Revisión

Depresión en pacientes con epilepsia. Conceptos fisiopatológicos, clínicos y estrategias terapéuticas

E. Paredes-Aragón, R. Ruiz-Garcia, J.G. Burneo [REV NEUROL 2023;76:137-146] PMID: 36782349 DOI: https://doi.org/10.33588/rn.7604.2022386 OPEN ACCESS
Volumen 76 | Número 04 | Nº de lecturas del artículo 9.898 | Nº de descargas del PDF 347 | Fecha de publicación del artículo 16/02/2023
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RESUMEN Artículo en español English version
Introducción La depresión y la epilepsia son entidades altamente prevalentes y representan un problema de salud pública a nivel mundial.

Desarrollo Realizamos una búsqueda no sistemática en PubMed (MEDLINE) acerca de los conceptos fisiopatológicos y clínicos y las estrategias terapéuticas en pacientes con epilepsia y depresión. Resultados y conclusiones. La depresión y la epilepsia tienen una relación bidireccional y comparten algunos sustratos fisiopatológicos. La depresión es la manifestación neuropsiquiátrica más frecuente en la epilepsia; es importante el cribado y el diagnóstico para el manejo oportuno. El tratamiento con la mayoría de los medicamentos antidepresivos no incrementa la frecuencia de crisis, al contrario, se cree que puede incluso ayudar a disminuir el número de crisis de epilepsia. Además, existen otras terapias antidepresivas, como la terapia cognitivo-conductual y terapias con neuromodulación, que también llegan a ser eficaces en la reducción de la frecuencia de las crisis de epilepsia. Sin embargo, la evidencia respecto al tratamiento es limitada y se requiere un mayor número de estudios prospectivos para la caracterización de las estrategias terapéuticas y la creación de guías estandarizadas.
Palabras claveComorbilidades en epilepsiaDepresiónDepresión en epilepsiaEpilepsiaNeuropsiquiatríaPsiquiatría CategoriasEpilepsias y síndromes epilépticosNeurología del Lenguaje y la ComunicaciónNeuropsiquiatría
TEXTO COMPLETO (solo disponible en lengua castellana / Only available in Spanish)

Introducción


Hipócrates describió que ‘los melancólicos frecuentemente se convierten en epilépticos y los epilépticos se convierten en melancólicos’ [1]. A pesar de que en la actualidad conocemos más detalles acerca de ambas entidades, la relación y el tratamiento de la depresión en la epilepsia sigue siendo un tema que aún cuenta con brechas de comprensión. En esta revisión describiremos los conceptos conocidos y en desarrollo en el estudio de la depresión en pacientes con epilepsia (PCE).

El estudio de los trastornos neuropsiquiátricos en los PCE se divide en cuatro categorías: a) los eventos neuropsiquiátricos con relación temporal al evento ictal se conocen como ‘trastornos neuropsiquiátricos periictales’; b) los ‘trastornos neuropsiquiátricos interictales’ no guardan relación temporal con un evento ictal y tienden a manifestarse de manera crónica [2]; c) menos comunes son los ‘trastornos psiquiátricos paraictales’, eventos relacionados con el control abrupto de la epilepsia [3]; y d) finalmente, los ‘trastornos neuropsiquiátricos asociados a fármacos anticrisis o yatrógenos’ se asocian a fármacos anticrisis específicos [4]. En esta revisión nos enfocaremos en la depresión interictal, debido a que es la presentación más frecuente y la comorbilidad psiquiátrica más común en los PCE.
 

Relación entre epilepsia y depresión


En la actualidad, se estima que alrededor de 280 millones de personas en el mundo padecen depresión, que representa la causa más común de incapacidad en edad de vida productiva [5]. La incidencia de epilepsia se estima en 61,4 por cada 100.000 personas-año (intervalo de confianza al 95%: 50,7-74,4) [5].

La depresión, junto con la ansiedad, es la comorbilidad más frecuentes en la epilepsia. La prevalencia de depresión en los PCE se estima en un 6-30% en estudios poblacionales y hasta en un 50% en centros de referencia [6]. Los PCE y la depresión presentan 10 veces más riesgo para cometer suicidio en comparación con la población general [7].

