Tabla I. Primeros mecanismos implicados en el inicio de la EM.
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Inflamación leptomeníngea crónica
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LTα sobreexpresada en el LCR de pacientes con EM
En modelos animales:
- La inyección aguda de LTα induce la formación de densos infiltrados celulares, activación microglial y desmielinización subpial
- La sobreexpresión de LTα conduce a la organización de infiltrados celulares en estructuras de tipo linfoide, desmielinización subpial y pérdida neuronal
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Proceso degenerativo (no inmune) subyacente
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- Mielina bioquímicamente alterada en tejidos prelesionados
- Depósitos de amiloide en la SBAN de pacientes con EM progresiva
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Aceleración de la edad epigenética
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- Los linfocitos B de pacientes con EM muestran una marcada aceleración epigenética frente a los controles
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Respuesta serológica a los péptidos del VEB
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- Mayor respuesta en casos de EM frente a los controles
- Mayor relación de los péptidos del núcleo EBNA, EBNA1 y EBNA6 con el desarrollo de la enfermedad
- Serorreactividad elevada contra EBNA1 detectable 10-15 años antes del inicio clínico
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Autoanticuerpos antiserina-arginina
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- Detectables en la EM 6,5 años antes de la aparición de la enfermedad
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LTα: linfotoxina alfa; LCR: líquido cefalorraquídeo; EM: esclerosis múltiple; SBAN: sustancia blanca de apariencia normal; VEB: virus de Epstein-Barr.
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Desde fases muy tempranas de la enfermedad, ya se detecta una inflamación leptomeníngea crónica que se relaciona con la pérdida neuronal de la sustancia gris cortical. La linfotoxina alfa es un mediador citotóxico proinflamatorio que se encuentra sobreexpresado en el líquido cefalorraquídeo de pacientes con EM. El desarrollo de dos modelos experimentales, uno agudo mediante inyección estereotáxica de linfotoxina alfa en las meninges y uno crónico mediante inyección de un vector lentiviral en el espacio meníngeo cortical, han demostrado que el aumento persistente de los niveles de linfotoxina alfa induce la infiltración de densos agregados celulares y su posterior organización en estructuras similares a los folículos linfoides en las meninges. Todo ello provoca una desmielinización subpial permanente junto con un gradiente de pérdida de densidad neuronal cortical [
1].
También están surgiendo datos que apoyan la idea de un proceso ‘no inmune’ subyacente relacionado con la progresión de la citodegeneración, independiente de los fenómenos inflamatorios agudos que se manifiestan en forma de brotes. Mediante espectroscopia de fluorescencia con el colorante lipofílico rojo Nilo, Teo et al han identificado mielina histológicamente intacta, pero bioquímicamente alterada, en tejidos prelesionados [
2]. Además, con el uso de sondas amiloides fluorescentes, han detectado depósitos de amiloide inesperados en la sustancia blanca de apariencia normal de pacientes con EM progresiva, principalmente en localizaciones perivasculares y periventriculares, muy diferente a la detectada en la enfermedad de Alzheimer [
2].
La inmunosenescencia prematura parece desempeñar un papel como mecanismo implicado en el inicio de la enfermedad. Aplicando el algoritmo GrimAge, basado en el análisis de metilación del ADN, en muestras de sangre total de pacientes con EM en fases iniciales y de controles, se ha detectado que la población linfocitaria de los casos de EM, en particular los linfocitos B, presenta una aceleración de la edad epigenética de unos ocho o nueve meses en comparación con los controles [
3]. La proporción de linfocitos B, sin embargo, fue similar entre casos y controles, lo que sugiere una asociación de la función de las células B, y no de la cantidad, con la enfermedad [
3].
En relación con el papel del virus de Epstein-Barr, los esfuerzos actuales se dirigen a determinar los péptidos implicados en la respuesta inmunitaria frente al virus en el origen de la enfermedad. El estudio de la respuesta serológica a los péptidos del virus en casos de EM presintomáticos y en controles muestra una mayor relación de los péptidos del núcleo EBNA, concretamente EBNA1 y EBNA6, con el desarrollo de la enfermedad, pero aún se desconocen los que discriminan entre casos y controles [
4]. Siguiendo en esta línea, la serorreactividad elevada contra EBNA1 es detectable 10-15 años antes del inicio clínico de la EM y puede preceder al daño neuroaxonal en pacientes asintomáticos [
5].
Finalmente, la búsqueda de un biomarcador de EM vuelve a apuntar hacia unos autoanticuerpos dirigidos frente a una secuencia repetida rica en serina-arginina ya identificados en subpoblaciones de pacientes. Los resultados presentados en esta edición, obtenidos de muestras de suero de pacientes antes y después de los primeros síntomas de EM y de controles sanos, muestran la presencia de estos anticuerpos antiserina-arginina sólo en los casos de EM, unos 6,5 años antes de la aparición de la enfermedad [
6], hecho que se relaciona con niveles más elevados de neurofilamentos.
Implicación de los linfocitos B y T
Los nuevos enfoques y conceptos sobre el papel de los linfocitos en la EM marcan el rumbo en este campo (Tabla II).
Tabla II. Nuevos conceptos sobre la implicación de linfocitos y la migración de células del sistema inmunitario hacia el SNC.
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Papel de los linfocitos B y T
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Tráfico celular hacia el SNC: vía de entrada y principales células implicadas
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Células plasmáticas productoras de IgA+ IL-10 movilizadas del intestino
- Supresión de la neuroinflamación
- Factor BAFF de supervivencia de células B
- Protección contra la desmielinización en el SNC
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DICAM + Th17
- ↑ en sangre periférica de pacientes con formas remitentes y progresivas activas, y en lesiones activas de EM
- Posible diana terapéutica en la migración de células inmunitarias a través de estructuras celulares
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IL-10 derivada de células B
- Modula los fagocitos mieloides y la microglía de forma antiinflamatoria
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Células endoteliales
- Heterogeneidad en varias regiones del cerebro humano y en su respuesta a la inflamación
- Las CE de venas y capilares venosos son las más reactivas a la inflamación
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Fuerte expansión clonal de células T CD8+ en pacientes con EM en brote frente a remisión con marcadores de citotoxicidad y activación regulados a la baja, y marcadores de movilidad regulados al alza
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Senos durales como interfaz neuroinmune
- El sistema inmunitario de los bordes cerebrales está especializado
- Un sistema linfático deteriorado o unos macrófagos fronterizos disfuncionales podrían afectar a la vigilancia inmunitaria
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Relación de las células B con la infección cerebral, que, en combinación con las células T, induce una respuesta autoinmune y una desmielinización significativa
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La coexpresión de RUNX3 y EOMES define subpoblaciones de células T CD4+ y CD8+ con un perfil citotóxico y reclutamiento preferente en el SNC
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El fenotipo de células TRM que expresan SPP1 (osteopontina) y MS4A1 (CD20) produce menos citocinas proinflamatorias al activarse
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La subclase de monocitos MyX se asocia a una enfermedad más activa y a un peor pronóstico
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CE: células endoteliales; EM: esclerosis múltiple; IL: interleucina; SNC: sistema nervioso central; TRM: linfocitos T de memoria residentes.
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