    No, no ha cambiado

 

¿Cree que el confinamiento ha afectado a su personalidad?

    Mucho

    Un poco

    Nada

 

¿Qué grado de miedo tiene de que su enfermedad neurológica vaya a peor por el confinamiento?

    Mucho

    Un poco

    Nada

 

¿Ha estado nervioso/a, inquieto/a durante el confinamiento?

    Nunca

    Casi nunca

    A veces

    Frecuentemente

    Siempre

 

¿Ha experimentado tristeza durante el confinamiento?

    Nunca

    Casi nunca

    A veces

    Frecuentemente

    Siempre

 

¿Cree que su relación con los suyos ha cambiado (pareja, amigos, hijos, familia...)?

    Sí, ha empeorado

    Sí, ha mejorado

    No, no ha cambiado

 

¿Ha notado problemas de memoria durante el confinamiento que antes no tenía?

    Nunca

    Casi nunca

    A veces

    Frecuentemente

    Siempre

 

¿Se ha notado más despistado durante el confinamiento (le cuesta más mantener la atención)?

    Nunca

    Casi nunca

    A veces

    Frecuentemente

    Siempre

 

¿Nota que le cuesta más que antes arrancar por la mañana (le cuesta levantarse de la cama, organizar el día, etc.)?

    Nunca

    Casi nunca

    A veces

    Frecuentemente

    Siempre

 

Muchas gracias por su colaboración Su aportación nos ayudará a conocer mejor cuál es su situación y mejorar nuestros servicios.

 


 

Evaluation of the impact of lockdown on the health and lifestyle of users of the Fundació Esclerosi Múltiple’s neurorehabilitation centres in Lleida and Reus

Introduction. On 13 March 2020, a state of alarm was declared due to the COVID-19 pandemic, resulting in total lockdown in Spain. The neurorehabilitation centres of the Fundació Esclerosi Múltiple (FEM) provide care for people diagnosed with neuroprogressive diseases with significant health deficits. We look at how lockdown can affect their way of life.

Aims. To assess and manage the impact of lockdown on persons with multiple sclerosis (MS) and other neurodegenerative diseases.

Patients and methods. Analytical observational study. An anonymous questionnaire was administered to all the patients undergoing comprehensive rehabilitation treatment at two of the FEM centres; the survey included questions on the demographic and clinical characteristics of the subjects, and an assessment of the impact of the pandemic on the physical, social and psychological spheres.

Results. A total of 202 surveys were analysed. The average age of the participants was 49.09 years and 77.8% had MS, while 22.2% had other conditions. The most frequently reported physical symptoms were muscle weakness, loss of balance and fatigue. The study population remained active during lockdown. More than half of them did not report any increase in cognitive symptoms, but they did mention an increased sense of worry on an emotional level.

Conclusions. We can state that the actions deployed by the FEM to reduce the consequences of lockdown have been effective and have minimised the occurrence of maladaptive behaviours. The study has also opened the door for us to add new lines of intervention.

Key words. COVID-19. Effects. Habits. Health. Lockdown. Multiple sclerosis.

 

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