La relación entre depresión y epilepsia parece ser bidireccional. Algunos estudios han demostrado que la presencia de depresión incrementa 4-6 veces el riesgo de padecer epilepsia comparado con la población sana [8]. Los PCE focal tienen 17 veces más antecedente de depresión en comparación con la población general [8]. La historia de depresión es más común en los PCE farmacorresistente [9]. Se piensa que la depresión podría ser un facilitador para el desarrollo de epilepsia. Por otra parte, la incidencia de depresión en los PCE es cinco veces mayor que en la población general. La epilepsia también podría considerarse un facilitador para el desarrollo de depresión [4,10].


Factores de riesgo para el desarrollo de depresión en la epilepsia


Tipo de epilepsia


Los pacientes con epilepsia del lóbulo temporal mesial, así como los PCE farmacorresistente presentan mayor riesgo de desarrollar depresión. En cambio, la epilepsia generalizada parece ser un factor protector para el desarrollo de depresión. Algunos estudios han descrito un riesgo mayor de depresión en pacientes con foco epiléptico izquierdo [10-12].

Medicamentos


La Food and Drug Administration de Estados Unidos publicó una advertencia después de que en un metaanálisis de diversos fármacos anticrisis determinara que el riesgo de suicidio era de 0,43 por cada 1.000 habitantes bajo tratamiento con fenobarbital y primidona en comparación con placebo (0,22) [11, 12]. El riesgo de depresión asociado a fármacos anticrisis se incrementa en pacientes con antecedentes personales o familiares de padecimientos psiquiátricos [13]. Este elemento clínico debe considerarse antes de elegir el fármaco anticrisis (Tabla I).

 

Tabla I. Relación de distintos fármacos anticrisis (FAC) con distintos síndromes psiquiátricos. Las casillas marcadas * indican mejora de los síntomas. Las casillas marcadas X indican riesgo de síndrome psiquiátrico como efecto adverso. Las casillas sin marcar indican ausencia de informes o fármacos sin relación con síntomas psiquiátricos [7,8,14-16].
 

Depresión

Ansiedad

Psicosis


Ácido valproico
 

*

*

 

Carbamacepina
 

*

   

Oxcarbacepina
 

*

   

Levetiracetam
 

X

X

X


Topiramato
 

X

X

 

Perampanel
 

X

 

X


Gabapentina
 
 

*

 

Lamotrigina
 

*

   

Etosuximida
 
   

X


 

Suicidio en la epilepsia


Los factores de riesgo incluyen inicio de crisis antes de los 18 años, presencia de previa patología psiquiátrica y tratamiento con antipsicóticos. Aunque el suicidio es más común en la epilepsia con enfermedad psiquiátrica preexistente, la epilepsia por sí sola es un factor independiente de suicidio [17].

Sexo


Algunos estudios describen que la depresión es más frecuente en mujeres con epilepsia. En un estudio transversal de un centro de tercer nivel en una comunidad multiétnica con epilepsia y depresión, se incluyó a 129 pacientes; de éstos, el 66,7% eran mujeres [18].

Tratamiento quirúrgico


La relación entre el desarrollo de depresión posterior al tratamiento quirúrgico de epilepsia no está del todo entendida. En un estudio de 60 PCE que se sometieron a cirugía de epilepsia del lóbulo temporal mesial, se encontró que los factores de riesgo para depresión después de la cirugía fueron: historia preoperatoria de depresión y pobre dinámica familiar posterior a la cirugía [19]. En la mayoría de los casos que desarrollan depresión posquirúrgica, existe el antecedente de síntomas depresivos previos a la cirugía, aunque, en algunas ocasiones, existe el riesgo de desarrollar depresión posquirúrgica de novo [20]. Un estudio describió que las puntuaciones de la herramienta Hospital Anxiety and Depression Scale disminuyeron de forma significativa después de una lobectomía temporal anterior [21]. Otro estudio sugirió que la depresión posterior a cirugía del lóbulo temporal es mayor en pacientes mayores de 60 años [22]. Una revisión sistemática exploró síntomas de depresión en pacientes con epilepsia de lóbulo temporal sometidos a cirugía. Incluyó 18 estudios, de los cuales 11 describieron un rango de depresión de novo del 0-38% en un período de tres meses a nueve años posterior al tratamiento quirúrgico. El rango de suicidio encontrado fue del 0 al 3% en un período de seguimiento de uno a cuatro años. Se concluyó que el efecto de la cirugía de epilepsia del lóbulo temporal mesial y su impacto sobre síntomas depresivos es aún poco claro y estudios longitudinales prospectivos ayudarán a esclarecerlo [23].


Fisiopatología de la depresión en la epilepsia


La formación hipocampal está conectada estructuralmente con la amígdala [24]. Este núcleo guarda estrecha relación anatómica y funcional con distintas regiones del sistema límbico, que, en conjunto, se encargan del procesamiento y la modulación emocional. Los pacientes con epilepsia del lóbulo temporal mesial que padecen síntomas de depresión tienen volúmenes reducidos de la amígdala, lo que podría sugerir que los síntomas de depresión en la epilepsia del lóbulo temporal mesial se relacionan con desregulación de la amígdala y sus conexiones con otras estructuras límbicas [25].

La hipótesis monoaminérgica en la depresión propone que la depleción de una o más de las distintas monoaminas ocasionará un fenotipo clínico de depresión. Se ha descrito que las monoaminas no sólo tienen potencial antidepresivo, sino, además, antiepiléptico; esta idea surgió a partir de distintas observaciones, como el efecto potencialmente anticrisis de algunos antidepresivos, así como la presencia de crisis epilépticas en modelos animales con depleción de noradrenalina y serotonina [26]. Dichos modelos han demostrado que el decremento de los neurotransmisores monoaminérgicos facilita el proceso de kindling a partir de un foco epiléptico, incrementando la gravedad de la epilepsia [26].

La desregulación del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal se ha descrito como modelo fisiopatológico en la depresión unipolar, especialmente en personas que han tenido exposición a factores de estrés [27]. En un modelo animal en el que utilizaron ratas con epilepsia del lóbulo temporal, se demostró una asociación entre niveles incrementados de cortisol con la presencia de sintomatología depresiva [28].

El papel del sistema glutamatérgico y el ácido gamma-aminobutírico se ha demostrado en la fisiopatología de la depresión [29]. Este mismo sistema también está involucrado en la fisiopatología de la epilepsia [30]. Resulta interesante que la quetamina sea un fármaco útil en el tratamiento de ambas entidades [31]. 

En otro modelo animal de epilepsia de ausencia y depresión, los autores asociaron niveles bajos de melatonina con el incremento de receptores de la melatonina en el hipocampo. La administración de melatonina disminuyó la conducta depresiva [32]. Algunos autores sugieren que los antidepresivos con acción melatoninérgica, como la agomelatina, pueden tener un papel terapéutico antidepresivo y antiepiléptico en pacientes con epilepsia [33] (Fig. 1).

 

Figura 1. Relación de los sustratos anatómicos y fisiopatológicos entre epilepsia y depresión. a) La epilepsia y la depresión tienen una relación bidireccional; b) Los pacientes con epilepsia presentan mayor riesgo de sufrir depresión y los pacientes con epilepsia del lóbulo temporal mesial cuyo foco epileptógeno se encuentra en regiones temporales mediales (estrella) presentan volúmenes anormales en la amígdala (en color rosa). Esta estructura, a su vez, presenta múltiples conexiones con distintas regiones del sistema límbico encargadas de modular el estado de ánimo; c) Por otra parte, los modelos animales en epilepsia han demostrado una reducción de la actividad del sistema monoaminérgico (flecha punteada), y la mayoría de los antidepresivos actúa incrementando las monoaminas; d) La desregulación de los sistemas glutamato-ácido gamma aminobutírico contribuyen a la fisiopatología de la depresión y de la epilepsia; e) Finalmente, la hipótesis de la hiperactivación del sistema hipotalámico-hipofisario-suprarrenal, también descrito en la depresión unipolar, se ha comprobado en modelos animales de epilepsia. 






 

Diagnóstico de depresión en pacientes con epilepsia


En la actualidad no existen criterios diagnósticos específicos para la depresión en la epilepsia. Rutinariamente, se utilizan los criterios para depresión unipolar propuestos por la Academia Americana de Psiquiatría [34], que consisten en la presencia de al menos cinco síntomas en un lapso mínimo de dos semanas. Necesariamente, al menos uno de los cinco síntomas debe incluir anhedonia y/o ánimo bajo. Los síntomas restantes incluyen cambios en el apetito/peso, cambios en el patrón de sueño, agitación o enlentecimiento psicomotor, dificultad para la concentración y la toma de decisiones, pensamientos de culpa y/o preocupación, fatiga y pensamientos de muerte/ideas suicidas.

Los PCE pueden presentar síntomas atípicos de depresión. El síndrome prototipo atípico se denomina trastorno disfórico interictal; no obstante, no es exclusivo de los PCE [35]. Clínicamente, los pacientes con este trastorno experimentan mayor irritabilidad, labilidad emocional, dolor, ansiedad y temor [36]. Actualmente se debate si este síndrome es una entidad propia o simplemente es un espectro fenotípico de la depresión [37]. Para fines de esta revisión, las estrategias diagnósticas y terapéuticas están enfocadas a la depresión clásica (Fig. 2).

 

Figura 2. Espectro de los síntomas depresivos en pacientes con epilepsia (PCE). El lado derecho indica los síntomas presentes en los fenotipos clásicos de depresión. El lado derecho representa síntomas exclusivos de los PCE. Ambos síndromes comparten algunos síntomas y pueden estar presentes en los PCE. Adaptado de [38].






 

El inventario de depresión para epilepsia y trastornos neurológicos (NDDI-E) es una herramienta diseñada para el cribado de la depresión en los PCE; es sencillo y rápido de aplicar. El punto de corte igual o mayor a 15 puntos presenta una sensibilidad del 81% y una especificidad del 90% para el diagnóstico de depresión. Además, los resultados del modelo efectuado en el estudio original no se vieron afectados por el efecto (potencialmente depresivo) de algunos fármacos anticrisis [39]. Otras escalas que han demostrado ser útiles para la detección de la depresión en pacientes con epilepsia incluyen el inventario de depresión de Beck (BDI) [40] y la minientrevista neuropsiquiátrica internacional [41]. Debido a que la escala NDDI-E ha sido validada y traducida a múltiples idiomas, es exclusiva para PCE, además de ser gratuita [41]. Los autores recomiendan esta herramienta para el cribado de la depresión en los PCE.
 

¿Cuándo tratar la depresión en pacientes con epilepsia y cómo medir la respuesta al tratamiento?


El tratamiento antidepresivo se inicia de manera inmediata cuando se detecta el síndrome depresivo. El tratamiento oportuno mejorará el estado de ánimo del paciente, incrementará su calidad de vida [42] y, en principio, ayudará al control de la epilepsia [43].

Al iniciar el tratamiento antidepresivo se debe aplicar alguna escala de depresión, que servirá como medida basal. La respuesta al tratamiento se define como una reducción del 50% de los síntomas teniendo en cuenta la puntuación total de la escala basal, y la remisión de síntomas se define como la ausencia de síntomas de depresión. La recuperación se define como un período de remisión sintomática de al menos 6-12 meses [44]. Las recomendaciones de la Liga Internacional contra la Epilepsia respecto a la persistencia del tratamiento incluyen al menos seis meses de mantenimiento después de que se cumpla la definición para remisión para pacientes que comienzan con un episodio depresivo y al menos nueve meses o más para pacientes con historia de depresión o episodio depresivo grave [45].

Es recomendable realizar el cribado de depresión con la escala NDDI-E. Sin embargo, una vez detectado el síndrome depresivo, es preferible utilizar una escala que nos indique la gravedad, como el BDI. El grado de gravedad ayudará a planear la estrategia terapéutica [45].

 

¿Qué herramientas terapéuticas cabe utilizar de acuerdo con la gravedad de la depresión?


En la depresión leve (puntuación en el BDI de 14-19), el tratamiento se inicia por cualquier persona capacitada (psicólogo, médico general, médico especialista). En esta etapa, las estrategias terapéuticas incluyen terapia cognitivo-conductual o inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina. La elección se realizará de acuerdo con la disponibilidad de los distintos tratamientos y la preferencia del paciente [45].

Los casos de depresión moderada (puntuación en el BDI de 20-29) deben tratarse por un médico neurólogo, epileptólogo o psiquiatra, y el tratamiento debe incluir inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina. La terapia cognitivo-conductual puede agregarse al tratamiento farmacológico en esta etapa [45].

En la depresión grave (puntuación en el BDI de 30 o más), el tratamiento se inicia por un neurólogo, epileptólogo o psiquiatra, incluyendo el manejo farmacológico con inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina o distintas clases de antidepresivos, como los inhibidores de recaptación de la serotonina y la noradrenalina o tricíclicos, entre otros [45,46].

La evaluación exclusiva por expertos en psiquiatría y neuropsiquiatría se recomienda para los casos en los que el paciente presente comorbilidades, como resistencia al tratamiento antidepresivo [47], ansiedad, trastorno por déficit de atención, trastorno por estrés postraumático, trastorno por abuso de sustancias, trastorno de personalidad, psicosis, ideación suicida y/o trastorno bipolar [48].

 

¿Qué tratamiento antidepresivo es el mejor para pacientes con depresión en la epilepsia?


El manejo de depresión en los PCE requiere una combinación adecuada entre el uso de fármacos anticrisis y antidepresivos.

Los fármacos anticrisis con inducción enzimática incrementan el metabolismo de los inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina, los antidepresivos tricíclicos, la mirtazapina y la trazodona. Por el contrario, algunos inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina, como la fluoxetina, la paroxetina y la fluvoxamina, inhibidores enzimáticos del sistema de citocromos, incrementan el riesgo de toxicidad por carbamacepina o fenitoína [49-51] (Tabla II).

 

Tabla II. Tratamientos antidepresivos; relación con riesgo de crisis e interacciones con fármacos anticrisis.
 

Clase

Depresión

Ansiedad

Riesgo de crisis

Interacciones con FAC


TCCa
 

No farmacológico

++

++

No

Sin interacciones


Escitalopramb
 

ISRS

++

++

Nod

 

Sertralinab
 

ISRS

++

++

Nod

VPA, PHT y LTG


Citalopramb
 

ISRS

++

++

Nod

 

Paroxetinac
 

ISRS

++

++

Nod

CBZ y PHT


Fluoxetinac
 

ISRS

++

+

Nod

CBZ y PHT


Venlafaxinac
 

IRSN

++

++

Nod

 

Amitriptilinac
 

Tricíclico

++

++

Nod

VPA


Maprotilina ☠
 

Tetracíclico

++

+


No recomendado


Bupropión ☠
 

Inhibidor de recaptación de la dopamina

++

+


No recomendado


Amoxapina ☠
 

Tetracíclico

+

+


No recomendado


Clomipramina ☠
 

Tricíclico

+

+


No recomendado


CBZ: carbamacepina; FAC: fármacos anticrisis; IRSN: inhibidores de recaptación de la serotonina y la noradrenalina; ISRS: inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina; LTG: lamotrigina; PHT: fenitoína; TCC: terapia cognitivo-conductual; VPA: ácido valproico. a Primera línea de tratamiento recomendada por los autores en caso de contar con acceso a TCC siempre que el paciente no presente datos de depresión grave (como riesgo suicida); b Estos fármacos los consideramos como de primera línea (en caso de no contar con TCC) debido a su perfil benéfico tanto para los síntomas depresivos y de ansiedad, como por su baja frecuencia de interacciones farmacológicas. c Debido a particularidades de estos fármacos, los autores los proponemos como fármacos de segunda línea. La fluoxetina y la paroxetina incrementan el riesgo de toxicidad de algunos FAC. La amitriptilina es un fármaco que, en general, presenta más interacciones que los ISRS. La venlafaxina podría incluirse dentro de la primera línea de tratamiento; d Ninguno de los fármacos listados anteriormente se ha asociado a incremento de crisis. Informes han descrito el desarrollo de crisis exclusivamente con sobredosis de algunos de estos fármacos. Los fármacos listados con este icono (☠) se asocian a riesgo de padecer crisis epilépticas y no se recomiendan para el tratamiento de depresión en pacientes con epilepsia.

 

En términos de farmacodinamia, dividiremos los fármacos anticrisis en desfavorables y favorables para síntomas depresivos. Los fármacos anticrisis con potencial desfavorable son los barbitúricos, las benzodiacepinas, la tiagabina, el levetiracetam, el topiramato, la zonisamida, el felbamato, la vigabatrina y el perampanel [52,53]. Algunos de estos fármacos anticrisis desfavorables para el tratamiento de la depresión pueden funcionar como ansiolíticos, como es el caso de las benzodiacepinas, los barbitúricos y la tiagabina [16]. Los fármacos anticrisis con potencial antidepresivo favorable se describen en la tabla I [48]. Estos fármacos anticrisis forman parte de los algoritmos para el tratamiento de la depresión en el trastorno bipolar [54].

La mayoría de los antidepresivos son seguros en pacientes con epilepsia e incluso se han asociado con la reducción en la frecuencia de las crisis [43]. Este hallazgo fue descrito inicialmente en un estudio que analizó la incidencia de crisis epilépticas en 75.000 sujetos sin epilepsia que participaron en ensayos clínicos con antidepresivos. Interesantemente, los pacientes bajo tratamiento antidepresivo presentaron menor incidencia de crisis epilépticas comparados con los que recibieron placebo (proporción de incidencia estandarizada: 0,48; intervalo de confianza al 95%: 0,36-0,61) [55]. Sin embargo, en este estudio también se describió que algunos antidepresivos incrementaron la incidencia de crisis. Los antidepresivos no recomendados en la epilepsia debido a un riesgo incrementado para el desarrollo de crisis epilépticas incluyen el bupropión, la maprotilina, la clomipramina y la amoxapina [15]. El riesgo de crisis con otros fármacos antidepresivos sólo se ha asociado con dosis más altas de las comúnmente indicadas para la depresión [48,49,56]. La evidencia actual sugiere que, con excepción de los cuatro antidepresivos descritos, los demás son seguros para el tratamiento de la depresión en PCE [48] (Tabla II).

Contrariamente a las observaciones previamente descritas, un estudio analizó distintos desenlaces adversos en 60.746 pacientes mayores de 65 años sin diagnóstico de epilepsia bajo tratamiento antidepresivo indicado para depresión. Se demostró un incremento de crisis epilépticas en los pacientes bajo tratamiento con inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina, mirtazapina y venlafaxina. Los antidepresivos tricíclicos mostraron el menor riesgo para el desarrollo de crisis epilépticas [57]. Este estudio analizó exclusivamente población geriátrica, por lo que es pertinente no generalizar los resultados a otros grupos poblacionales.

La evidencia sobre la eficacia de los antidepresivos en la epilepsia es escasa. En la última revisión sistemática sobre tratamientos antidepresivos en PCE [43], se encontró que la respuesta al tratamiento fue favorable en los cuatro ensayos clínicos controlados aleatorizados que se analizaron (incluyendo 313 participantes, de los cuales 199 tenían epilepsia focal), así como en la mayoría de los seis estudios de intervenciones terapéuticas no aleatorizadas (incluyendo 313 participantes, de los cuales 297 presentaban epilepsia focal). Los fármacos analizados en los distintos estudios incluyeron sertralina, citalopram, venlafaxina, doxepina, fluoxetina, paroxetina, nomifensina y amitriptilina. Sin embargo, los autores mencionan que la evidencia actual es insuficiente para poder elegir un antidepresivo específico de acuerdo con su eficacia en PCE. Esto se debe al limitado número de ensayos clínicos y a la heterogeneidad metodológica. Las recomendaciones de los expertos incluyen el uso de inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina o inhibidores de recaptación de la serotonina y la noradrenalina como tratamiento de primera línea [49]. En la tabla II se resumen las recomendaciones de los autores.


Tratamientos no farmacológicos para la depresión en la epilepsia


Terapia cognitivo-conductual


La terapia cognitivo-conductual es la intervención psicoterapéutica con mayor grado de evidencia para el tratamiento de la depresión en PCE [45]. Ensayos clínicos con terapia cognitivo-conductual comparados con sertralina han demostrado una eficacia similar entre ambas estrategias terapéuticas [58,59]. En un ensayo clínico se demostró disminución de crisis epilépticas en pacientes mayores de 60 años que recibieron terapia cognitivo-conductual [60]. Un estudio piloto con terapia cognitivo-conductual en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal mesial y depresión demostró una tasa de remisión del 62% para la depresión [61]. Contrariamente a estos resultados, una revisión sistemática analizó la relevancia respecto a los cambios clínicos de depresión y ansiedad en pacientes con epilepsia que recibieron terapia cognitivo-conductual y demostró que solamente el 30% de los pacientes mejoró considerablemente [62].

Terapia electroconvulsiva


El uso de la terapia electroconvulsiva en PCE es debatido para el control de las crisis [63,64]. En la depresión resistente al tratamiento, la terapia electroconvulsiva es una herramienta eficaz. Su administración es segura en pacientes con depresión y psicosis, además de epilepsia. Hay evidencia, incluso, de que la terapia electroconvulsiva incrementa el umbral epiléptico en pacientes con crisis epilépticas durante su curso de tratamiento [65].

Estimulación magnética transcraneal repetitiva


La estimulación magnética transcraneal repetitiva es un tratamiento aprobado para la depresión [66]. El protocolo de tratamiento se basa en la administración de estímulos de alta frecuencia en la corteza prefrontal dorsolateral del lado izquierdo. La estimulación magnética transcraneal repetitiva con estímulos de alta frecuencia incrementa, aunque de manera baja (~1%), el riesgo de padecer crisis epilépticas [67]. La evidencia respecto a su uso en el tratamiento para la depresión en PCE todavía es escasa. Recientemente finalizó un estudio piloto para el tratamiento de la depresión resistente a tratamiento farmacológico en PCE, aunque los resultados aún no se han publicado (clinicaltrials.gov NCT03105700).

Estimulación de corriente continua transcraneal


La estimulación de corriente continua transcraneal se ha utilizado como tratamiento de depresión [68]. Un ensayo clínico aleatorizado analizó la respuesta a la depresión y la ansiedad en PCE bajo tratamiento con estimulación de corriente continua transcraneal y demostró la disminución de los síntomas psiquiátricos [69]. En otro ensayo clínico aleatorizado, doble ciego, de grupos paralelos en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal controlada, también se demostró mejora de los síntomas depresivos [70].

Estimulador de corriente directa responsivo


En un estudio realizado en PCE farmacorresistente, se analizó, además de la libertad de crisis, la calidad de vida y el BDI anualmente durante nueve años. Los pacientes que fueron tratados de forma temprana con estimulador de corriente directa responsivo tuvieron mejoría significativa en la calidad de vida y el estado de ánimo [71].

Estimulación del nervio vago


La evidencia en la efectividad de la estimulación del nervio vago para el tratamiento de la epilepsia es conocida [72]. La dosis ideal de estimulación para la depresión es menor que la utilizada para el tratamiento de la epilepsia. Algunos estudios asocian, sin embargo, el uso de dosis altas para la respuesta a largo plazo con menor tendencia a presentar una recaída del episodio depresivo. En una cohorte de 795 pacientes, se comparó a los sometidos a terapia con fármacos, estimulación del nervio vago y estimulación del nervio vago más fármacos. Se encontró que la combinación de ambos tratamientos fue superior a utilizar una sola estrategia después de cinco años de seguimiento [73-75].
 

Uso de la inteligencia artificial y la imagen funcional


La inteligencia artificial es una herramienta creciente en el estudio de las neurociencias. En un estudio se realizaron pruebas estandarizadas para la ansiedad y la depresión. El análisis mostró que la ‘sensación de minusvalía’ fue la clave en la asociación con ideación suicida. Los algoritmos de análisis de redes con inteligencia artificial podrían representar una poderosa herramienta para determinar el tratamiento individualizado [76].

Los estudios de resonancia magnética funcional proveen información relevante en la fisiopatología de la epilepsia. Se ha encontrado hipoactividad prefrontal prominente, que puede ser sostenida por hiperactividad de un foco epileptiforme. Esto sugiere que algunos casos pueden responder satisfactoriamente con neuromodulación con estimulación del nervio vago, estimulación magnética transcraneal repetitiva u otras herramientas [77,78].

Se ha demostrado que los síntomas depresivos de los PCE del lóbulo temporal manifiestan cambios de las vías serotoninérgicas en estudios con tomografía por emisión de positrones [79]. Importantemente, un estudio realizado con tomografía por emisión de positrones en 23 PCE antes y después de cirugía de epilepsia demostró que los pacientes con una historia de depresión prequirúrgica presentaron hipometabolismo focal en la región orbitofrontal en comparación con los que no padecían depresión [80].
 

Factores pronósticos


Los PCE con pobre control de crisis y refractariedad al tratamiento presentan mayores tasas de depresión comparados con los pacientes con buen control de crisis [80]. Los PCE que presentan historia de depresión o historia familiar de padecimientos psiquiátricos presentan mayor número de recaídas, por lo que, idealmente, estos pacientes deberán continuar con el manejo antidepresivo aun cuando cumplan la definición de remisión [43].
 

Conclusiones


La depresión, junto con la ansiedad, representa las comorbilidades psiquiátricas interictales más frecuentes en los PCE. La epilepsia y la depresión tienen una relación bidireccional. Ambas comparten diversos sustratos fisiopatológicos. El cribado para el diagnóstico de depresión en PCE puede realizarse de manera rápida y sencilla con la escala NDDI-E. Al iniciar un fármaco anticrisis en un PCE, es importante considerar el potencial riesgo para el desarrollo de depresión en caso de contar con historia personal o familiar de padecimientos psiquiátricos. La mayoría de los antidepresivos no incrementa el riesgo de padecer crisis epilépticas y su uso es seguro en PCE. Al iniciar el tratamiento antidepresivo en PCE, es importante considerar los aspectos farmacocinéticos y farmacodinámicos de los fármacos anticrisis y antidepresivos. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser igual de eficaz comparada con la sertralina, con el beneficio de no presentar interacciones farmacológicas. Algunas medidas terapéuticas no farmacológicas en proceso de investigación incluyen la estimulación magnética transcraneal repetitiva, la estimulación del nervio vago y el estimulador de corriente directa responsivo. El estudio de la depresión en PCE continúa avanzando, y estudios con imagen funcional, además de inteligencia artificial, permitirán detallar y especificar el(los) fenotipo(s) clínico(s) de los PCE, lo que permitirá la facilitación del desarrollo de ensayos clínicos, así como un mayor entendimiento de la compleja relación entre estas dos entidades.

 

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Depression in patients with epilepsy. Pathophysiological and clinical concepts and therapeutic strategies


Introduction. Depression and epilepsy are highly prevalent diseases and represent a worldwide public health problem.

Development. A non-systematic search was performed in PubMed (MEDLINE) considering current topics in pathophysiological, clinical concepts and treatment strategies in people with epilepsy and depression.

Results and conclusions. Depression and epilepsy have a bidirectional relationship and share some pathophysiological substrates. Depression is the most common neuropsychiatric manifestation in epilepsy; screening and diagnosis are important to start a timely treatment. Antidepressant drugs does not increase the frequency of seizures, on the contrary, it is believed that antidepressants may help reducing the frequency of seizures. In addition, other antidepressant therapies such as Cognitive Behavioral Therapy and neuromodulation may be also effective for reducing the frequency of seizures. However the evidence regarding antidepressant treatment(s) in epilepsy is limited and further prospective studies are needed to better characterize the possible therapeutic strategies and develop standarized treatment guidelines.

Key words. Epilepsy comorbidities. Depression. Depression in epilepsy. Epilepsy. Neuropsychiatry. Psychiatry.
 

 

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